El inicio de la perdicion.

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Pero eso ya no importaba, fue hace 7 años y Kyle seguía esperando por el regreso de su mejor amigo, Stan, apesar de que sus otros amigos, Eric y Kenny, le aseguraban que no iba a volver a aquel pueblo de Colorado.

Ese mismo pelirrojo esperanzado ahora se encontraba de pie, en su cuarto, frente a un espejo algo pequeño que estaba posado en el suelo sujetandose en la pared para no caer, levantaba su chaqueta anaranjada junto a su camiseta negra, viendo su abdomen con algo de decepción, desde hace algún tiempo se veía mal, como si algo no encajara, no se sentía cómodo; su madre, Sheila Broflovski, le solía decir que era normal que su cuerpo experimentará cambios, ya no tenía 10 años, pero, lo que el veía mal no eran esas típicas cosas que dicen todos, esas que pasan cuando estás entrando a la adolescencia, pero eso pasa con 13 o 14, no con 17, al menos no son tan notables a esa edad, o eso creía.

Dejo caer la ropa que sujetaba con su finas manos tapando su cuerpo nuevamente, el verse así había quitado por completo sus ganas de desayunar, así que tenía dos opciones, escapar de casa lo más rápido que pudiera o quedarse en su cuarto hasta que llegara la hora de ir a tomar el autobús hacia la escuela del pueblo. La primera opción era la mejor, quedarse allí solo haría que su hermanito menor, Ike, fuera a buscarle para desayunar juntos como de costumbre; agarró unos auriculares de su mesa de noche y los conecto a su celular; tenía una funda transparente y debajo de esta permanecia una foto de el y su mejor amigo cuando tenían 10 años, era una de esas típicas fotos que salen de la cámaras instantáneas, abajo estaba firmada por ambos y en la parte de atrás, la cual no era visible, ponía "!Súper duper mejores amigos para siempre¡ ♡" escrito con la letra poco entendible de él chico que tanto extrañaba.

 La primera opción era la mejor, quedarse allí solo haría que su hermanito menor, Ike, fuera a buscarle para desayunar juntos como de costumbre; agarró unos auriculares de su mesa de noche y los conecto a su celular; tenía una funda transparente y...

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(Imagen de zzzyuta <3)

Se colocó los cascos y encima su gorro verde, poniendo música de Spotify y acto seguido guardo su movil en el bolso de su sudadera naranja.

Vestía igual que cuando era pequeño.

¿La razón? Stan. ¿Porque él era la razón? Fácil. Quería ser fácil de reconocer, para que cuando vuelva le pueda reconocer con facilidad, no sabia cuanto había cambiado ese chico así que no podía saber si le iba a reconocer la próxima vez que se vieran. Parecerá tonto, pero para el era importante.

Agarró su mochila del suelo y la colgó de su hombro derecho para después bajar las escaleras de forma rápida, abriendo la puerta.

— ¡Me voy! ¡Kenny me aviso que el bus llega antes! — Hablo con un tono alto, para que los presentes en la cocina lo escucharan y acto seguido cerró la puerta, yendo hasta la estación viendo de forma melancólica la casa que se cruzaba siempre en su camino, de fachada verde oscuro decorada con carteles de "Se vende". A los pocos minutos llegó a la parada, le queda una larga espera antes de irse.

15 minutos.

Aburridos si no sabes con que entretenerte.

Odiosos si deseas que se terminen cuanto antes.

Interminables si no puedes hacer nada.

Torturadores si tu mente te atormenta con comentarios hirientes hacia tu ser.

Solo 15 minutos.

15 minutos en los que puedes hacer muchas cosas o nada.

15 minutos en los que te puedes encontrar mirando el móvil o vomitando.

Vomitando. . .

Esa palabra resonó en la cabeza del pelirrojo, ¿Porque había pensando eso?, tantas cosas que hacer, pero, ¿vomitar?

Si, vomitar.

Son las 4:26 a.m y eso piensa hacer el chico alto e inseguro. Esta parado frente al inodoro, inundado en sus lágrimas culpables, mientras los pensamientos de soltar todo se acumulaban en su cabeza.

Acaba de darse un buen atracón de comida. Helado, yogurt, zumo, flan. . . Todo lo que podía agarrabar acaba dentro de su boca y luego en su estómago, ¿Porque se permitía hacer eso? Realmente no se lo permitía, solo lloraba, dejaba que constantes y anchas lágrimas resbalaran por sus mejillas, pecosas y levemente rojas, hasta llegar a unirse en el picó de su barbilla y caer en lo que se comía, como un grifo estropeado que nunca deja de gotear.

Se sentía horriblemente culpable, se sentía culpable cada que algo entraba en su boca y ahora su mente lo estaba intentando compensar. Penso que si todo eso que entro a su cuerpo era malo, debia sacarlo, ¿Cómo?

Vomitandolo.

Miraba el inodoro en busca de respuesta, de alguna señal, no se sentía capaz de hacer eso, pero debia hacerlo, lo necesitaba, lo necesitaba para seguir viviendo en paz, para que la culpabilidad desapareciera, para que esa agonía que tenía dentro se desvaneciera.

Lo iba a hacer.

Dio pasos leves y delicados, dejando que la luz levemente amarilla hiciera notar el reflejo de su cara mojada y su pelo rojo, se arrodilló de forma lenta, aún no estaba seguro del todo, estaba a tiempo de arrepentirse. Todavía había tiempo de levantarse e ir a su habitación a tratar de dormir y quizá la culpa desaparecería.

Se inco levemente hacia a delante y rápido se arrepintió y se puso hacia atrás, sentándose sobre sus pies, poniendo la manos en su cara empapada de saladas lágrimas.

— No. . .No puedo. . . — Se dijo a si mismo arrepintiendose de lo que iba a hacer, soltó un gran suspiro y se decidió por completo.

Se incorporó quitando la manos de su rostro y separando sus labios poco a poco mientras acercaba dos dedos hacia el interior de su boca provocandose arcadas.

Vómito.

Solto todo, toda la comida que anteriormente había pasado por su boca había sido devuelta, su boca le sabía rara y algo asquerosa, su garganta dolía levemente, nada fuerte pero era bastante incómodo, aún así, un gran sentimiento de paz lo invadió, la culpabilidad que lo consumia se habia ido con la comida, se sentía aliviado, liberado de aquella preocupación llamada "subir de peso", se sentía extrañamente bien luego de sentir ese pequeño resquemor en su garganta al pasar el ácido por esta, la molestia era lo de menos, se había librado de la culpa y sus lágrimas cesaron, ya no recorrían sus mejillas de forma continua, aquel grifo se había arreglado.

. . .

Un abrumador silencio se produjo, no se escuchaban ni sus propios pensamientos. Con algo de dificultad se levantó del suelo frío en el que permanecía, al día siguiente tenía clases.
No tenia ninguna motivación por ir, todo alli era bastante normal, no habia nada que lo resaltara de los demas, aunque debía esforzarse bastante a la hora de mantenerlo todo al día y ademas tener una vida fuera de clases, no podía bajar su promedio de 10. Sería su perdición por completo.

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