𓈒 ࣪ 🪐 ᵂᵉ'ˡˡ ᵐᵉᵉᵗ ᵃᵍᵃⁱⁿ ⭑ 私 ⤾

No te vayas, porfavor

— ¡Kyle Broflovski! — Se escucho un grito acompañado del sonido de el golpe de una regla de madera golpeando la mesa en la que se encontraba el nombrado, haciendo que abriera sus ojos de golpe dando un pequeño brinco por el susto — ¡Fuera de clases!

Se había dormido en clases.

Era la primera vez que eso le pasaba, en todo su recorrido académico en ningún momento le echaron de clases, escuchar aquellas palabras le hicieron sentirse algo avergonzado, más aún cuando sintió las miradas de toda la clase posadas sobre el. Se levantó de manera rápida, disculpándose con el Señor Garrison, este acto hizo que se mareara y cuando quiso dar el primer paso, callo al frio suelo, desmayandose.

El suelo siempre esta frío.

¿Porque el suelo siempre está frío? No importa como o porque, pero el suelo siempre estaba frío, sobretodo si era de esas baldosas que hay en las cocinas o baños, siempre estaba helado.

. . .

Frío, sentía frío en la yema de sus dedos, llevaba guantes ¿Como era eso posible?

Sus ojos se abrieron poco a poco, deslumbradose por la luz que estaba colgada del techo, dándole directamente en los ojos; para evitar ese ardor desvío su mirada, veía algo borroso, pero a su lado pudo ver a un chico de sudadera naranja, supuso que era Kenny, a su otro lado se encontraba otra persona, de complexión bastante ancha, con una sudadera roja, ¿Cartman? ¿Que hacía ese mamón ahí? Se escuchaba un pequeño zumbido, estaban hablando entre ellos, pero no lograba entender sus palabras.

Con esfuerzo movió sus manos colocándolas sobre el colchón en el que estaba tumbado, sentándose, frotando sus ojos para aclarar su vista, el zumbido se detuvo, ahora tenia el peso de dos miradas sobre el.

Miro a los lados, reconociendo aquel lugar, estaba en la enfermería.

— ¿Qué hago aquí? — Se escucho la voz del pelirrojo debilmente, haciendo que ambos chicos le prestaran más atencion.

— Te desmayaste, marica — Dijo el obeso con cara de enojo, el rubio le dio una mala mirada haciendo que este rodará sus ojos mirando al otro lado de la sala.

— La enfermera llamó a tus padres — El rubio le explicó, mientras miraba la cara de terror que ponía el pelirrojo al escuchar eso. — Dijo que estaba preocupada por tu estado

— Nono, yo. . .¡Yo estoy perfectamente! — Atino a decir apresuradamente, como si eso fuera a cambiar algo, no quería preocupar a sus padres, ni mucho menos a su hermanito.

La puerta de la enfermería se abrió, dando paso a la enfermera, al verla Kyle se encongio abrazando sus piernas.

— Al fin despertaste, Broflovski — La enfermera le sonrio con dulzura, el chico parecía asustado ante la presencia de la mujer. — ¿Puedes levantarte?

El pelirrojo vio como sus otro dos amigos se iban del lugar y les dio una mala mirada, le habian dejado solo asi sin más, luego con cuidado se levantó de aquella camilla, poniéndose de nuevo su gorro verde, lo había visto sobre una de las mesas del lugar.

— Ven, súbete a esa pesa — Le indico señalandola, el chico se quedó quieto mirando a la enfermera, diciéndole con la mirada que no quería, pero a esta no pareció importale mucho. — Debo medirte también

Seguía mirándola sin decir nada, hasta que al final hizo caso y se subió a esta, teniendo que quitarse su gorro verde, otra vez, para ser medido.

— Wow, eres muy alto — ¿Porque le trataba como si tuviera 5 años? Ya sabía que era alto, no necesitaba ser medido para eso — Y, pesas mucho menos de lo que deberías para ser tan alto — Dejo su tono infantil, lo declaró con seriedad. Kyle ya lo sabía, lo había investigado, pero aún así, no se sentía contento con ese número que marcaba la pesa. — Mides 1,86 cm y pesas 54 kg, es esta mal, Broflovski.

El pelirrojo no parecía escucharla solo quería escapar de allí cuanto antes pudiera.

. . .

Ahora se encontraba fuera de la enfermería esperando mientras rascaba su brazo con nerviosismo por encima de la manga de su chaqueta anaranjada, detrás de la puerta estaban sus padres hablando con la enfermera.

Una vez salieron, deseo con toda su alma que la tierra se abriera, lo tragara y nunca más lo escupiera.

— Kyle, nos vamos al médico — Ordenó con seriedad una mujer, algo baja y de cabellos rojos, la señora Broflovski, agarrando a su hijo de la muñeca y casi agarrastrandolo, mientras eran seguidos por el señor Broflovski, el cual se mantenia serio.

— Mamá, no hace falta ¡Estoy bien! — Trataba de soltarse del agarre de su madre sin éxito, el nerviosismo le hacía perder su fuerza la cual estaba centrada en poder mantenerse de pie y no desplomarse allí mismo, frente a sus padres, que más que preocupados parecían enojados.

. . .

— Bulimia — Declaró un médico sentándose en la silla. Al oír eso, el mundo del pelirrojo se callo de golpe, haciendo un gran estruendo en su interior.

Bulimia.

Esa palabra resonó en su mente, como si tuviera eco. Imposible, no, no era posible, no tenia bulimia. Esta seguro.

Una vez pudo se levantó de la silla, con ningún tipo de expresión en su cara, más que un vacío abrumador; salió de la sala, esperando ser seguido por sus padres, pero no fue así, se quedó afuera unos minutos, no más 5, pero se le hicieron eternos.

Dolorosos, horribles, odiosos.

Al ver que estos salían, ahora con una expresión algo más preocupada lo siguió tratando de evitar cualquier tipo de contacto visual y sin responder cuando le hablaban.

. . .

— Mamá, ¿Kyle se va a tener que ir? — Murmuró el menor de los Broflovski, haciendo notar su tristeza, no quería que su hermano mayor se fuera, ¿Qué haría sin el? Desde siempre ambos eran inseperables, siempre se llevaron bien y no tenían esa especie de "enemistad" como tenían otros hermanos.

— Si, se tiene que ir — Dijo de forma seria mirando al pelirrojo el cual hizo un puchero de enojo, no tenia ninguna intencion de irse de aquella casa y dejar a su hermanito.

— ¡No, no me voy a ir allí! — Le contradijo el chico y está ignoro lo que dijo, tenía que ir, si o si.

Llevaba meses sin apenas poder comer, y si por algún casual algo de comida entraba en su boca era inmediatamente devuelto a forma de vómito, no podía seguir así, tendría que ser ingresado en el hospital.

— Mañana después de desayunar te llevaremos, recoge lo que necesites y si quieres avisa a tus amigos — Ordenó y luego salió de la sala, yendo hacia la cocina, dejando a sus hijos, uno con expresión enojada y el otro con expresión triste.