Quiero verte.

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Se encontraban dos chicas, una rubia y otra azabache, en la cafeteria del hospital. Estaban en una mesa redonda sentadas una enfrente de la otra, con dos platos de comida en la mesa.

— ¿Como está Marsh? — Dijo la rubia viendo como la chica que tenía enfrente jugaba con su comida.

La mirada de la azabache estaba perdida en aquel plato de macarrones mal echos, la comida del hospital no era la mejor, al escuchar la voz preocupada de la rubia elevó su mirada, se le notaba algo triste.

— No mejora — Declaró mirando a la rubia la cual comía con tranquilidad. — Cada vez va a peor, y Broflovski viene como 15 veces al día a convencerme de poder entrar a verle, me da lástima tener que echarlo siempre — Exageró un poco el número pero aquel pelirrojo era realmente insistente con el hecho de poder ver a Stan.

— ¿Ves alguna posibilidad en que mejore? — Pregunto la rubia con algo de disimulo, sabía que sería algo difícil para la contraria una respuesta sincera. — Si realmente no ves posibilidad deberías dejarle entrar — Continuó hablando mientras la azabache fijaba su mirada en ella. — Broflovski volvió a dejar de comer por completo, ya casi no habla, y si dice algo es solo para preguntar por Marsh, esta muy preocupado por el. . .

— Igual que Marsh. . . — La azabache le contesto con seriedad y algo de disgusto, ambos chicos había tomando el mismo comportamiento. — Quizá tengas razón. . .

La azabache balbuceaba algunas cosas mientras la rubia le miraba aún preocupada, Marsh se había vuelto importante para Naomi y sabia que su pérdida podría llegar a afectarle.
La rubia llevó su mano hasta la mano de la azabache la cual estaba posada en la mesa, entrezandando sus dedos.

— Hoy cuando venga le dejaré pasar — Le informóa la azabache recibiendo una sonrisa reconfortante por parte de la rubia.

. . .

Como estuvo haciendo durante las últimas semanas, el pelirrojo se mantenia frente a la habitación 4.S, mirando aquella puerta con indecisión, estaba cansado de que Naomi le echara, pero necesitaba ver a Stan, saber como estaban, hablar con el. . .

Estaba preocupado.

Desde aquel día que le dio ese ataque de tos no pudo volver a verle, estaba realmente preocupado por el estado de su mejor amigo y tenia miedo de lo que le pudiera suceder, no podia evitar ponerse en lo peor.

Picó a la puerta y a los pocos segundos la abrió una chica azabache, unos centímetros más baja que el.

— ¿Hoy me dejaras pasar, por favor? — Musitó el pelirrojo algo esperanzado pero sin darle ni una sola mirada a la chica que tenía enfrente.

— Pasa. . . — Le respondió la azabache de una forma baja, viendo como el pelirrojo elevaba su mirada de golpe, era obvio que no se esperaba esa respuesta, agradeciendole torpemente.

Naomi retrocedió unos pocos pasos dándole a paso a Kyle el cual no se lo pensó dos veces y entró a aquella habitación, sentía algo de miedo y a la vez nervios, no sabia como podría encontrarse al rubio y eso le asustaba bastante.

El rubio permanecia tumbado en la cama, estaba casi tapado por completo, acurrucado entre aquellas mantas, como un gato o una oruga, temblando de frío, su rostro estaba bastante más pálido que de costumbre decorado por pequeñas gotas de sudor y mejillas algo rojas. Parecía como si tuviera una gripe, algo bastante casual despues de haber pasado toda la noche bajo el frio con esos finos pijamas azules.

Cuando esté vio al pelirrojo trato de recomponerse sentándose en la cama con de dificultad, apenas podia moverse cómodamente, mostrándose algo curioso, pensaba que Naomi no dejaría entrar a nadie, o al menos eso le había dicho y ver a aquel chico hay era algo que no esperaba ver, sinceramente, pensaba no poder ver a nadie, aparte de Naomi, hasta que se muriera. Si, era muy pesimista.

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