➵「07」

773 79 23
                                    

❝disfrazando la maldad❞

:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧
*:・゚.✧:・゚.✧ *:・.
┊  ┊  ┊  ┊
┊  ┊  ┊  ❀
┊  ┊  ✧
┊  ❀


 ┊  ┊  ┊  ┊ ┊  ┊  ┊  ❀ ┊  ┊  ✧ ┊  ❀ ✧

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


╰───────♡────────╮

Mirando las grandes paredes cristalinas del castillo, una pequeña poni morada miraba todo asombrada de estar a punto de entrar al castillo real, un sueño para muchos, un terrible miedo a la yegua, ¿la razón?, Hace dos días cuando despertó el mismo día que sin saber en qué momento había llegado a su casa,  bajo las escaleras de su casa para buscar a sus padres con un molesto pero soportable dolor en sus patas, cuando los encontró fue derribada por un centenar de preguntas apenas intento saludar a sus padres.

Se quedó aturdida en todo el interrogatorio,  hasta que le preguntaron algo que a ella la hizo bajar las orejas y adoptar una cara de trastorno, y es que ella había Sido convocada al palacio en dos días, algo que le parecía una pesadilla, no entendía porque el rey la había llamado si hasta su padre le había dicho que el cuando llego con ella a sus cuestas le ordeno una tarta que ella sabía que le debía al rey, y que su padre le aviso que le dió, pero que antes de irse les recordó que la quería a ella en el palacio, no especifico una hora de llegada, pero supuso que tenía que ser temprano.

Así que allí se encontraba, con una mochila llena de manzanas cristal, algunos polvos de hornear que eras sus preferidos para cocinar sus tartas y un poco de dulce que ella misma creo con un tanto de azúcar y caramelo, suspirando e intentando alejar sus nervios, camino hacia la plaza donde estaba el corazón de cristal, y admirandolo por unos segundos, camino hacia las grandes puertas y con sus cascos tocó la firmes puertas de madera.

Espero por unos segundos que le parecieron eternos, tanto que hasta se sentó en el parco de la puerta y sacaba un pequeño libro de su mochila menos vacía, que había traído para entretenerse un poco, hasta que escucho un ligero tic y moviendo sus orejas volteó a ver hacia las puertas, dónde una poni con delantal la miraba interrogante.

Supuso que era una de las sirvientas del castillo, así que rápidamente se paró y saludo.

— buenos días, soy Twilight Dawn, fui ordenada a venir al palacio de parte de su alteza el rey — le informo con una sonrisa nerviosa.

La poni la miro un segundo para después regalarle una pequeña sonrisa: — por su puesto joven, el rey dejo avisado antes de irse que estuviéramos al pendiente de su llegada, pase adelante — se hizo a un lado y le permitió la entrada, Twilight asintió timida y paso a un lado de ella, la yegua encargada del aseo del palacio cerró la puerta y se posó ante ella — sígame, por aquí por favor.

Ambas caminaron entre las grandes parecer del castillo, Twilight miraba todo asombrada, ya que era la primera vez que entraba al gran castillo real, estaba tan asombrada como a la vez nerviosa, y cuando estaba de esa manera no podía evitar hacer preguntas.

| 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝: La sentencia del corazón | Twibra°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora