Capítulo 7

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Alejo

Era divertido vivir con ellos, a veces los demás nos acompañaban en horas libres o días en los que nunca pisabamos el departamento por andar recorriendo las demás facultades. El trabajo estaba bien, tenía dinero para pagar mi parte de los servicios y me sobraba bastante para ahorrar y salir con Belén.

Belén, a ella no le había parecido la idea de la mudanza, dos hombres y una mujer en el mismo techo le parecía extraño. Pero ignoraba sus comentarios, dormía más, me enojaba menos, tenía mucho más tiempo; tanto que había regresado a corregir unos cuentos que había dejado abandonados. Incluso nos sentabamos los tres horas en la sala cada uno haciendo sus propios proyectos.

Hana nos había metido poco a poco en su rutina, tés para dormir, comida medianamente sana, meditaciones, inciensos por toda la casa, incluso se llevaba a Julio al gimnasio cuando ella no iba a nadar, yo por mi parte seguía en el Kendo.

Había días donde me despertaba y ellos ya no estaban, ya sea por la escuela o salir a caminar. Mientras que los fines de semana desayunábamos juntos y luego cada quien veía que hacer de sus vidas.

Podía respirar mejor de la vida, fin. Jodo mucho pero es genial vivir a veinte minutos de la facultad.

Ya era de noche y me había quedado puliendo un cuento, lo mandaría a una revista de la UNAM para su publicación y quería que quedara perfecto; cuando Julio comenzó a moverse en la cama de manera violenta y un grito me terminó por espantar y hacer que me levantará de mi cama a despertarlo.

—¡Julio! —dije mientras lo movía para despertarlo, lo que funcionó a medias porque se espanto, brinco y se golpeó con la pared —. ¿Estás bien?

—Sí, solo fue un mal sueño —contestó sobándose la parte trasera de la cabeza, yo regresé a mi cama para sentarme mientras él se incorporaba. —Perdón si te desperté.

—No me he dormido, sigo escribiendo.

—¿Y el trabajo de teoría?

—Tampoco hago milagros —eso lo hizo reír, alcanzó mi laptop y la terminó por apagar; me acuesto sobre las cobijas solo para tratar de dormir.

—¿Ya te vas a dormir?

—No tengo sueño, pero mañana entro temprano.

—¿Cuál temprano? Entras a las doce.

—Eso es temprano para mí, no estoy tan mal del cerebro para meter clases a las ocho como ustedes.

—No pues gracias por decirnos pendejos —empezó a decir riendo.

—Aquí el único pendejo eres tú, Hana sabe cosas.

—Hana sabe cosas.

Nos quedamos en silencio tanto tiempo que al inicio creo que se ha quedó dormido de nuevo, hasta que su voz interrumpe mi mente y ahora soy yo quien no cree poder dormir esa noche.

—Sonara muy extraño y sé que si Hana se entera pedirá una explicación no hetero, pero, ¿te puedes dormir conmigo?

¿Puedo.dormir.con.él?

¿Puedo dormir?

¿Puedo?

Hay una parte de mi que no entiendo el porqué está tan tranquila y quiero negarme, pero, solo vamos a dormir. No lo volveremos a hacer, solo será está vez y nadie debe enterarse. No sé porque mi cerebro recuerda ese sueño, o tal vez porque no fue un sueño. ¿Julio me hubiera comentado algo si en realidad paso?

—Le dices a alguien y te castro, no te olvides que sé dónde vives —digo mientras me levanto y cruzo el cuarto para acostarme a su lado, él solo se ríe haciéndome un lugar.

Un Error Perfecto (La Curiosidad Mato Al Hetero)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora