Capítulo 20

37 4 4
                                        

Julio

Pánico, estrés, ansiedad, ganas de vomitar y dolor de cabeza. Todo porque se nos ocurrió hacerle una fiesta a Hana, en realidad fue idea de Alejo pero me dejó toda la organización y juro que no lo mató solamente porque lo quiero; y porque es homicidio, no me apetece vivir el resto de mi vida en prisión, que tal que se me cae el jabón y debo agacharme.

Pero creyeron que sería divertido y bueno, aquí estamos, inflando globos, acomodando botellas y vistiéndonos porque claramente hicimos la fiesta temática de Disney y mientras nosotros estamos aquí acomodando todo el departamento; el novio de Hana la distrae en una plaza buscándole un atuendo de princesa.

Tania terminaba de preparar los bocadillos, cuando Alejo entró por la puerta con el pastel. Una cosa gloriosa en forma de libros, cada uno tenía el título de varios de sus favoritos.

—Pastel listo —dijo dejándolo en la mesa —. ¿En qué más soy bueno?

—Deja ver, en nada —dije poniéndolo más al centro de la mesa, no quería que se cayera el pastel y tener que ir a buscar uno nuevo; pero al verlo, Alejo tenía una cara de ofendido.

—Soy bueno en muchas cosas.

—Dime tres.

—Kendo, inglés, hablar sobre romanticismo y haciendo esto —sin darme cuenta junto nuestros labios tan rápido que nadie se dio cuenta —. Y ahi fueron cuatro, así que, gane.

Se dio la vuelta y fue a la cocina para ayudar a Raquel con las pizzas. Me quedé un momento aún sin saber qué había pasado pero al ver qué el gato me miraba con burla regresé a lo mío. Ningún animal iba a burlarse de mí. Bueno, tal vez Alejo sí, pero es un animal bueno, de esos que se acurrucan buscando calor y no pueden dormir si no les hacen piojito y se trepan en algo; eso sonó mal hasta en mi cabeza.

Cómo sea, termine de acomodar las cosas y ya todo estaba listo, las demás personas ya habían llegado y le habíamos avisado a su pareja para que la trajera de regreso. Una vez con Hana en el departamento la fiesta inició; cabe decir que nada salió mal y después del pastel y de que prácticamente ella se lo quedará casi todo, solo nos quedamos el grupito original con sus parejas a ver cómo abría sus regalos.

—Yo quiero abrir este —dijo agarrando una bolsa de papel con un moñito emocionada.

—No se vale, ya sabes que es —dijo Alejo.

—Por eso mismo, ya quiero abrirlo y verlo —contestó abriendo la bolsa y sacando un libro de este, tenía una portada ilustrada, pero las letras me hicieron saber cuál era.

—Pero ya lo tienes, ¿Cuál es la emoción?

—Que es la versión francesa —respondió su pareja divertido.

—Y no costaba más de quinientos pesos —complementó Alejo —. Solo no sé de dónde Max lo sacó.

—No sé, pero ahora lo amo más —esperen, ¿Max?

—¿Cómo que Max?

—Sí, nos invitó al cine con los demás —dijo Hana como si nada —. Y ahí me lo dio pero dije que no lo iba a abrir hasta el día de mi cumpleaños.

—Esperen, ¿Hablan con Max?

—Claro, ¿Tú no? —respondió Tania comiendo de su pastel, todos se rieron, sabiendo claramente el porque no me hablaba con él; todos sabían que habíamos terminado, pero nadie entendía el porqué y sabía que regresando a la escuela ese porque iba a tener un sin fin de respuestas por parte de toda la generación.

—Creo que es bastante obvio que no.

—Sí que lo dejaste mal, ¿Algún día sabremos por qué lo dejaste? Era un gran chico y nos caía mejor que cualquiera de tus exs —siguió Raquel y sentí como se movía incómodo Alejo, por suerte Hana intervino.

Un Error Perfecto (La Curiosidad Mato Al Hetero)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora