Alejo
En mis cortos veinte años de vida he aprendido algunas cosas como: transbordar en pantitlán, subir en la Raza sin morir en el intento; hacer que cincuenta pesos me duren toda una quincena; al cómo sobrevivir a vivir en la facultad; como elegir amistades sinceras; donde ir a comer para no gastar tanto; aprendí a andar en bicicleta; también como distinguir un funko real de uno falso y por supuesto como estudiante de letras sé donde conseguir los libros en pdf.
Pero nunca pude aprender a contestar la pregunta que los filósofos se hacen diez veces por hora: ¿Quien soy? Verán, había tratado de responder eso durante años pero nunca podía llegar a algo en concreto, porque cada vez que me ponía a pensar salían demasiados adjetivos; gustos y victorias que hacían la respuesta demasiado ambigua. ¿Qué tiene que ver con la historia? Así empezó todo.
Porque a pesar de que la vida es demasiado corta para arrepentirnos de las cosas, en la opinión profesional de alguien que comete estupideces cada día de su vida; sé que todo tiene un porqué; un origen; un principio; nada empieza de la noche a la mañana y por más que quiera arrepentirme de muchas de las cosas que hice. No puedo, porque cada uno de esos errores me ha llevado a ser quien soy actualmente.
Por lo que el día que todo empezó no tuve señales; no aparecieron números angelicales; las palomas no dejaron sus plumas a mi alrededor, además de que por supuesto, nadie me aviso que empezaría aquí, -aunque tengo mis razones para creer que había comenzado meses antes- un día normal en el que llegue tarde a la clase de Lexicología donde la maestra había iniciado la clase explicando el uso de los pronombres, para finalizar la misma con un monólogo de el porque la manera en la que nos dirigimos a nosotros afectaba nuestra propia perspectiva del mundo; pero no tenía tiempo para psicoanálisis porque tenía que fingir estar leyendo para una clase a la que me importaba muy poco entrar y que al final termine diciendo que sí a todo lo que mis demás compañeros comentaban. De ese modo termine en la facultad de ciencias comiendo con todo el grupito mientras se organizaban para la fiesta de cumpleaños de Tania.
—Entonces seríamos nosotros, las parejas, los amigos de Tania, los amigos de Julio, los de Alejo; como veinte personas —dijo Hana mientras anotaba en su cuaderno una lista de las personas invitadas a un lado de todo lo que se debía comprar. —Yo digo que compremos pizzas, pastel y más comida; que el alcohol y los vicios los lleve cada quien.Todos estuvimos de acuerdo con eso y comenzó a hacer cuentas para ver de a cuanto nos tocaba dar.
—Les voy avisando a los demás —mencionó Julio mientras seguía comiendo y sacando su teléfono para mandarle mensajes a todos; acto que imitaron Tania y Hana.
—Vale ¿en el Edén después de clases? —le pregunté mientras le respondía un mensaje a Belén, mi novia. Debía volver a la facultad cuando ella saliera para irnos juntos por lo que solo monitoreaba la hora para que me diera tiempo a regresar.
—Sí, bueno, después de latín imaginó, yo los veo en el Edén ya que no tengo clases pero sí cita con mi psicóloga e imagino que no entran a español.
—No, ni loca regreso a la clase ya peda; lo hicimos una vez, dos ya es demasiado —replicó Tania divertida.
—Bueno, si quieren pueden traer un cambio de ropa y en caso de que nos quedemos más tiempo del estipulado se pueden quedar en mi departamento y al día siguiente después de clases cada quien se va a su casa—concluyó Hana, la única que tenía de cierta manera casa para ella sola.
—En ese caso que Julio y Alejo se duerman juntos, total, novios ya son —comento Raquel riendo, Julio solo le mostro el dedo de en medio y yo me reía con la mano en la boca para no escupir mi hamburguesa.
Desde que nos habíamos hecho amigos, tenían la costumbre de emparejarnos por cualquier cosa, una especie de Bromance donde yo era el pasivo y Julio se enojaba por los comentarios de las chicas; yo me reía porque decían que hacíamos linda pareja. Y a ver, entiendo de donde viene todo eso; pasamos de vivir lo que Hana le gusta llamar como "enemies to lovers" a comenzar a ir juntos a muchos lados que nos gustaban a los dos; además de que siempre estábamos juntos; los proyectos los hacemos juntos; las tareas las hacíamos juntos; estudiamos juntos para las clases e incluso él me enseñó a andar en bicicleta; nos llegamos a besar en la misma mesa en la comíamos y esta bien, había días donde si nos comportamos como pareja. Por lo que les habíamos dado mucho material para jodernos con un bromance; incluso Hana amenazaba con escribir una historia con nosotros de protagonistas.Así que no podía quejarme tanto si nosotros mismos nos poníamos de pechito para recibir las burlas de todas; pero todo se quedaba en eso; un bromance de dos amigos que pasaban demasiado tiempo juntos. Porque a parte de todo lo que había aprendido en mis escasos veinte años era saber que soy cien por ciento hetero; sin contar que los hombres son imbeciles, lentos en aprendizajes, huelen mal; son infieles y nada de buen material como novio; porque sé que sería la clase de gay que le gusta Taylor Swift y que le lleven flores porque sí. Julio es más la clase de novio que te manda stickers de mapaches; se le olvidan las fechas y prefiere comprar libros a comer; por lo que no gracias, si llegara a enamorarme de un hombre tendría que ser o con mucho dinero o muy detallista.
Después de comer; Tania, Hana y yo regresamos a la facultad, ellas por una última clase y yo para ir por Belén; eramos felices con nuestras existencias hasta ese momento. Seis jóvenes adultos explorando la vida en la universidad; fiestas, alcohol, llegar tarde a casa, trabajos mal pagados y clases sin sentido que debíamos pasar para poder graduarnos; creíamos tener el mundo entre nuestras manos; que podíamos hacer todo lo que quisiéramos; creíamos que éramos reyes del mundo, al menos de nuestro mundo. De todas formas, al día siguiente sería la fiesta de cumpleaños de Tania ¿Qué podría malir sal?
ESTÁS LEYENDO
Un Error Perfecto (La Curiosidad Mato Al Hetero)[TERMINADA]
Fanfiction-¡Bomba, para bailar esto es una bomba! -Julio cantaba abrazado a un lata de four loko, está vez no había alcanzado para algo más de alcohol. -Mi amor cierra el hocico -dijo un Alejo harto de todos nosotros. -Ven y cállame. -¿Pueden dejar sus joteri...