Capítulo 2

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Julio

Esta es la historia de mi muerte. En realidad Hana vio tantas veces esa película que me aprendí el inicio y el desarrollo y que ella quiere ir a ese lugar a dejar su velita con su nuevo sueño y que Alejo quiere que alguien le ponga tanta atención como el ladrón a Rapunzel cuando el ladrón le da la mejor visión de todas por su cumpleaños; pero analizando un poco todo el contexto, creo que si es la historia de una muerte. Pero no es como se lo imaginan; nadie muere; no es una historia triste, ni terminamos en un cementerio llorando por lo que no pasó. Al menos no mueren físicamente, es como en los poemas; el poeta utiliza el recurso de la muerte para expresar que algo ha tenido una transformación, que las cosas pueden cambiar en ese momento y se mantiene en un nuevo camino.

Esa es la resolución de mi propia muerte; porque un artista no puede crear sin el constante saludo de la calaca tocando a su puerta; por lo que a este periodo de mi vida me gusta llamarle "nunca". Porque nunca se dice nunca a nada, por más estupido y fantasioso que suene. Nunca lo hagan; porque soy la prueba viviente de que son las peores promesas que se pueden hacer en su existencia: nunca me voy a enamorar de alguien de mi carrera, me la paso atrás de ella por dos meses y me batea por su novio pilarcito; nunca voy a gastar más de dos mil pesos en libros, me quedo sin comer dos semanas; nunca besaría a un hombre, me terminó enamorando de mi mejor amigo.

No, esperen, ya me adelante; regresemos al momento donde creo que inicio todo; porque ese es otro tema, creo que nunca voy a saber cuando me enamore de Alejo.
El examen de latín había sido sencillo, si tomamos en cuenta la cantidad de copias y cuadernos afueras que teníamos en la mesa; sin olvidar que éramos tres personas haciendo un examen. Pero todo salió bien, creo, bueno tal vez no; que sea lo que dios quiere; quien manda a la escuela ponernos latin como materia obligatoria.

Aún así horas después ya estábamos en la celebración, el alcohol había sido repartido; la música sonaba alto; la comida se había terminado y justo estábamos hablando de que tan mal nos caían las personas del salón. En nuestra defensa, a la mayoría les caemos mal. No es nuestra culpa que los maestros nos prefieran a nosotros que a ellos. Okay, sonó demasiado ególatra, pero es la verdad.

—Alejo, ven y baila conmigo —le grite viéndolo estar en su celular, imagino que habla con su novia y su novia y su novia y su novia y su novia. No, no es envidia, solamente quiero molestarlo un rato más y todo el día ya estuvo pegado a su celular hablando con Belén; entiendo que sean pareja pero necesitan aprender algo llamado "independencia", no creo que sea muy sano vivir pensando en la otra persona. ¿Envidia? puede ser, mis relaciones no han salido muy bien.

—Dame diez minutos.

—Diez minutos mis huevos, deja el celular —repliqué levantándome para quitarle el celular y una vez que lo conseguí lo aventé a mi mochila, jalandolo para levantarlo; él rodó los ojos pero con una sonrisa en la cara siguiendome el juego.

—Hasta que los jotos van a hacer algo —dijo divertida Hana quién bailaba con Tania.

Estuvimos de esa manera un buen rato, las personas pasaban; algunos de nuestros amigos se sentaban; algunos otros ya iban muy viajados y otros no soltaban su vaso; algunos incluso terminaron mezclando cosas las cuales vomitaron en algún punto. Ya entrando la tarde el sol comenzaba a bajar y solo nos quedamos los mismos seis, junto a la novia de Alejo, quien hacía poco que había llegado y un amigo de Tania; incluso el novio de Hana se había retirado hacía un rato.

—¿Y ahora qué hacemos?

—No lo sé, ¿Alejo? —me gire a él viendo cómo rodaba los ojos ante el nombre.

—Deja de decirme así.

—Así te llamas.

—No y lo sabes.

Un Error Perfecto (La Curiosidad Mato Al Hetero)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora