No soy él

825 138 7
                                    

Estaba exhausto.

No solo su madre le había estado mostrando los diferentes usos de Zidian sino también mostrándole cuales eran las diferencias entre su propio estilo y el original. Al menos lo había alentado a que siguiera, a que no dejara lo que ya había formado.

Cuando llegó a su habitación, noto que Lan Xichen estaba ahí sentado con un libro en el regazo, pero su cabeza sostenida con el otro brazo. Estaba dormido. ¿Por qué tenía la sensación de que era algo que pasaba siempre? Ya había visto al de su realidad una vez así, pero en la biblioteca. Verlo así, tan relajado, tan confiado, tan... vulnerable... Hacía que se diera cuenta que le faltaba conocer mucho más a ese hombre.

Y ahora que lo pensaba, al final no habían podido establecer un buen momento para viajar a Gusu Pero estaba bien, Yunmeng se especializaba más en venenos y maldiciones después de todo... Volvió a mirar a Xichen. Efectivamente era la misma imagen que tenia en la cabeza de la biblioteca, solo que aquel era varios años menor.

Tuvo el impulso de acercarse, y aunque estiro una mano con la intención de acomodar unos mechones, se detuvo.

No.

Cerró la mano en el aire.

Debía admitir que tenía cierta... curiosidad. Pero no era el lugar para saciarla. Quizás... cuando regresara la pondría a prueba. Le daría la oportunidad al de su mundo y vería si... realmente podía pasar algo.

Decidió tomar el libro para dejarlo en otro lugar y vio que como marcador había algo...

— ¿Una flor de loto? – susurró mientras miraba el separador, se trataba de una que tenía un tiempo. Se preguntaba si había sido un regalo y por eso la conservaba... Decidió dejarla en la hoja donde estaba. Miro de reojo a Lan Xichen que seguía dormido.

Quizás debería despertarlo... Dejó el libro sobre una mesa que estaba cerca y le colocó una mano en el hombro.

— Lan Xichen... - lo llamó

Nada.

— Lan Xichen – volvió a llamarlo sacudiéndolo un poco. ¿Tan dormido estaba? Iba a insistir nuevamente cuando notó un poco de movimiento, y lo vio reaccionar levemente. — Hey, te quedaste dormido...

— ¿A-Cheng?

Su voz sonaba ronca, y apenas abrió los ojos unos momentos para mirarlo...

— Soy Wanyin -le corrigió suspirando – Quizás es mejor que vayas a dormir... tu...

No pudo completar la frase porque de repente se vio de espaldas en el suelo.

— A-Cheng... regresaste...- La voz seguía siendo una de alguien que acababa de despertar, al igual que los ojos. – Te extrañé... Baobei.

Jiang Wanyin quería empujarlo, pero Lan Xichen al tirarlo al suelo, lo había sujetado de las manos entrelazando los dedos. Para cuando quiso protestar, su boca se vio atrapada en un beso que empezó como un simple roce de labios para luego sentir cómo la lengua lo obligarba a abrir los labios... Cuando finalmente logró su objetivo, el beso se profundizo un poco más. No pudo evitar dejar escapar un pequeño sonido a modo de queja.

El muy idiota besaba bien.

Peleo unos momentos hasta que Lan Xichen decidió darle un respiro y aprovechó. Concentró su energía espiritual para darle un pequeño golpe, no lo suficiente para lastimarlo, pero si para despertarlo y que volviera a sus sentidos. Una pequeña descarga era todo lo que necesitaba. Escucho la queja y lo vio cerrar unos momentos por el golpe, solo para mirarlo confundido sin entender.

— A ver si me sueltas, maldito pervertido... - gruñó... Aunque tenía la impresión de que no se veía en absoluto aterrador. Ni siquiera si había llegado a quejarse adecuadamente

Intercambio de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora