Esto No Estaba En Mis Planes - SHADAMY

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NARRA SCOURGE:

El plan había funcionado, todo estaba en orden. Caminé por la base de mi jefe con total tranquilidad pensando en lo bien que había hecho mi trabajo.

–"Ese huevo por fin me dará las gracias" —Canturreaba en mi mente, orgulloso de mí excelente papel en aquella actuación.

Miré por uno de los ventanales del pasillo, al estar bajo el agua el ambiente era algo frío y solitario. Me detuve a pensar en muchas cosas mientras miraba a los peces nadar sin ningún tipo de problema por ahí.

Fiona.

Ese nombre se me vino vagamente a la cabeza, como desde el día en que la conocí.

FLASH BACK

Caminaba por el bosque tranquilamente una noche tratando de buscar algo de comida, tenía alrededor de unos 15 años y estaba completamente solo.

Mis padres fueron un misterio para mí, mi abuelo no me prestaba atención y a menudo solía negarme el alimento ya que se gastaba todo el dinero en Alcohol.

Miré un extraño árbol, su silueta era bastante grande para ser solo un simple árbol de lo que parecían ser manzanas, manzanas que colgaban de las ramas de ésta, o eso creía.

Por la oscuridad no veía bien nada.

Eras rojas y relucientes, aunque su tacto era demasiado blando para ser una fruta, su tamaño era exageradamente grande entrando en cuenta. Se sentía extrañamente familiar y, lamentablemente, no fue hasta que las apreté que me di cuenta de lo que eran.

Una enorme bestia se levantó de espaldas a mi mientras sus bolas eran tomadas por mis manos, sentí unas ganas de vomitar que me dieron un escalofrío en todo el cuerpo haciendo que soltara los testículos de la bestia. El ser enorme se giró para verme, me sentí pequeño e indefenso ante él y ahí supe que era mi final.

Un zarpazo de la bestia en mi estómago me hizo volar unos metros atrás, el ardor punzante de mi estómago me hizo bajar la mirada, dos profundas heridas del tamaño de casi dos palmos se extendían en sangre, me imaginaba mis tripas saliendo de estas y finalmente vomité a un lado, una extraña mezcla entre los residuos de mi estómago y la sangre del mismo.

La bestia se acercaba a mí con pasó decidido, iba a comerme. Pero un látigo rodeó su cuello decapitadolo en el acto. La escena se tornó sangrienta mientras el líquido rojo de la bestia se esparcía por la vegetación.

Miré por una eternidad el cuerpo hasta que una mano semi enguantada se posó frente a mi rostro.

Una zorra (en el término zoológico de la palabra) de pelaje rojizo y vestida con una chaqueta de cuero el doble de grande de su hermoso cuerpo, vestida casi en su totalidad de negro. Sus ojos azules reflejaban preocupación al mismo tiempo que decisión.

Era hermosa.

Tomé su mano intentando levantarme, en cuanto me puse de pie sentí un mareo, tal vez por el excesivo brote de sangre que salía de mi abdomen.

Se quitó la chaqueta de cuero que tenía encima y me la dio, sentía mucho frío y agradecí ese acto con la voz ahogada.

–Soy Fiona, aguanta, te ayudaré a salir de aquí. ¿Cómo te llamas? —Preguntó mientras colocaba mi mano en su hombro para ayudarme a caminar.