¿Que opinas sobre el presentimiento del amor?
En japón se utiliza la frase "Koi No Yokan" para referirse a la sensación al conocer a alguien de que inevitablemente te enamorarás de él o ella.
¿Alguna vez te ha sucedido?
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Minho se encontraba sentado junto a mi viendo una serie.
Había venido para que le contara todo lo que había pasado con mi padre, consolandome cuando me puse sensible al recordar los detalles.
Una vez me calmé, comenzó a hacerme cariños en el cabello para distraerme mientras veíamos la serie.
Y la verdad es que si me distraje, me distraje pensando en lo mucho que amaba a Minho, sintiéndome muy bien de tener al chico junto a mi. Sintiéndome tan apoyado y tan querido.
Lily bajó a la cocina, riéndose al ver que Minho me tenía abrazado como a un peluche mientras me acariciaba el cabello.
Su celular comenzó a sonar, Haewon la había llamado para preguntarle cómo le había ido averiguando si aún había posibilidad de entrar a la misma universidad que ella.
—Pues... —Comenzó Lily fingiendo tristeza— Vamos a estudiar juntas, no te vas a librar tan fácil de mi.
El grito de Haewon se escuchó hasta nuestro lugar, pues Lily tenía el celular en altavoz.
—Y pensé que para celebrar podíamos hacer una pijamada en tu casa con Sullyoon —Lily me miró y se rió un poco, yo tuve que aguantarme la sonrisa al ver esto— Entonces, me avisas que piensan tus padres.
—Estoy segura de que aceptarán, sabes que te aman aquí. Así que me avisas para encontrarnos, voy a comprar algunas pizzas para cenar.
—Perfecto, entonces nos vemos.
Lily sonrió y miró a Minho, quien la miraba con sospecha.
—¿Por qué me ves así, amigo? Les dejo la casa sola para que... —Se rió de nuevo— Para que vean películas, hagan pijamada, pueden invitar a Changbin si quieren.
Minho levantó una ceja ahora sospechando aún más del plan de Lily.
Un par de horas después la chica se fue, dejando muy en claro que no vendría hasta la tarde del día siguiente.
—Oye, cariño —Llamó mi atención Minho— ¿Por qué vimos la serie aquí y no en tu habitación como siempre?
Me reí un poco buscando alguna excusa.
—Mi habitación está bastante desordenada, no quieres ver ese desastre, pero si quieres subir, puedo ordenarla rápido y así nos acostamos a descansar un rato.
Minho comenzaba a sospechar de mis intenciones, por lo que me tomó por el mentón y me besó con bastante intensidad.
Sus besos tenían el poder de marearme y desorientarme completamente, logrando que olvidara hasta como hablar por unos momentos.
—Entonces... Tenemos la casa sola —Susurró sobre mis labios mirándome coquetamente a los ojos.
Me empujó suavemente sobre el sofá para colocarse sobre mi, volviendo a besarme con intensidad mientras mis manos acariciaban su espalda.
