(11) Un extraño amanecer

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Mis ojos se mantienen cerrados mientras aún estoy tumbada bajo las sabanas. Estiro ligeramente el brazo buscando la almohada. Siempre he dormido con ella pegada al pecho, es una costumbre que tengo desde pequeña. Una vez la encuentro, la abrazo con fuerza y la acerco a mí. Una sensación de paz me cautiva. Permanezco así unos segundos. Espero que el sueño me envuelva mientras noto el agotamiento que tengo acumulado ceder sobre mí.

El momento de paz es interrumpido repentinamente. Un bostezo, apenas audible, hace que mi cuerpo se congele inmediatamente. ¿Qué coño ha sido eso? Me pregunto mientras empiezo a abrir los ojos. En ese instante puedo ver que, durante todo este tiempo, no he estado abrazando a mi almohada.

Mi primer instinto es empujar a la persona que tengo entre mis brazos fuera de la cama. Se oye un potente golpe cuando cae al suelo.—¡Joder!—Grita al instante. Observo aún tumbada en la cama, como Daniela se levanta frotándose la espalda del impacto.— Estás loca ¿Qué coño te pasa por la cabeza?— Es lo primero que dice al ver que la culpable de su caída he sido yo.

Sigo sin entender nada de lo que está pasando.—¿Qué cojones haces en mi casa?— Le pregunto enfadada mientras trato de asimilar la situación. La observo atentamente esperando su respuesta. Va vestida solo con una camiseta larga de AC/DC y unos shorts negros que dejan sus piernas expuestas. Me imagino posibles escenarios de lo que ha podido pasar, temiendo lo peor. Empiezo a ponerme nerviosa, así que trato de concentrarme en lo que ha pasado.

—¿Tu casa?.— Me pregunta extrañada mientras sigue frotándose la espalda.—Parece que aún te dura la borrachera.— Se burla de mí.— Esta es mi habitación, bonita.—Mi cara cambia de la rabia a la confusión en apenas unos segundos. Analizo donde estoy, efectivamente, esta no es mi casa.

Ante mí, aparece una habitación enorme, con las paredes blancas llenas de fotos y pósteres. Veo un tocador en la parte derecha y en la izquierda una pequeña zona con una televisión. Parece que tiene baño propio. ¿Eso de ahí es su armario?

Después de asimilar donde me encuentro, recobro la compostura.— Vale, tienes 5 segundos para explicarme que coño hago aquí, si no, voy a llamar a la policía.— Le informo tratando de mantener la calma.— Y ni se te pase por la cabeza mentirme.—Digo amenazándola.

Daniela se sienta en el otro extremo de la cama.—Relájate, que ya he visto que no eres muy de mañanas.—Dice Daniela sonriendo. Al no ver ninguna reacción por mi parte, se pone seria y continúa hablando.—Ayer te pasaste con la bebida.—Empieza a explicar.— Fui a la fiesta luego de una reunión importante a la que tuve que asistir, por eso llegué muy tarde. Cuando llegué me topé con todo el panorama; gente bailando, borrachos, personas liándose...—Un flash de Jenna y Hugo me viene a la cabeza. Eso es de lo último que recuerdo de la noche.

Sacudo la cabeza evitando recordar esa imagen.—Muy bien, pero eso no explica como he acabado en tu cama. Por dios, dime que no hemos hecho-

—No.—Dice ella interrumpiéndome inmediatamente.— No hicimos nada, te lo prometo.—Su respuesta suena sincera.— Te agradecería que me dejaras continuar.—Yo asiento y ella continúa explicando.—Estaba bebiendo con unos amigos de la universidad cuando alguien me empujó, tirándome la bebida encima. Evidentemente, eso me cabreó que flipas. Cuando fui a girarme para ver quién había sido el causante, te encontré a ti.— Dios mío, que vergüenza que Daniela me haya visto en ese estado.—Me sorprendió verte, pero no tuve tiempo de decirte nada por qué te desmayaste de lo borracha que ibas. Traté de despertarte, pero a penas reaccionabas, así que con la ayuda de mis amigos, te cargamos hasta mi coche para llevarte a tu casa.—Suerte que no recuerdo nada de eso.— Emma me pasó tu dirección al enterarse de lo ocurrido, me preguntó varias veces si estaba bien para conducir. Le dije la verdad, que me tiraste la bebida encima, así que iba como una rosa.

Flores Bajo la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora