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Creo que Nanon es la única persona en el mundo que se emociona por una tienda de recuerdos.

Lo veo dar vueltas, tocando todo, mientras tomo mi leche con chocolate, desde atrás del mostrador.

—Este lugar es increíble —dice parándose a mi lado.

—Jamás pensé que alguien genuinamente podría decir algo así.

—Tu trabajo es genial, Ohm —agrega apoyándose en mí.

—¿Estás burlándote?

—No —responde cruzando los brazos.

Suspiro, tomando más leche, y lo noto concentrado en mí, mirándome.

—¿Qué?

—Llevo siglos sin tener sexo.

Escupo lo que tengo en la boca, y empiezo a toser, sintiendo sus palmaditas en mi espalda.

—¿Estás bien, Ohm?

—Sí —susurro alcanzando una toalla y limpio el mostrador, sin mirarlo— no puedes decir esas cosas en voz alta.

—¿Por qué?

—Te falta un filtro en la boca, Non, algunas cosas deben quedarse en tu cabeza, no necesitas comunicar todo lo que piensas.

—Pero yo siempre digo lo que pienso.

Sí, ya lo he notado.

—Ya sé.

—Solo pensé en que es un tiempo largo —dice mirando mis labios.

—Puedes salir a la puerta si tienes ganas, estoy seguro de que cualquiera afuera va a querer ayudarte con eso.

Él niega con la cabeza, haciendo un puchero.

—¿Por qué siempre parece que quieres deshacerte de mí?

—No quiero.

Realmente no.

Yo siempre he sentido mi vida fracasada, pero su compañía hace que ya no me sienta tan  miserable.

Ambos volteamos a la puerta, porque la campana de la entrada suena, y veo a Toey parado ahí.

—Buenos días —dice mostrándome el café que tiene en la mano— ya llegó el desayuno.

—Hola, Toey...

—Ohm ya comió —menciona Nanon mirándolo y yo carraspeo, porque me interrumpió.

—Oh, tienes un nuevo amigo —suelta estirando la mano hacia él, para saludarlo.

—No voy a tocarte —le avisa.

—¿Amable es su nombre? —me pregunta Toey bromeando.

—Soy Nanon, hijo del dios Ra, faraón de la dinastía V, primero en la línea de sucesión tras la reanudación de la rebelión a causa de la caída de Micerino.

Me quedo en silencio, mirándolos a ambos, porque podría cortar la tensión en el ambiente, con una tijera.

—Yo soy Toey —le responde— y soy amigo de... Ohm.

—Solo Toey —dice mirándolo con superioridad— yo también soy amigo de Ohm.

—¿Siempre es así? —susurra Toey hacia mí y yo intento forzar una risa.

—Nanon está bromeando, gracias por el desayuno.

—Agradéceme en la cena, nos vemos en la noche.

Miro a Nanon, porque recuerdo que debo llevarlo a casa, pero Toey no me da el tiempo de negarme.

—Paso por ti a las 8 —agrega alejándose, y resoplo, cuando sale por la puerta.

Necesito ser más rápido al responder.

—No quiero ir a cenar con él —me dice Nanon.

—No irás, la invitación es para mí —le explico agarrando el café.

—No irás tú —responde cruzando los brazos— tú cenas conmigo.

—Es que...

—No irás —repite mirándome directamente y noto el rojo en sus ojos.

—No iré —le digo asustado y él sonríe, apoyándose en el mostrador.

El faraón || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora