ESTAS RARO
CHRISTINE
Pase la noche en el hospital ya que era fin de semana. Y como estaba aún de vacaciones era más fácil permanecer a lado de mi sobrina enferma. Ángela la veía con ojeras que llegaban hasta sus mejillas. Me sentía un poco triste al ver a mi amiga, familia y compañera, luchando en un juego que si pierdes mueres sin tener la opción de una vida extra.
Me acosté en su regazo. Veo como Ángela abre sus ojos con muchos esfuerzos, admito que esto no es nada complaciente. Ver a alguien a punto de morir, que horrible. Mi pequeña sobrina toma mi mano y se sentía un poco reseca. Suspiré y luego la mire directamente al su rostro demacrado.
—Buenos días —sonrió—. ¿Cómo estas hoy, mejor o peor?
—Igual — ella mira a los lados—. ¿Y mamá?
— Esta afuera, habla con el médico— yo sonrió torcidamente.
— No hagas eso— ella parpadea lentamente.
— ¿Hacer que?— frunzo mi ceño.
— Sonreí para hacerme sentir mejor.
— No digas eso— yo me acerco más a ella—. Yo no hago nada forzado y tú más que nadie lo sabe... Puede ser que sea cruel pero eso lo herede de mi papá.
— Okey—Ella me mira con una sonrisa—. Puedes mostrarme un video gracioso quiero reír.
— Claro— saco mi teléfono.
Le muestro un video gracioso y ella ríe con alegría. Lo bueno de ser una niña.
— Mira cómo se cayó— decía entre risas.
— Tengo más.
— Muéstrame muchos más— ella me mira con una pintada sonrisa.
— Claro. Te lo mostraré todos— sonrió.
— ¿Cómo estas Ángela?— llega el doctor Robinson acompañado de mi hermana, Tanya.
— Mejor— mi sobrina miente para no preocupar a su madre.
— Eso es buenísimo— dice el doctor—. Christine... ¿Puedes salir?
— Claro— salí y mi hermana me ve con sus ojos cristalizado.
Suspiró cuando salgo. Voy a comer algo en la cafetería, lo único que pensaba era en la pequeña Ángela, quería olvidarme de Ángela por unos segundos. Saque mi teléfono y mis auriculares y puse mis música favoritas. Empecé a tararear algunas de ellas a camino a la cafetería. Me senté en la primera mesa desocupada y me apoyé de la silla, cerrando mis ojos y la música chocando en mis oídos sin salida. Sentía el frío del hospital mis manos estaban tan pálidas que comparaba un papel con mi mano y mi mano ya estaba llegando al tono blanco de la hoja.
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Cuando Termine El Otoño (libro #1)
Romance¿Puedes decidir conocer a alguien antes de que termine ese límite? Esa pregunta es fácil de responder para Jackson. el chico más atractivo y popular del instituto. Jackson estaba decido a conocer a una chica de cabello castaño y ojos verdes aceituna...