Capítulo 4,5

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OCASIONES PARA MORIR

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OCASIONES PARA MORIR

CHRISTINE

Me quedé dormida en el regazo de Ángela, me desperté con un dolor de espalda.

No hay ninguna parte de mi vida que no me duela algo cuando me levante.

Miré a Ángela, estaba dormida. Estaba conectadas a las máquinas. Me daba dolor verla así. Me levanté de la silla y salí del cuarto.

Tras caminar por un rato me encontré con Tanya. Estaba hablando con una doctora pero no solamente eso, Tanya estaba intentando retener las lágrimas. La doctora hizo un gesto de que no iba a pasar. Me terminé de acercar para ver lo que pasaba.

—Buenos días —dije.

—Buenos días, Christine —dijo la doctora—. Yo ya retiro.

La doctora procedió lo que dijo. Miré a Tanya esperando una explicación. Seguía con la duda que estaba pasando. Tanya notó mi curiosidad e intento alejarse.

—Tanya —la llamé—. No hemos acabado. Explícame.

—Después.

—Tanya, es horita. Quiero saber.

—Ángela no va a aguantar mucho. Lo más seguro es que su corazón se detenga para últimos de noviembre o hasta diciembre —explicó—. Necesito al menos cuarta parte del dinero para poder comprar un transplante porque no hay ningún donante... Estoy que me vuelvo loca.

Sus ojos se cristalizaron. Unas lágrimas rozaron sus mejillas.

—Mamá y papá me ayudan pero aún no es suficiente —dijo con la voz quebrada.

Quedé callada mientras ella seguía hablando. Bueno, que iba a decir yo. Solo una adolescente de diecisiete años que no está intentado ayudar a su modo.

— ¿No vas a decir nada?

Reaccioné. Mi pecho subía y baja con velocidad, ni quería decir nada, nada. Solo quería estar sola intentando analizar lo me dijo.

— ¿Chris?

—Ya vuelvo —dije dejándola sola.

—Necesito de tu apoyo.

—Siempre lo tendrás —dije mirando el suelo—. Pero necesito tiempo para analizar lo que está ocurriendo.

Salí del hospital. Quería romper a llorar pero no pude mis lágrimas se habían secado de tanto llorar. Caminé hasta ir lejos del hospital. No deseaba encontrarme con nada ni nadie, solo encontrarme conmigo misma. Cuando crucé la calle encontré un parque.

Había gente pasando por ahú con tanta relación, yo me miré a mis misma y me sentí estúpida. ¿Porque escogí esta vida? ¿Deseé esto? No quería pensar en eso pero mi mente estaba siendo irracional.

Kellan siempre me acompaña pero necesitaba menos apoyo, necesitaba aprender a sostenerme por mi cuenta. Juliette nunca la preocuparía por esto y Luca. Siempre me ayuda pero a su modo.

Entré al parque, me adentré en lo más profundo donde nadie me vería. Era boscoso y humedo. Era un pequeño bosque que mostraba lo natural que quedaba la naturaleza.

Cuando llegue a un lado donde nadie me vería quede parada en el frente de un lago pequeño de cisne. Respiraba agitado e intentaba calmarme pero no podía, quería entrar en ataque de pánico, mi cuerpo exigía eso.

Me agache intentando respirar pero nada. Sentía un susto en mi pecho que fue indescribible.

—Estoy sola —susurraba una y otra vez.

Estaba suplicando que esto terminara, que mi vida terminara pero eso no valdría la pena porque mi corazón no era compatible para Ángela.

Estaba perdiendo mis razones de vivir. Quería perderlas o lo están haciendo.

—Quiero más fuerza —susurré.

Una mano tocó mi hombro.  No me atreví a voltear, sin embargo. Esa persona me reconfortó un poco.

—Eres fuerte —una voz masculina gruesa habló a mi espalda—. Tienes la fuerza de mil ángeles.

¿Ángeles?

—Las batallas son difíciles y podrás ganar esta.

—¿Pero como ganaré?

—Siempre habrá un a jugada maestra —dijo.

—Gracias —agradecí.

Estuvo conmigo un rato hasta que él indicó que se iba a retirar.

— ¿Nos volveremos a ver? —pregunté viendo el lago.

—Siempre te veo —escuché una risa.

— ¿Siempre me ves? —volteé.

Él ya se iba. Solo miré su espalda, me parecía conocido de algún sitio.

Hasta que recordé que era Jackson.

— ¿Jackson? —pregunté en un susurro.

—Perdón por lo de hace una semana —dijo a la distancia.

¿Perdón porque?

Este fue el primer encuentro que tienen Christine y Jackson sin ninguna pelea o discusión.

Ambos son realmente distintos y Christine necesita atención porque nadie se la da y Jackson no tiene la mentalidad de ganar la apuesta pero quiere conocer a Christine como dé lugar.

Ambas gotas, eso en común pero una es de aceite y otra es de agua. ¿Ambas son compatibles? 

Cuando Termine El Otoño (libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora