ੈ🌑DOCE

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La zona tan rústica de la montaña se le hizo a Apo muy complicada para caminar.

Debían rodear un frondoso y extenso bosque si querían llegar pronto al lugar donde habitaba la manada de Mile.

—Mile ya no puedo más~ —Lloriqueó el peliazul con un pronunciado puchero.

—Está bien, cariño. —El Lobo se puso de cuclillas dándole la espalda. —Sube.

Apo casi chilló, con cuidado se subió a la ancha y musculosa espalda del Lobo y se sostuvo abrazando su cuello.

Mile lo sujetó por los muslos.

—Eres bastante ligero para las cantidades de comida que te devoras, Po. —Comentó gracioso siguiendo con el camino.

—¿Insinúas que debería estar gordo? —Dijo con falsa molestia.

—Bueno... —Contestó dudoso, no quería hacerlo enfadar.

—Lo que sucede es que el metabolismo de Po, es de esos en lo que la gente come hasta reventar y nunca engorda. Cosa que yo no tengo, porque si empiezo a comer como cerdo, engordaré hasta explotar como un globo. —Dijo Barcode que llevaba sólo su maleta.

—Estoy empezando a sentirme mal. —Murmuró el peliazul que olfateaba el cuello del pelinegro.

—¿Quieres que nos detengamos? —Preguntó el Lobo, levemente asustado.

—¡N-no! Me refiero... Me refiero a que tal vez si hay algo extraño conmigo. —Dijo con su ceño fruncido.

—¿De qué hablas? —Indagó.

—Bueno... Siempre he sido más rápido que los demás, si llego a tener una herida, me curo bastante pronto, nunca me enfermo y desde que nací, tengo el cabello azul. Definitivamente algo está mal en mí. —Decretó con su puchero.

Mile había escuchado atentamente, aquello empezaba a confirmar sus sospechas. Estaba casi seguro que el bebé perdido de los Nattawin es este hermoso hombre que cargaba en su espalda.

—Ummm... De igual forma lo sabremos al consultarlo con la abuela Mile, ella tiene un don para saber el pasado, presente y futuro. Algo así como una adivina.

—¿Eso es posible? —Preguntó Barcode con incredulidad.

—En mi clan lo es. —Respondió el Lobo con una sonrisa orgullosa.

—Al parecer vamos a aprender mucho de tu gente, Mile. —Murmuró mientras jugaba con sus ondulados cabellos.

—Se llevarán una grata sorpresa. —Murmuró también.

Su Lobo estaba eufórico, ansiaba que su Omega despertara para poder establecer el vínculo a través de la marca, su pareja tenía que saber que su Alfa esperaba desesperadamente por él.

[...]

Después de haber caminado mucho, llegaron a los límites permitidos de la exploración del bosque. Mile conocía el camino secreto para llegar a su manada.

Ya que era muy angosto, cada uno tuvo que caminar por su cuenta. A ese paso, Apo ya se sentía con bastante energía.

Luego de atravesar uno que otro obstáculo necesario. Llegaron a una especie de pradera. Desde allí, comenzaba su territorio.

—Debo aullar para que sepan que estoy aquí. —Dijo con una alegría que no pudo esconder.

Los amigos retrocedieron y esperaron, Mile inhaló y exhaló, después, un potente aullido salió de sus labios.

Apo sintió su corazón acelerarse. Él había sido capaz de sentir la emoción de Mile a través del aullido.

Ese aullido que anunciaba su llegada a su familia, aquella gente que no había visto en años y a los cuales extrañaba.

Se escucharon unos aullidos cercanos y otros lo bastante retirados que respondían con igual emoción a alguien de su manada.

De repente, dos Lobos aparecieron a lo lejos, corrían despavoridos hacia ellos.

Apo tomó la mano de Barcode por instinto y lo puso tras él, inconscientemente, estaba protegiendo a su amigo.

Barcode no entendió, pero Mile que había visto todo, sí lo hizo.

—Tranquilos. Son de los nuestros. —Dijo con una sonrisa radiante mientras esperaba a sus amigos.

Cuando menos lo esperaron, esos Lobos se habían convertido en humanos y habían saltado a los brazos del Alfa, provocando que los tres cayeran al suelo.

—¡Mile! —Gritaron felices mientras lo abrazaban y se restregaban contra él.

Ante eso, Apo se sintió molesto repentinamente. Contando con el hecho de que ambos hombres estaban desnudos.

—Sí, yo también estoy feliz de verlos, Jeff, Ta. —El Alfa tenía sus ojos brillantes por las lágrimas contenidas.

—Tardaste mucho. —Dijo el que al parecer era Jeff.

—Hasta pensamos que no volverías. —Siguió el otro.

—¿Tan poca fe me tienen? —Preguntó risueño mientras se ponían de pie.

—Sólo eras un cachorro. —Contestaron con pesar.

—Un cachorro que supo valerse por sí mismo. —Rectificó con una sonrisa

—Mile. —Escucharon una suave y dulce voz tras el Alfa.

Cuando el mencionado se giró, Apo lo besó con fuerza provocando que el Alfa gimiera por la sorpresa.

Los Betas que presenciaban aquel acto tenían la boca abierta. ¡Mile! ¡Su bebé Mile tenía novio! ¿Qué había pasado en esos años?

Mientras veían a la pareja comerse la boca como si no hubiese un mañana. Sintieron un sutil, pero extremadamente sutil aroma dulce.

Olfatearon sin disimulo alguno. Sus narices hicieron que ambos caminaran hacia un chico al cual no habían visto.

Al estar frente a él, el aroma a arándanos se hizo más fuerte. Pero seguía siendo lo suficientemente sutil para que otro Lobo lo percibiera.

Pero ellos dos podían sentirlo, cuando miraron a los ojos castaños del chico pelinegro, sus Lobos se retorcieron en júbilo.

—Omega... —Susurraron ambos Betas.

Barcode abrió sus ojos asustado y retrocedió, pues esos Lobos lo miraban deseosos. Mile se separó de Apo y observó la escena.

No podía ser...

Sus amigos Betas miraban a Barcode como si desearan marcarlo.

 Eso sólo significaba una cosa...


My Sweet Wolf

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My Sweet Wolf- MileapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora