ੈ🍷VEINTITRÉS

800 123 2
                                    

Barcode caminó a paso lento detrás de Mile y su abuela.

Pensaba en lo acontecido, jamás imaginó que un corazón roto tuviera un reaccionar de tal magnitud.

Él no era un Lobo, sólo tenía una cantidad considerable de su sangre dentro de las venas, pero él, nunca se transformaría, mucho menos pensaría como uno.

Aunque eso no fue impedimento para sentir lo que "sus" Betas habían sentido, y actuar como uno de ellos lo había hecho

Eso podría ser contraproducente para su persona si decidía regresar a su vida normal...

Por lo que estaba pensando seriamente en quedarse con la manada, por lo menos hasta que pudiera controlar sus impulsos inconscientes.

Aunque había algo más importante que todo eso...

—Señora Phakphum. —Llamó a la anciana que seguía molestando a su nieto con preguntas indiscretas.

—Dime, cariño. —Se detuvo para que el menor la alcanzara.

—Yo... ¿Puedo verlos? —Cuestionó con un leve rubor en sus mejillas. La mayor sonrió y asintió.

—Les hará bien a los tres volver a verse.

Con eso, volvieron a caminar en dirección a la casa de los Betas, donde un Ta poco a poco recobraba sus sentidos.

[...]

—Al fin despiertas. —Susurró Jeff saliendo de los brazos de Apo para acercarse a su hermano rápidamente. — ¡Idiota, no sabes cuan aterrado estaba!

Jeff no pudo evitar derramar más lágrimas y abrazar a su hermanito con fuerza al verlo despierto y bien.

—Perdón. —Susurró el menor con voz rasposa.

—Ya no importa, pero no vuelvas a hacer una estupidez de esas, ¿qué haré sin ti? ¿Ah? —El mayor volvió a sostener a su hermano cuando a este se le llenaron los ojos de lágrimas.

Apo también había llorado al verlos, a pesar de conocerse tan poco, él sentía que una gran parte de su corazón ya había sido dominado por esos Betas revoltosos.

La angustia de imaginar la pérdida de su primo llenó su corazón de aflicción, pero agradecía a la madre Luna por haberle dado una nueva oportunidad al menor.

—Además, mira quién volvió. —Dijo Jeff apartándose para que su hermano viera a su nueva persona favorita.

—¡Po! —Medio exclamó con una gran sonrisa. Apo corrió a abrazarlo y llenarlo de besos y mimos.

—¿Te duele algo? —Preguntó palpando con sus manos los costados del menor.

—Nop, sólo me haces cosquillas. —Respondió entre risitas.

—Bobo. —Dijo el pelinegro mientras le tendía un vaso con agua fresca.

—Así me amas. — Le sacó la lengua.

Apo sonrió, Ta está con vida y bien. Eso era lo único que importaba.

—Si sigues besándolo así, me pondré celoso. —Murmuró una cuarta voz.

Todos miraron en dirección a la puerta y allí se encontraban, Mile y a su lado, Barcode, que miraba a los Betas con intensidad.

—Son mis primos, no empieces. —Dijo el mayor de todos mientras se ponía de pie. Mile llegó hasta él y entrelazó sus dedos.

—Vamos, amor. Ellos necesitan hablar. —Murmuró en su oído. Apo asintió.

—Volveremos más tarde para ver cómo sigues, Ta. —Comentó Apo dejándole un beso en la frente al mencionado.

—Te esperaremos. —Respondió mientras se acostaba de nuevo. Jeff le sonrió a la pareja hasta que desaparecieron tras la puerta. Un silencio incómodo se instaló entre los tres presentes.

Code se aclaró la garganta. — ¿Cómo están?

Jeff se encogió de hombros y observó a su hermano.

—Ahora que Ta está aquí, yo realmente estoy bien. —Contestó suavemente.

—Yo también estoy bien. —Secundó el menor sin mirar a ninguno.

—Me alegra. Por ambos. —Dijo rascándose la nuca con nerviosismo.

Barcode se sentía torpe. No sabía qué más decir, estaba feliz de saber que ambos estaban bien, pero necesitaba más...

—Yo... Quiero comentarles algo que me pasó. —Dijo después de algunos segundos.

Los hermanos lo miraron curiosos, poco después, Jeff y Barcode se habían acomodado frente a la cama de Ta cuando el mayor empezó a relatarles algunos acontecimientos que pasaron en los últimos dos días.

—Que miserable... —Murmuró Jeff con desprecio al hombre que había lastimado al Omega.

—Eso es lo de menos, lo importante es que me libré de él. Quién sabe cómo hubiera seguido mi vida al lado de la persona equivocada.

Los hermanos asintieron.

—Además... Yo viví lo mismo que Ta... —Comentó con la cabeza gacha.

—¿A qué te refieres? —Consultó el mencionado.

Code suspiró y les contó la razón de su regreso prematuro a la manada.

Los Betas no daban crédito, pero sabían que aquello era posible, no sería la primera vez que un Lobo comete las mismas acciones de su pareja inconscientemente, a la distancia.

—Lo siento. —Dijo Ta. Su voz un susurro culpable. —Honestamente jamás pensé que te afectaría, ya que eres humano.

—No, no lo sientas, todo pasó porque tengo sangre de Lobo. —Dijo con tranquilidad. Los hermanos lo miraron incrédulos.

—¿Cómo es eso posible? —Cuestionó Jeff.

—Mis padres son cazadores, ellos experimentaron conmigo, por lo tanto, inyectaron sangre de Hombres Lobo para ver si yo podía convertirme en uno. —Explicó. —Según la señora Phakphum, mi sangre reaccionó a ustedes y eso me impulsó a hacer lo que hice.

Los hermanos guardaron silencio algunos minutos, absorbiendo la información.

—Pero... ¿Eso de alguna forma cambia tu perspectiva en cuanto a la manada? —Interrogó el mayor.

Code sintió una leve punzada de decepción, por un momento pensó que hablaría de ellos. Desechó el pensamiento y asintió.

—Estoy pensando en quedarme y aprender a vivir como ustedes. —Admitió.

—Si es así, podríamos enseñarte lo que sabemos, no será mucho porque sigues siendo humano, pero sí lo esencial para que sepas defenderte y sobrevivir por tu cuenta, todos llegamos a necesitar esos conocimientos alguna vez en nuestras vidas. —Dijo Ta muy animado.

—¿En serio lo harán? —Barcode miraba de uno hacia el otro tratando de no mostrar su propia emoción.

—Claro. —Respondió Jeff con una pequeña sonrisa. —Sigues siendo de nuestra manada, así que podemos hacer eso.

—Está bien, cuando te mejores. —Dijo mirando a Ta. —Esperaré paciente. Los hermanos asintieron y le preguntaron cosas de la vida como humanos.

Querían hablar de su relación, pero respetarían la decisión del Omega, ahora que existía la posibilidad de pasar tiempo juntos, podrían ir de a poco, conociéndose para forjar una buena armonía entre los tres.

Al menos sus Lobos estaban mejor al percibir, de nuevo, el tenue aroma a durazno que tanto los calmaba.


My Sweet Wolf

My Sweet Wolf- MileapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora