ੈ🍷ONCE

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Las siguientes semanas fueron muy ajetreadas.

Apo y Barcode debían quedarse trabajando horas extras para poder tener esa tan ansiada salida a las montañas.

Por suerte, Mile les tenía la comida lista y la tina preparada para que ambos se relajaran y así pudieran dormir antes de volver a sus pesados trabajos.

Los amigos agradecían que el Lobo les brindara tantas atenciones, pues con lo exhaustos que llegaban, apenas y podían estar despiertos para cenar.

Pero conforme los días avanzaban, ellos iban completando sus entregas, de forma que cuando menos lo esperaron, un mes había pasado y ellos habían cumplido con su cometido.

A Apo le dieron 20 días, a Barcode también, así que tenían esas semanas para ir y tratar de relajarse, pues Mile les había dicho que en su manada existían aguas termales para que sus doloridos cuerpos tuvieran esa calma que tanto necesitaban.

—¿Llevan todo? —Preguntó Barcode

—Sí, realmente no es mucho, igual volveremos. —Contestó Apo mientras sostenía la mano del Lobo.

—Bien, de igual forma le comenté a Bible que se diera una vuelta, no es bueno que el apartamento se quede totalmente abandonado.

—Pero seguro viene con Build, y esos dos solos son un desastre. —Comentó el peliazul sabiendo cómo eran de hiperactivos.

—Sí, pero igual, con tal que no rompan nada.

Apo lo miró como si no pudiera creer lo que acababa de decir. Hablaban de Bible y Build, ambos eran una bomba de tiempo, así como eran de amigables, también eran de desastrosos.

—En fin, vámonos y ojalá nuestra casa esté intacta al volver.

Mile tomó la maleta de Apo sin esfuerzo alguno con su mano libre. Mientras Barcode iba refunfuñando sobre la fuerza exagerada del oji azul y que este no tenía la decencia de ayudarlo también con su maleta.

Mile no tuvo más remedio que llevar las dos maletas con ayuda de su brazo libre.

—Oye Lobo. —Barcode había estado llamando a Mile por su raza. —No me van a comer, ¿cierto?

—Claro que no. No comemos humanos, sólo cazamos antílopes, conejos, animales de corral y así.

Barcode asintió más tranquilo.

[...]

El paseo en tren fue tranquilo.

Barcode dormía en su asiento, tardarían probablemente unas cuatro horas en llegar. Así que el chico había decidido descansar.

Por otro lado, Apo y Mile iban besándose.

Desde que se habían montado en el tren, el Alfa había estado de pegajoso besando y acariciando al peliazul

El mayor por supuesto que amaba a su casi novio meloso, habían pasado años para que él se sintiera amado de verdad, pues aquel sentimiento sólo lo había encontrado en su hermano mayor, Barcode y sus amigos. El experimentarlo nuevamente de forma romántica, era todo un descubrimiento.

—Mile~ —Decía entre risas suaves. El Lobo mordía levemente su cuello.

—No puedo detenerme. Es que tienes un delicioso sabor, Po. —Había dicho con voz ronca. Sus labios besando toda la piel expuesta que encontraba.

Las manos del Alfa se colaron debajo del enorme hoddie que el peliazul usaba, volvía a tocar aquella suave y delicada piel que él ansiaba marcar con sus dientes.

El pelinegro, después de varios besuqueos, por fin se calmó. Apo había recostado su cabeza sobre su hombro y había optado por dormir también.

Mile acarició sus cabellos y veló por el sueño de sus amos.

Internamente él sabía que la razón primordial de volver a su hogar, era para que pudiera controlar su primer celo.

Estaba a nada de que sucediera y temía enloquecer. Temía lastimar a su precioso Omega, por lo que, la mejor opción era regresar con su manada, ya ahí sus padres sabrían cómo ayudarle.

Aunque él deseaba pasar su celo con su Omega.

Quería creer que esa situación podría ayudar a despertar a su Lobo. Lo cual sería maravilloso. Así Apo por fin sabría su procedencia y lo aceptaría sin dudar.

Soñaba con formar su propia pequeña manada al lado del peliazul sexy.


My Sweet Wolf

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My Sweet Wolf- MileapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora