6. Nunca, porque te quiero

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El dueño de aquella voz tan conocida apartó a Juan de un empujón de mi lado y se enzarzaron en una pelea que a pesar de mis intentos no pude parar. El resto de espectadores que estaban atentos al concierto dejaron de hacerlo para centrar su atención en el altercado que se estaba produciendo. Fernando y Gonzalo también se dieron cuenta e interrumpieron su canción para bajarse del escenario e intentar mediar en aquello:

-Juan, ¿Qué está pasando aquí? -Preguntó Gonzalo un poco nervioso mientras le sujetaba y Fernando a Saúl.

-Este subnormal -Hizo un gesto con la cabeza como señalando a Saúl.- Que ha aparecido de la nada y ha venido agresivo. Le han debido de sentar mal las copas.

-¿Qué copas ni que niño muerto gilipollas? Lo que me sienta mal es que me intentes quitarme a mi chica.

Todas las miradas se centraron en mí en aquel momento. No sabía si salir corriendo de allí o tener voz en todo aquello y responder que Saúl simplemente estaba liándola porque era su especialidad. Pero no opté por ninguna de esas opciones.

Me hice paso entre aquella multitud, en dirección a Juan, bajo la atenta mirada del resto, de él incluido y me fui directa a su boca. Cuando sus labios se cruzaron se oyó un murmullo generalizado en toda la sala.

Cuando hubo silencio en la sala salí de allí para que se pudiera seguir con la actuación y no estorbar más. Pero se ve que a alguien no le pareció muy buena idea aquello de que me fuera e intentó pararme. Me giré para hacerle frente y que me dejara:

-Espera Sarah.

-¿A qué Juan? -Al fijarme en su rostro para responderle me di cuenta de que se le notaba dolorido por la pelea anterior.

-A que me expliques qué ha pasado ahí dentro. Porque podías haberme rechazado diciendo que tenías novio y punto.

-De primeras, voy a llevarte a casa y te curo un poco -Asintió y empezamos a andar en dirección a mi casa.- Y de segundas, no tengo que darte explicaciones de nada, si tengo novio o dejo de tenerlo, pero también te digo que el pollo que ha montado Saúl por mí no tiene sentido, no somos nada, simplemente ex.

-Los ex siempre jodiendo..

Ninguno de los dos dijimos nada hasta llegar a la puerta de mi casa. Saqué las llaves, abrí la puerta y le dejé pasar primero. Le indiqué que se sentara en el sofá y yo me fui a buscar el botiquín.

Una vez que lo tuve me senté a su lado, saqué las cosas necesarias y empecé a curarle las heridas que tenía en su rostro. De su boca provenía algún que otro quejido, pero no muchos.

Al acabar de curarle todo aquello nos quedamos en silencio, mirándonos el uno al otro, era más agradable que incómodo, pero se ve que a él sí le incomodaba y decidió romper el hielo:

-¿Hoy te quedas sola en casa?

-Vivo sola -Dije seca.

-Flashback-

-¿Familiares de Manuel Izquierdo? -Ante las palabras de aquel médico mi madre y yo prácticamente saltamos de nuestras respectivas sillas.

-Lo sentimos, pero no se ha podido hacer nada.. Ya sabían que la operación podía ser complicada.. Y en efecto lo ha sido.. Les acompaño en el sentimiento.. -Aquella mujer posó una de sus manos sobre el hombro de mi madre unos instantes, en señal de apoyo, pero al momento desapareció por la misma puerta por la que había salido.

Juro que se me paró el tiempo en aquel momento. Era como si la vida no pasara, como si todo se detuviera para mí. Mi madre estalló a llorar y se abrazó a mí como si eso fuera la solución a todo aquel dolor que sentíamos.

Soy y seréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora