Unos enormes rayos de sol se colaron por la ventana y me hicieron interrumpir mi sueño. Nada más abrir los ojos mi cabeza parecía un tambor, literalmente. Pude palpar el otro lado de la cama y notar que no estaba nadie. No recordaba nada de anoche, en todo caso ciertos momentos que pasaban por mi mente, y ni siquiera reconocía. Sobretodo la gente bailaba, gritaba, algunos estaban de dos en dos haciendo cosas que no voy a especificar, otros bebían como si mañana se acabara todo el líquido del mundo.. Por lo que pude deducir yo me dediqué a dar la nota junto a Cristian y Óscar, también con Saúl, y con todo el que pasara por allí, que no solo estuvimos en mi casa, también salimos por la zona, incluso cogimos algún coche, y prefiero no saber quien conducía con todo el alcohol en sangre que llevábamos..
No tuve más remedio que acercarme al móvil que estaba en la mesilla y mirar Twitter e Instagram. Pude ver, tanto fotos subidas por otras personas como por mí, que yo llevaba un nivel de alcohol digno de coma etílico. Mi cara no salía más deforme porque no se podía y mi cara delataba mi estado. La foto que más me sorprendió, y la que debía de borrar, pero no era subida por mí, era una en la que Óscar y Cristian tenían sus labios muy cerca de los míos, demasiado diría yo. Le mandé un mensaje directo a Cristian, que fue el encargado de subir aquello:
-Hey Cristian, ¿Qué tal la resaca? Oye, ¿Podrías borrar esa foto en la salimos Óscar, tú y yo? Que Saúl puede pillarse un cabreo de los buenos..
A pesar del dolor de cabeza fui capaz de levantarme de la cama y dirigirme hacia la cocina, que por cierto, estaba limpia, y creo que anoche yo no iba a limpiarla. Posiblemente la limpiaran Tere, o Saúl. Para mi sorpresa cuando pude fijar la vista en el hombre que se encontraba en la cocina con una taza en la mano, no era Saúl como imaginaba, era Juan:
-Buenos días reina de la fiesta. Sí que has venido desatada de México..
-¿Qué haces aquí?
-Digamos que anoche no estabas muy en condiciones para escucharme, así que no tuve más remedio que quedarme con la excusa de limpiar y poder hablar contigo.
-¿Has limpiado todo tú? Joder, gracias, ha debido de ser peor que un trabajo de chinos. Y te aviso que mi cabeza no va a estar muy centrada para escucharte y comprenderte a la vez, pero tú dirás.
-Ven -Dejó la taza en la encima y me hizo ir junto a él al sofá.- ¿Recuerdas que me pediste saber quién me había pagado? -Asentí un poco confusa, pero de algo me sonaba.- Pues anoche estuve hablando con Saúl antes de que tomara ninguna copa y con lo que tú le contaste durante el viaje, ya puedo decírtelo -Hizo una pausa de la que apenas fui consciente.- Me pagó el hombre para el que trabajas. Por lo que sea debe de preferir que estés con Saúl a que estés conmigo. Pero ya no va a ser necesario alejarme sin ningún motivo, porque entre los dos ideamos un plan y no dudo de que estarás dispuesta a colaborar.
-A ver, no me he enterado de mucho -Se rió ante la cara que posiblemente tenía.- El caso es que Saúl y tú habéis pensado algo para vengaros en lo que yo tengo que ayudar, ¿No?
-Exacto, no has entendido tan mal, ¿Te lo cuento? -Asentí algo más despejada.- Saúl y yo haremos el trabajo sucio, no queremos que se te relacione con eso y te perjudique. Así que tú simplemente tendrás que ir allí como vas habitualmente, sin que él pueda sospechar nada, y del resto nos encargamos nosotros.
-¿Cuándo va a ser?
-Cuando desayunes, que Saúl debe de estar por allí esperándonos.
Me levanté y utilicé todo lo necesario para elaborar un café y una tostada. Me lo tomé a una velocidad media y tras hacerlo fui a mi habitación para cambiarme y ponerme una ropa cómoda, que no sabía en qué consistía aquello y prefería ir apta para correr si era necesario.
Nos montamos en el coche que estaba en la puerta y le fui indicando el camino hacia la casa que tanto respeto me imponía. Al estar más o menos cerca Juan sacó su teléfono para llamar a Saúl, que por lo que pude deducir tardó en contestar. Nada más colgar mi expresión indicaba que quería información:
-Dice que se acaba de despertar, se ha dormido. Pero que podemos hacerlo entre los dos sin ningún problema y él va a ir a tu casa en un momento. Venga, ve tú primero. Ya sabes, sin llamar la atención.
Hice caso a sus palabras y salí del coche con paso firme. Parece ser que íbamos a acabar con aquellos trabajos, así que tenía que hacerlo bien si no quería acabar de nuevo en algún lugar lejano sin comunicación posible con el exterior. Llamé al timbre y me abrió el chico habitual. Tras un "Buenos días" me dejó paso para dirigirme al despacho que tan bien conocía.
Irrumpí en la sala con una gran seguridad ante la perfecta "o" que formaba la boca del hombre que tenía enfrente:
-Así que es verdad que has vuelto a España, no es ningún bulo -Se levantó y su paso era lento, pero amenazante.- Eres más lista de lo que pensaba putilla.. Me has sorprendido, y para bien, ¿Nunca has pensado en tener un puesto más importante aquí? Si no lo has hecho deberías empezar a hacerlo.
No me dio tiempo a responder cuando la puerta por la que había entrado anteriormente impactó fuertemente contra la pared. No pude girarme a ver quien era el autor, aunque lo intuía, cuando los dos guardaespaldas del hombre tenían dos balas impactadas en el pecho:
-Y el siguiente vas a ser tú, hijo de puta, con Sarah no se juega.
Ya no dudaba, pero ahora menos al oír la voz de Juan por detrás de mí. Otra bala salió para impactar en el hombre y dejarlo inerte. Juan me hizo volver a la realidad con un grito que aparte de devolverme al mundo real me devolvió el dolor de cabeza. Salí corriendo junto a él y volvimos al coche.
Hicimos el mismo trayecto que habíamos hecho antes, pero a la inversa. Eso sí, a mayor velocidad. Aparcamos el coche en la puerta y nos adentramos en casa con la esperanza de encontrarnos allí a Saúl, pero no fue así:
-¿Dónde se ha metido este tío?
-No es habitual en él, ha debido de tener algún imprevisto..
-¿Y qué imprevisto es más importante que salvar a tu novia? Joder Sarah, que casi me revienta el tío que estaba en la puerta por tener que hacerlo yo solo.. Llámale tú a ver si contesta.
Así lo hice, al tercer tono sonó una voz, para nada la de Saúl:
-¿Quién es? Saúl no está, pero ahora le diré lo que necesites.
-Soy su novia, ¿Se puede saber dónde está?
-¿Su novia? -Quien estuviera al otro lado de la línea colgó.
La cara de Juan esperaba mi respuesta:
-¿Qué pasa?
-Ni idea, al decir que era su novia me han colgado, pero no era él..
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Soy y seré
Ficțiune adolescenți¿Cuál es la diferencia entre que pasen los días y vivir? A veces abismal, a veces solo hay una delgada línea que las separa.