Epílogo

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-5 años después-

-Buenos días dormilona, ¿Sabes qué día es? -Aquella voz que siempre me despertaba, volvía a hacerlo un día más.

-Pues no sé, uno -Esbocé una media sonrisa tras abrir los ojos y ver ante mí al que, a día de hoy, era el hombre de mi vida.

-Qué mala memoria.. Esta noche tienes una gala muy especial, lo sabes -Se acercó para darme un corto beso y dejar que me acurrucara en su pecho, aunque fuera un pequeño rato.

-Pero creo que hay algo más especial que eso, tenerte cada día.

-¿Sabes? Me encanta cuando te levantas así de tierna, si no fuera porque tengo que irme a trabajar te comía ahora mismo.

-Pero tienes que irte -Intenté mirarle con gesto de seriedad, pero lo único que me salió fue una gran carcajada.

-Es verdad, mis pacientes me echarían en falta.. -Se levantó y me dio otro beso, más largo que el anterior.- Te veo en la comida mi vida, te amo.

-Y yo a ti, mucha suerte -Me tumbé de nuevo en la cama y estaba dispuesta a quedarme dormida, pero el teléfono me interrumpió.

Lo cogí y pude ver en la pantalla un nombre que solía resaltar cada día, sonreí antes de cogerlo:

-Hombre Saúl, hacía mucho que no me hacías de despertador -Los dos soltamos una carcajada.

-¿Te he despertado..? Uf, lo siento.. Pero.. ¿¡Cómo puedes dormir teniendo unos premios tan importantes esta noche!? ¡De verdad tía, no lo entiendo! -Lo último me hizo alejar un poco el móvil de la oreja antes de quedarme sorda.

-Porque yo siempre tengo sueño, ya lo sabes.

-Antes no eras así, la fama te ha cambiado.. -Su tono de enfado me hizo reír.

-Qué idiota eres..

-Bueno, no te molesto más, que hoy tendrás mucho lío. Nos vemos esta noche. Te desearía suerte, pero no la necesitas, tu tema con Rihanna tiene premio asegurado.

-Hay mucha competencia, así que no sé yo..

-Sh. Sabes que vas a ganar. A las 5 paso para ayudarte a elegir el vestuario, ¿Te parece bien?

-Perfecto, hasta luego -Colgué para ahora, sí, dormir un poco más.

Mis ojos se cerraron y en unos segundos para mí el tiempo ya no pasaba. Quizás se me fue un poco el horario, porque me desperté por el sonido de la puerta de mi habitación:

-¿En serio sigues durmiendo a las 3 de la tarde? Vas a llegar a la gala con una cara de zombie..

-Berto, cielo, déjame dormir un poco más, que Saúl hasta las 5 no viene..

-¿Te ha dicho que a las 5? Entonces cuenta que a las 5:30 todavía no ha venido, dice que le ha entretenido su novio y ya está..

-Por eso se lo he dicho con tiempo.

-Venga, levanta, que antes de despertarte he hecho la comida y ya está en la mesa.

Me estiré antes de asentir e ir junto a él para acompañarle a la cocina. Comimos con la misma tranquilidad que siempre, y después nos tomamos un café sentados en el sofá, abrazados, mientras veíamos la televisión. Los nervios por mi interior viajaban a su antojo, pero no dejaba que salieran al exterior. Por eso la gente alucinaba con mi tranquilidad. Ni siquiera en sus brazos me quitaba la imagen de esta noche. Con los nervios que me producía hablar en público.. Sin poder evitarlo, me acurruqué más entre sus brazos, y eso le provocó una pequeña risa:

Soy y seréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora