Capítulo 04

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¿Matrimonio?

Una boda. Un matrimonio de verdad. Lisa acababa de pasar de ser casi despedida a estar escuchando una propuesta de matrimonio del mismo hombre en menos de 24 horas.

— ¿Casarnos de verdad? —le preguntó con un hilo de voz, necesitaba estar segura de lo que creía haber escuchado.

— Escúchame Lisa —dijo totalmente serio— Te estoy ofreciendo un matrimonio de conveniencia. Quiero aclarar esto. Después de casarnos esperaremos un año para divorciarnos, de esta manera tendremos la custodia de la niña de forma conjunta y te la cederé en su totalidad durante el divorcio.

— Yo... no creo que tengamos que ser tan extremistas.

— No seríamos extremistas —le refutó.

— Claro que sí, ¡Por Dios! el matrimonio no es algo que se pueda hacer y deshacer cuando uno quiera, es algo sagrado entre dos personas que quieren compartir su vida; y sí, dime anticuada, pero eso es lo que pienso —le dijo alterada, Dios mío, hablaba de que se casaran como si fuera un simple contrato laboral.

— No voy a negar que me sorprende tu forma de pensar en cuanto al matrimonio pero no voy a llamarte anticuada, son tus creencias y las respeto —arremangó sus mangas en sus antebrazos dejando ver sus tatuajes mientras se recostaba en el sofá— Escúchame Lisa, necesitas mi ayuda y yo te la puedo brindar, pero con beneficios para los dos, tú misma dijiste que harías lo que fuera por tu hija, así que dime, ¿qué es un amor de farsa en comparación a la vida que compartirán tu hija y tú cuando nos separemos legalmente?

Todo esto la sobrepasaba, no sabía que hacer, si aceptaba en un año estaría con su hija feliz muy lejos de ahí, pero si no aceptaba iba a perder su única oportunidad para asegurar la adopción de Wonyoung.

— Necesito pensar, iré por agua, ya vuelvo —se levantó rumbo a la cocina, necesitaba poner distancia con ese hombre.

La palabra matrimonio se había quedado atorada en su cerebro, una vez en la cocina sacó un vaso y lo llenó con agua helada. Necesitaba despejar su mente, no lo podía creer, si aceptaba esa propuesta, pasaría de ser una simple diseñadora a la esposa de uno de los empresarios más poderosos del país. Estaba consciente de que los medios nunca los dejarían en paz y no quería que Wonyoung pasará por eso, pero era la única forma. Levantó la mirada cuando sintió unos pasos en la puerta y ahí estaba Jungkook, mirándola. Su rostro se encontraba tan serio que no le daba ni la mínima pista de lo que podía sentir.

— ¿Entonces? ¿qué me dices?

Ahora o nunca, Lisa.

— Creo que tiene razón señor Jeon, una boda sería la solución más rápida, pero, ¿cómo lo manejaríamos? me refiero a que si tendría que trabajar en otro lugar, o si viviríamos... —pero las demás preguntas murieron en su boca al ver cómo él se acercaba a ella y colocaba sus manos a cada lado de sus caderas enjaulándola en sus brazos, sus cuerpos no se tocaban pero sentía el calor irradiar del suyo.

A estas alturas su corazón latía desbocado y sus piernas amenazaban con fallarle al igual que su boca. No decía nada, no podía articular nada.

— Si nos vamos a casar...—susurro más relajado— Lo mejor sería que me empezarás a llamar por mi nombre o un apodo cariñoso —dijo cerca del rostro de la pelinegra— En segundo, jamás dejaría que mi esposa trabajará para alguien más que no sea yo —¡Por Dios! Estaba apunto de sufrir un paro cardíaco debido a la sensualidad brutal de ese hombre— Y tercero, creo que lo mejor es que se muden a mi casa ya que tú departamento no es lo suficientemente grande para tres personas y empleados.

Y así de fácil como llego... se alejo tres pasos de ella, Lisa estaba segura de que su cara era una gran combinación de rojos y rosados.

— En...mmm... sí, c-claro —dijo tratando de no parecer afectada y fallando estrepitosamente.

— ¿Qué pasó señorita Manobal? ¿la pongo nerviosa? —preguntó Jungkook comenzando a acercarse otra vez con una sonrisa de jugador experimentado.

— Claro que no, seño... Jungkook —usó su nombre, él ya le había dado permiso y la verdad tenía que acostumbrarse. Estaba segura de que no lo esperaba porque sus ojos se hicieron más intensos cuando pronunció su nombre.

— Me alegro mucho Lisa, porque ahora en adelante eres mi prometida es decir, mi mujer —levantó una de sus manos y la pasó por el rostro de la tailandesa hasta detenerla en sus labios— Cuando te toque o te bese en público espero que reacciones como una enamorada y no como un ciervo que corre de su cazador —pero para ella él era como un cazador, y sabía que nunca podría sentir algo más por alguien tan frío como Jungkook además de atracción o curiosidad, pero lo mejor era guardar la distancia.

— No sé preocupe señor Jeon, sabré reaccionar ante la más mínima situa... —y ya no pudo terminar la frase porque los labios de su jefe se juntaron con los suyos en un beso brusco

Una Boda Con Mi Jefe [Liskook] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora