Capítulo 27: El bronce vence al cobre

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Ares, aunque llevase la pelta y su linotórax tuviera escamas de bronce, conseguía moverse con agilidad por la cuesta del camino. También le mantenía muy bien el ritmo Dandaxhartos, el cual había pasado de ir sonriendo a mantener una actitud de alerta felina. Los señores de la guerra y su grupo armado se mantenían un poco por detrás de ambos. Uno de ellos, el de la barba poblada, a veces hablaba con sus dos guerreros.


Pasó poco más de una hora hasta que estuvieron cerca del estanque que había delante de la cueva. Fue entonces cuando Ares alzó la mano, sin girarse, indicando a todo el grupo que bajara el ritmo y se agazapara tras la cuesta. Dandaxhartos miró a Ares y este le indicó que se moviera por detrás de ellos y se colocara en el flanco, entre los arbustos. Con el resto, les indicó que se pusieran a la vera del camino, entre los troncos anchos de los árboles. Todos empezaron a moverse tal y como había indicado Ares. Una vez colocados, cruzaron miradas entre ellos y Ares les hizo un gesto de silencio que fue respondido con un asentimiento general.


La Luna llena se reflejaba en el agua cristalina del estanque y hacía que la noche se viera luminosa. Ares se adelantó, acabando de subir la cuesta y caminando alrededor de la masa de agua, en dirección a la cueva. Estando más de cerca y prestando atención, pudo ver por el suelo restos de algún cráneo, un par de cascos y un escudo roto junto a una espada clavada en la vera del estanque. No cabía duda alguna de que ahí hubo alguna vez un cruento enfrentamiento que no acabó bien para los que se atrevieron a husmear delante de la cueva. Cuando se acercó a la entrada de la cueva pudo ver rastros de sangre por el suelo. El color iba desde el más oscuro hasta el más claro y reciente, reflejando que ahí había sangre seca de hace tiempo y que esos sacrificios no eran precisamente recientes.


Ares había avanzado con la pelta alzada y la lanza en ristre, tomada con agarre inverso por encima de su cabeza, dirigido hacia la entrada de la cueva. Se esperaba en cualquier momento un ataque por sorpresa. Aguardó unos instantes en la entrada, callado. Solo se escuchaba el cantar de algún animal nocturno y el siseo de los árboles moviendo sus ramas y hojas al son de la leve brisa nocturna. El canto de un búho muy cercano rompió por unos instantes la tranquilidad. Ares reaccionó por inercia, mirando en su dirección y tensando los músculos. Viendo que la criatura no salía se plantó finalmente. No iba a adentrarse al interior de su guarida, poniéndose seguramente en desventaja.


-¡Criatura! ¡Saca tu sucia cabeza de este agujero, ser cobarde! ¡Pagarás por pactar con Tuvarek el sacrificio de muchachas! - Ares rugió plantado y solo delante de la cueva. Había apoyado el regatón de la lanza en el suelo y se mostraba erguido y con la cabeza alzada.


Se hizo un silencio sepulcral. Los animales callaron a causa del potente grito y algunos pájaros se alzaron, marchándose. Lo que fue solo un momento pareció eterno, hasta que del interior de aquel agujero se empezó a escuchar un siseo, junto con el sonido de arrastrar algo y el siniestro rasgar de algo sobre la pared. Entre los siseos se escuchó una voz gutural, cada vez más cercana, que provenía de la oscuridad.


-Yo no pacto... Yo impongo. Precio en carne por agua y oro. Carne suave. - entre frase y frase salía un siseo junto con un rechinar de dientes. Se empezaron a escuchar más gruñidos, ahora de las tres cabezas que tenía aquella criatura en su espinazo.


-¡Pues sal y da la cara para pagar por tus fechorías, sucio ser! - volvió a gritar Ares. - ¡Tu y Tuvarek pagaréis por esto!


La bestia emergió de entre la oscuridad, sacando primero sus garras y luego parte del cuerpo. Se erigió y alzó mientras salía al exterior mostrando el horrible rostro de ojos amarillos y boca grande, desproporcionada y llena de dientes. Blandía la pesada lanza herrumbrosa y golpeaba con la base el suelo, en evidente muestra de autoridad e intimidación. Lo mismo hizo con la cola serpentina mientras las tres cabezas de cánido reptiliano asomaban por encima de los hombros.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2023 ⏰

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