Capítulo 8: Juzgando el pasado

87 4 6
                                    


-Deméter, querida, ¿porqué ibas a defender a alguien tan desdichado como Ares? ¿No sería mejor dejarle, mientras tu vuelves a lo tuyo? Nosotros aceptamos y respetamos tu postura de mantener tus intereses particulares, sin enredarte aquí en el Olimpo - Hera golpeaba con suavidad mediante sus palabras condescendientes. Sonreía falsamente mientras acariciaba a un cuco.

-Porqué me apetece. Cuando una tiene poder puede hacer un poco lo que le plazca. -Deméter ya estaba haciendo oratoria, dirigiéndose a su vez tanto a Hera y Zeus como al resto de interlocutores. Sonreía de forma espléndida.

-Y yo tengo más poder y podría decir que no haría justicia que Ares se escondiera tras de ti. - espetó Zeus, con visible aire provocador y autoritario.

-También eres un cerdo y nadie te quiere, y no te lo vamos recordando. - bufó desde su sitio entre los brazos de Hades, iracunda, Perséfone.

-¡Como te atreves, niña insolente! - a Zeus le salieron rayos por los ojos, literalmente.

Hades clavó una mirada helada sobre su hermano. Se hizo el silencio por unos instantes mientras abrazaba a Perséfone. - ¿O si no... qué? - dijo suave y desafiante.

-¿Ya vas a salir tu por medio, Hades? - Zeus golpeó con el puño el reposa brazos del trono.

-¿Yo? Para nada. Va asalir ella misma a por ti, pues al contrario que tu con Hera, le concedí plenos poderes del Inframundo, y es tan reina como yo.

Se hizo de nuevo el silencio en el salón. Entre los dioses había murmullos, pero también muestras de ovación contenida hacia Perséfone y Hades. Todo el séquito de Ares y Afrodita, junto a ellos mismos, se reían.Algo parecido ocurría por el lado de Artemisa.

-Podrías, por supuesto... - Deméter alargó las palabras, gesticulando teatralmente. Ella ya había empezado su trabajo de oratoria. - ¿Pero a caso eso no significaría que tendrías que exponerte tu también,y no tener a la sabia Atenea para representaros a ti y a Hera? - se escuchó un murmuro de afirmación alrededor, por parte del resto de dioses.

Zeus apretaba los puños.Se miraron con Hera, y luego ambos miraron de nuevo a Deméter. Bufó con exasperación, mirando al resto de dioses a su alrededor. - Está bien, dejaré que sigas.

Deméter hizo una sonrisa irónica, aunque encantadora, y tomó aire. Unos segundos de pausa le sirvieron para hacerse un orden mental de aquello que iba a exponer.Reflexionó sobre las acusaciones lanzadas y sobre los implicados. No era fácil. Empezó.

-Algunos de nosotros hemos pasado varios años pugnando en ese conflicto entre aqueos y troyanos. Si del mismo modo que unos lo hicieron por los aqueos y otros lo hicieron por los troyanos, ¿por qué juzgar a alguien que también eligió?

-Porqué ya había elegido una vez y luego faltó a su juramento y a las obligaciones para con sus padres. - Atenea respondió, rápida y fulminante.

-¿Se juró sobre el Estigia? - Deméter frunció una ceja e hizo una media sonrisa.

Se hizo un breve silencio, solo roto por algunos murmullos por alrededor.

-No hace falta jurar sobre el Estigia para tener que jurar. Solo dar la palabra y que quien la da sea alguien respetable.

-Mi querida Atenea, esto no trata sobre establecer dicotomías. No voy a poner en duda la respetabilidad de Ares, aunque algunos de aquí os gustaría ver eso.- Deméter miró alrededor, sonriendo con algo de sorna. - Pero lo que si voy a poner en duda es que Ares llegara a jurar tal cosa.

El Perro de la GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora