Wicked ones |Barry Allen

09. Nora Allen

Vuelvo muy poco al futuro de Eobard, y he arreglado los problemas con Barry, pero aún luchaba por encontrar una solución para traer de vuelta a mi hermano. La incertidumbre me abrumaba. Algunas personas han desaparecido sin dejar rastro, y somos pocos los que recordábamos su existencia. Para empeorar las cosas, incluso yo comienzo a olvidar detalles importantes, y eso era algo que no puedo permitir. Wally debe ser devuelto, pero no tengo idea de por dónde empezar.

—¿Saben dónde está Oliver? Dijo que estaría aquí en la tarde —pregunto al entrar al córtex, buscando respuestas en los rostros de mis compañeros. 

Ellos me miran extrañados.

—¿Quién es Oliver? —pregunta Caitlin.

En ese momento, olvido de quién estaba hablando.

—No... lo sé...

Hago una mueca y siento que algo anda mal. La computadora detecta un corredor en la ciudad. Lo curioso es que no es Barry ni yo quien está corriendo.

—¿Es un velocista?

—Iré yo.

Quiero ir también, pero se va rápido, dejando un leve viento que alborota un poco mi cabello. Cisco dice que está empezando a recordar algo.

—¡Mack, ya sé lo que pasa!

—¿De qué hablas?

—Sobre las personas desaparecidas. Alguien juega con el tiempo, tuve una visión y ahora lo sé.

Cisco sale corriendo, dejándonos extrañados por su reacción. ¿Qué está pasando? De un momento a otro, Barry había regresado y dejado a alguien encerrado. Fuimos directo hacia allí.

—¡No estás entendiendo! ¡Solo quise ayudar!

Me acerco un poco más para ver el rostro de esa persona. Era una chica y su traje se parecía mucho al de Barry y mío. Su cabello lo llevaba recogido, era de piel oscura y tenía unos ojos cafés que para muchos no serían la gran cosa, pero estos me parecían lindos y familiares.

—¡Eres tú! —exclamó cuando me vio. Ella sonrió alegremente, parecía estar triste por un instante, pero su sonrisa no había caído— Mamá.

Esa palabra es pronunciada por la desconocida. Miro a Barry, quien también está extrañado.

—¿Quién eres? —pregunto, acercándome para verla claramente.

—Es complicado de explicar.

—Habla —dijimos ambos, cruzados de brazos.

La chica suspira y mira hacia un lado, moviendo su pie.

—Si les digo que vengo del futuro ¿Me creerían? —frunzo el ceño, pero no digo nada. Barry abre la boca, señalándome como si hubiera descubierto algo— Digamos que cometí un pequeño error, pero que provocó algo muy grande en el tiempo. Es por eso que estoy aquí, necesito de su ayuda. Aunque no iba a venir directamente hacia ustedes, se supone que lo tenía planeado, pero luego pasó el robo del banco, papá me descubrió y me atrapó. Eres más rápido que yo... Bueno, tampoco es que tenga mucha experiencia en esto. No sabía quiénes eran mis padres realmente y... Estoy divagando, ¿no es así? Lo hago cuando estoy nerviosa, suele pasar, aunque a veces no, no muy seguido... ¿Lo estoy haciendo de nuevo?

—Oye, no te estoy entendiendo.

—¿Dices que vienes del futuro y que ella es tu mamá? —cuestiona inseguro Barry.

—Exacto, y tu eres mi papá.

—Nunca me gustaron los niños —miro a Barry, esa idea nunca me gustó.