2. Diluvio

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Al siguiente día, Felix despertó para darse cuenta que se había quedado profundamente dormido después de todo el caos emocional de la noche anterior. Se levantó lentamente dándose tiempo, ya que parecía que su cuerpo seguía cansado por lo vivido. Con sus manos sintió su rostro tratando se buscar alguna señal del llanto anterior pero no encontró mucho, sintió un alivio al darse cuenta de aquello.

Se baño rápidamente y preparo sus cosas para el día. Ya se le hacía tarde.
Nuevamente empezó con su lista mental de cosas que hacer durante el día, añadiendo en ella la culpa que sentía por no avanzar en los proyectos, no haber estudiando o hecho su rutina de noche.
Salió por la puerta principal para dirigirse a la escuela, pero al hacerlo, un chico alto, de cabello negro y largo lo sorprendió en la entrada.

- Tu madre salió, creo que no te has dado cuenta.- Le dijo

Felix se preocupó por lo raro que era está situación y sintió un gran impulso de cerrar la puerta de golpe por protección. Pero algo lo detuvo. -¿Perdón?-

El chico rodó los ojos antes de pasar a la casa. -Dije que tu madre no está, ¿que no ves?- Y se adentró a la cocina.

Felix solo se quedó parado, escuchando ruidos dentro la cocina. con miedo se acercó poco a poco para intentar encarar al intruso. Ahí pudo ver al chico, ya había tomado un bote de helado de vainilla, al parecer lo estaba examinando.

- ¿Disculpa?- Felix pronunció. El chico lo miro, ya con cuchara en mano para el helado. - ¿Quién eres y porque pasas a mi casa?- Agrego con rapidez

-Ah, soy Hyunjin.- contestó despreocupado llevándose una cucharada a la boca -Hola Felix.- sonrió

- No has contestado mi pregunta.- recalcó, sintiendo una angustia al preguntarse cómo es que ya sabía su nombre

Hyunjin rodó los ojos - Estoy aquí porque ahora me toca estar aquí, ¿si? me mandaron.-

Felix solo lo miro aún más confundido que antes. El pelinegro suspiro en hartazgo.

- Bien - Dejo el helado a un lado. - Soy Hyunjin, soy un alma, y me mandaron acá para ser prácticamente tu guardián.

-¿Guardián? - repitió Felix y soltó una risa de hartazgo- Ok, si mi mamá te mando por alguna razón será mejor que te-

- No me mandó tu madre, no seas imbécil.- Se marcó un silencio breve en el ambiente. -Me mandaron porque, al parecer, un niñito se siente mal-

Felix pensó por un momento, cayó en cuenta de lo que había pensando la noche anterior, y en angustia contestó

-¿Qué? ¿Estás hablando de lo que pensé ayer? ¡Quien eres y cómo escuchaste!!?- alzo la voz.

- Ay, parece que soy pésimo presentándome.- El intruso comento aún más molesto que antes. -Me han traído aquí para ayudarte con tu madre, amigos y hasta a ti mismo. Lo deseaste tanto que fuiste escuchado.-

Felix se quedó pensando por un momento, y lentamente se fue sentando en la silla de la cocina.

- Entonces, ¿Te trajo Dios? ¿El me escucho?- dijo sorprendido

Hyunjin ahogo una ligera risa, y solo mantuvo una sonrisa en su rostro. -Alguien mejor.- respondió burlonamente

El menor pensó la situación callado en su asiento, y después de un rato reaccionó.
-¿Y tu crees que me voy a creer esto?-

Felix lo miro confundido, todo esto era algo raro para el y al mismo tiempo interesante. no había observado al chico con atención por lo mismo. lo tenía enfrente de el y observándolo mejor pudo apreciar su cabellera negra recogida en media coleta, sus ojos obscuros y profundos. vestía una camisa blanca y pantalones completamente negros también. Por más bello que luciera, su angustia lo hizo volver a reaccionar.

El alma que te pertenece (hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora