2. Epithymia

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--¡Felix!-- Lo llamó nuevamente su hermana entre la multitud. --Ya camina bien, parece que no quieres estar aquí.--

-- Evidentemente no quiero estar aquí.-- contestó sin ánimos el menor. --Hay mucha gente y ya me aturdí--

La hermana mayor tomo un suspiro en búsqueda de paciencia para dirigirse con amor a su hermano menor.

--Felix..-- lo llamo con cariño deteniéndose entre el movimiento del lugar. -- Te agradezco mucho que me acompañaras hoy.-- agregó retirando la gorra de la sudadera de el, para acariciar la cabellera rubia del menor. --Solo necesito ver el plan de medicina aquí y nos vamos, ¿Ok?--

El rubio rodó los ojos en cansancio. Su aspecto era tan retraído y perdido en esa sudadera holgada que cubría cada aspecto de su cuerpo y de su rostro. Era como si no quisiera ser visto ni por el mismo.

Y la única que lo regresaba a ser visible era su hermana.

--¿Cómo sabes que quieres estudiar eso?-- preguntó molesto. --¿Mamá te obligó?--

La mayor soltó una ligera risa antes de contestar amorosamente.

--No, sólo sé que es algo que me gusta, que me interesa.-- sus palabras iban al ritmo de las caricias en su cabello. -- Tu no te preocupes por eso, todavía te faltan 3 años para esto.--

-- Yo... -- Felix contestó con voz entrecorta. -- Yo no sé lo que me gusta.--

--Oye.-- le llamó su atención, y su mano sostuvo la mejilla del menor para alzar su vista directo a sus ojos. --Tal vez no lo sepas ahora, pero créeme que la vida te golpeará con la respuesta sin que te des cuenta.-- las palabras de su hermana hacían que una parte de Felix se sintiera acompañado. -- Y sabrás que es lo que te gustaría vivir. Vámonos--. indicó la mayor antes de retomar el paso hacia el camino a dónde se dirigían.

El menor asintió con la cabeza y su hermana continuó su paso para que él lo siguiera. Aún así Felix rodó la mirada y volvió a esconderse tras la gorra y la sudadera holgada para continuar su paso.

Ya era la tercera universidad que visitaban en la semana y realmente ya estaba molestando a Felix todo esto. No sólo por la cantidad de personas que hay en los recorridos escolares, si no que también por todo el tema de su hermana eligiendo una carrera soñada para su madre.

Pero ella tenía razón en algo, faltaban 3 años para que Felix tuviera que pasar por todo esto, pero una parte de el ya sentía la presión y la atención que dejaría en el su hermana una vez que se fuera a estudiar. Y eso estaba opacando su persona como jamás imaginó.

Lo peor, es que todo su sentir no podía nisiquiera dirigirlo a su hermana. Ella no tenía la culpa de todo lo que dejaría en Felix al irse a estudiar. O eso quería pensar el menor.

Y por culpa de sus pensamientos se había perdido nuevamente entre la multitud. Tanto estudiantes, maestros y familiares parecían haberse reunido sólo en esa zona del campus. Y por más que Felix alzara la mirada en búsqueda de su hermana, no pudo encontrarla.

-- ¡Felix muévete! -- escuchó a su hermana gritar a lo lejos. -- Aún tenemos que caminar más para llegar a los edificios de medicina. -- y casi por suerte encontró a su hermana llamándolo entre la multitud.

Sin pensar en la fuerza de su caminata se adentró lo más que pudo hacia el camino que lo llevaría a su hermana, pero antes de poder hacerlo había chocado con alguien entre la multitud. Su rostro había quedado pegado al torso de ese estudiante por culpa del impacto y su cuerpo se paralizó por unos instantes hasta llenarse de vergüenza por haberse tropezado de tal manera.

El alma que te pertenece (hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora