4. Illudere

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Desde que la madre de Felix le había castigado por la fiesta, todas sus tardes y noches las tenía que pasar encerrado en su habitación. Tampoco le molestaba tanto, pero si que era algo aburrido, y de no ser de la compañía de su alma sería aún más aburrido.
Aún así, cada chico se mantenía dentro de su propio espacio; Felix acostado la cama leyendo sus libros escolares  y Hyunjin ocupando el escritorio para dibujar, el cuál ya parecía que de había adueñado de tal espacio en la habitación.

Los dibujos y los bocetos de Hyunjin adornaban por completo el espacio el escritorio desde que Felix lo había motivado a volver a dibujar, y era algo que Hyunjin empezaba a disfrutar de estar al cuidado de su humano. Era un intento de recuperar su vida, o por lo menos así lo sentía.

-- Oye...-- le llamó su alma. -- ¿Tienes lápices de colores que pueda usar?-- preguntó aún perdido en su actividad.

--No, y sigo enojado contigo por cambiar mi calificación.-- contesto Felix aún con su mirada en el libro.

--Yo no la cambié.-- Hyunjin ya empezó a molestarse. -- Sólo puse la realidad.--

-- Y la realidad es que seguiré castigado gracias a eso.--

--¿Y de quién es el problema?--

Felix soltó un quejido de molestia, haciendo que Hyunjin dejara lo que estaba haciendo para mirarlo con atención. Lo único que no le gustaba cuando Yeji cambiaba algo Felix era la actitud de su chico posteriormente. Los berrinches eran algo que sin duda no toleraba y tampoco estaba tan dispuesto a tolerarlos.

-- Felix, de verdad no quiero discutir contigo.-- trató de decirle con la voz más tranquila que pudo encontrar. -- Entonces dime, ¿tienes lápices de colores? --

Felix aventó su libro a un costado de la cama para levantarse de golpe. Con tanta rapidez sacó de su mochila los lápices de colores y se acercó para dejarlos bruscamente en el escritorio.
Pero Hyunjin estaba perdiendo la paciencia con sus actitudes, y en el momento en el que Felix dejó los colores, su alma lo había tomado del antebrazo con la fuerza necesaria para detenerlo.

--¿Qué? -- preguntó Felix casi de forma golpeada manteniendo su mirada clavada en Hyunjin. Su parte de cabello negro resaltaba tanto como si la misma energía de su enojo lo erizara. Y su mirada, a pesar de estar llena de enojo hacia Hyunjin también se podía  admirar ese brillo que jamás había visto antes en él. Era como si por primeras veces Felix se permitiera expresar en palabras sus emociones.

-- Está bien.-- susurró con cuidado. -- Enójate conmigo, hazlo.-- 

La respiración de Felix se cortó por un instante, y su piel se estremeció al escuchar la voz de su alma siendo tan contradictoria a lo que él esperaba, y así como si hubiera sido una órden, Felix se permitió sentir más las emociones del momento.

-- Gracias por los colores. -- agregó Hyunjin ya aún más calmado. --Ven, te quiero mostrar algo.-- y con mucho cuidado le hizo espacio en la silla para que ambos estuvieran sentados frente el escritorio.

Toda la emoción que llegaba a Felix era demasiada pero su cuerpo cedía a lo que Hyunjin le pedía o lo acomodaba. Su mirada se perdió por unos instantes, y no fue que regresó hasta que su alma le acercó una hoja en blanco y los mismos colores que él le había proporcionado.

-- Enójate.-- le pidió con fuerza. -- Pero exprésalo acá.-- y con facilidad tomó la mano de Felix y le dejó un lápiz de color rojo listo para ser usado.

-- ¿Me vas a poner a dibujar en serio?-- preguntó Felix con desagrado, y su alma confirmó con la cabeza.

-- Dibuja lo que quieras.-- le volvió a ordenar.

El alma que te pertenece (hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora