El alma que te pertenece (hyunlix)

1. Illudere

"Si se ve real, y se siente real, ¿Crees que importa si es real?"

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Los quejidos de Felix hicieron que Hyunjin poco a poco despertara, y a la vez se preocupara.

--¿Y ahora que te sucede?-- Preguntó el alma extrañado

--Me duele mucho la cabeza, y me duele todo el cuerpo.-- contestó el rubio en un quejido.

La preocupación de Hyunjin se desvaneció del golpe, y sus ojos rodaron en molestia al asociar el sentir de Felix con todo lo ocurrido en la noche anterior. Evidentemente iba a sentirse mal por todo el alcohol y la intensidad de la noche.

--Argh...- se quejó el alma, tumbándose nuevamente en la cama para intentar ignorar a su chico.

--¿No se supone que estás aquí para ayudarme? Ayúdame a no sentirme así.-- preguntó Felix mirándolo y para ser verdad, se incomodó un poco al darse cuenta de su cercanía con el en la cama.

Hyunjin abrió los ojos sorprendido, no podía creer que nuevamente su chico sacara el tema.

--Felix, creo que no has entendido nada.--

--No. ¿Y que haces acostado al lado de mí?-- llevó su mano hasta su cabeza tratando de encontrar la forma de calmar su dolor.

Hyunjin sólo se mantuvo mirándolo mientras hacía sus múltiples intentos de calmar su resaca. Parecía que nunca encontraba las palabras adecuadas para explicarle lo que sucede, pero esta vez sus palabras salieron bastantes seguras de sí mismo.

--Felix, yo no puedo evitar que te sientas mal físicamente.--

El rubio soltó un suspiro.

--Y a decir verdad, tampoco puedo evitar que te sientas mal emocionalmente. A veces tiene que pasar eso.--
Las palabras de Hyunjin resonaron en la mente de Felix, que lentamente pudo armar sus próximas palabras.

--Entonces, ¿Que haces aquí?--

Hyunjin pensó por un momento antes de responderle.

--No lo sé...ya no lo sé.-- murmuró. --Pero, sé que estoy aquí para acompañarte.--

Por un momento Felix se detuvo a pensar las palabras de su alma. "Para acompañarte."

Y tenía razón, desde que Hyunjin había llegado a su vida de una forma se había sentido acompañado. A pesar de todo el caos de los últimos días, Hyunjin lo acompañaba.

No se había sentido tan solo desde aquel día que su alma llegó a la puerta de su casa, y tampoco tuvo que pasar todo el caos de la noche anterior solo.
El impulso del rubio le permitió dejar a un lado su molestia hacia el y acercarse a abrazar a Hyunjin, hundiendo su cabeza en el pecho de el. Así mismo, el alma lo reconfortó entre sus brazos, y nuevamente la luz de sus interiores se volvió a encender.

Y sólo se mantuvieron así por un buen rato, sintiéndose tan cerca del otro.

--Perdón si ayer hice que fueras por mi a la fiesta.-- susurró Felix.

--No te disculpes por eso. Está bien.--

Felix asintió con la cabeza ligeramente y se dejó relajar por la atmósfera de tranquilidad que despertaba Hyunjin en el.

Después de un largo rato ambos chicos decidieron bajar a la cocina por algo de comer, creyendo que eso mejoraría el malestar físico de Felix.

--¿Y tu mamá?-- preguntó Hyunjin buscando por todos lados.

--Ah..-- soltó Felix al ver un recado de su madre en el refrigerador. --Fue con mi hermana. Tuvo una exposición en su universidad hoy.--

--¿Tu hermana es mayor?--