-Jin....- Escuchó su voz adentrarse a la habitación. Hyunjin sonrió instintivamente y dejó su brocha reposando en agua. Al voltear al llamado, sabía que la vería a ella, tan perfecta y deslumbrante como siempre.
-Yeji, mira.- Dió paso para dejar ver su obra en la que estaba trabajando.- ¿Que te parece? Son las flores que vimos el otro día en el campo, ¿Recuerdas?- sonrió orgulloso.
La pintura era perfecta, tan bella y detallada. Yeji no pudo evitar sonreirle, había una parte de ella que se sentía tan orgullosa de su humano, de lo que había logrado y construido gracias a su ayuda.
-Hyunjin...es muy bello.- Comentó acercándose a la obra. Admiró cada centímetro de la pintura tocando ligeramente los detalles de las rosas que Hyunjin había plasmado. Podía sentir el frío del material de lo fresco que permanecía. -No puedo negarlo, eres el mejor artista que mis ojos han visto.-
El chico sonrió en orgullo nuevamente. Le encantaba ver que su alma admiraba su trabajo ya que gracias a ella el podía plasmar la belleza de las cosas que veía en el exterior.
Pero una gota de realidad atravesó a la chica, y su sonrisa se borró para ser remplazada por un rostro triste.
-Pero..- agregó. - Hyunjin tu deseo....-
-Se cumplió, se cumplió gracias a ti.- Dijo complacido por un momento, pero de igual forma sintió la realidad apoderarse de el. -Ya te tienes que ir, ¿Verdad? Ya no estarás aquí conmigo.- concluyó.
Yeji suspiró alejándse de la pintura. Lo miró con sinceridad tomando la mano del chico en un intento de contenerlo.
-Si...prácticamente si.- Respondió. -Me tengo que ir, Hyunjin.-
Hyunjin podía sentir lágrimas formarse en sus ojos. No sabía como agradecerle a su alma por todo, y tampoco podía entender que ya era hora de despedirse. Habían vivido y experimentado tanto juntos que visualizarse el solo le parecía algo complicado.
-Pero...- agregó Yeji. - Quiero que sepas que aún no cumples tu deseo.-
-¿Que?- Respondió. Un sentimiento de duda lo invadió mientras automáticamente miraba su pintura, ¿Que era lo que le faltaba? La perfección se podía observar sin ninguna duda. Aún así al escuchar a su alma empezó a sentir una gran falta de arte en sus obras. Nada parecía completo, nada estaba terminado, todo estaba con falta.
-Hyunjin.- Le llamó su alma, tratando de regresarlo del ataque de angustia que estaba presentando su humano.- Perdóname.-
-¿Yeji que estás diciendo?- preguntó alterado. -¿Cómo que mi deseo no está completo? ¿Entonces porque te vas?- bruscamente separó su mano de la de Yeji.
-Jin.- Repitió la chica, ahora con un tono más calmado. -
-¡Todo salió como tú me dijiste!- agregó mientas recorría su galería, ahora con pinturas que a su perspectiva eran vacías. -Mejoré como artista, mis cuadros eran hermosos, me empecé a parecer a ti.- De reojo miraba a su alma, quien ya se mantenía preocupada por el. - ¿Cómo puedes negar lo que hemos hecho si tu mismo ser tan perfecto, me lo diste?-
-No soy perfecta, Hyunjin.- Respondió. - Sólo te dejé mi marca de cuidado. No te pareces en nada más a mi.-
Por un momento ambos chicos se miraron, ambos tratando de comprender lo que el otro decía en silencio.
-Jin, si fuera perfecta, hubiera sabido desde el principio que todo esto no era tu deseo.- Agregó empezando a derramar contadas lágrimas de sus ojos. - Todo esto...perdón.-
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El alma que te pertenece (hyunlix)
RomansFelix es un adolescente cansado de si mismo. Pero al parecer es escuchado por Hyunjin, quien se encargará de modificar su vida haciéndolo cada vez más el mismo, aunque esto traiga un riesgo en la vida que Felix ya conoce. * No se permiten adaptacion...