2. Metanoia

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Felix no podía creer lo que había pasado, así que dejó que Hyunjin se retirara para mantenerse sentado en un asiento del salón. En silencio trató de calmar su respiración y la emoción que sentía brotar desde su pecho.

Pero, ¿Que había pasado? Jamas actuaba tan impulsivo como ahora, normalmente cualquier decisión grande le generaba una gran angustia y a veces hasta una carga de culpa.

¿Culpa? ¿Podría sentir culpa por lo ocurrido?

No, no podía detectar ni pizca de tal sensación.

Pasaron los minutos y Felix había decidido tratar de regresar al edificio de Contaduría, en donde había dejado a su madre ocupada con trámites. Una parte de el trataba de concentrarse en recordar el camino de vuelta, mientras que otra parte provocaba saltos de nerviosismo al recordar el beso que le dio a Hyunjin. De repente, se detuvo de golpe.
Era el primer beso que daba a otro chico, ¿Cómo fue que pasó tan rápido? O en realidad, ¿Cómo pasó?
Desde que Felix empezó a atraerse por otros chicos, había jurado que haría caso omiso a toda esa sensación, ya que su madre no pensaba que fuera correcto lo que sentía.
Pero, ¿No fue correcto esto? No lo sabía, pero sabía que no se había sentido mal al hacerlo, supuso que eso era la respuesta a la pregunta.

-¡Felix!- Escuchó el grito de su mamá, quien estaba afuera del edificio de contaduría.

El rubio le sonrió, le daba gusto no haberse perdido dentro de las instalaciones. Pero sintió que algo estaba mal, su mamá lo miraba con enojo. Nadie volvió a pronunciar palabra hasta que madre e hijo se encontraban frente la administradora de la carrera.

-Lo lamento.- Dijo la señorita. - Pero su promedio no alcanza para una beca en contaduría.-

No era tan desastroso tampoco; la beca requería promedio general de 9.6, y el promedio de Felix al momento se mostraba con 9.0. Evidentemente, sí podía postularse, pero las probabilidades de conseguir la beca eran ya muy bajas.

Felix y su madre mantuvieron un silencio abrumador durante todo el regreso hacia casa. Ambos en su propio mundo de pensamientos llenos de enojo, frustración y decepción.
El coche se detuvo para dar fin al camino y Felix no encontró otro momento tan ideal para romper el silencio.

-Mamá, no está tan mal. Puedo ver otras carreras.-

-¿No está tan mal, Felix?- preguntó su mamá alterada -Para este punto ya deberías tener el promedio de 9.6, y con proyectos subirlo a 10 cerrado. Ese era el plan.-

Contadas lágrimas recorrían las mejillas de Felix, siendo esto una expresión de su tristeza, enojo y frustración al mismo tiempo.

-Mamá, me estoy esforzando, lo juro.-

-No se nota, no estás haciendo nada.- su madre seguía contestando alterada. - Si sigues así, no vas a poder lograr nada.- Dijo llevando ambas manos a la cara, tratando de calmar lo que sentía y su expresión de lo mismo.

-¿Y entonces qué? ¿Me vas a dejar de querer?- gritó Felix. - ¿Vas a decepcionarte de mi? Si ya lo estás, siempre estás decepcionada de mi.- rápidamente el menor se bajo del coche en dirección a la casa. Abrió la puerta de golpe y entre lágrimas y sollozos fuertes corrió hacia habitación.

De forma automática entró corriendo a su habitación cerrando la puerta tras su paso. Sin darse cuenta había chocado con Hyunjin, quien confundido lo recibió en un gran abrazo que Felix aceptó sin dudarlo. A pesar de que Hyunjin no sabía lo que había pasado, podía sentir en el una fuerte tristeza que compartía con su chico.

Felix se mantuvo hundiendo su cabeza en el pecho de Hyunjin, permitiéndose sentir su llanto por un buen rato. Por su parte, su alma lo abrazaba cálida mente y a ratos acariciaba su cabello para darle aún más espacio a su llanto.

El alma que te pertenece (hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora