(𝐅𝐞𝐥𝐢𝐱, 𝟖 𝐚𝐧̃𝐨𝐬. 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧, 𝟏𝟐 𝐚𝐧̃𝐨𝐬.)
Al llegar al hospital, los tres fueron a la habitación indicada por la recepcionista, la 143.
La señora Lee estaba posada en la puerta de la habitación, se notaba que había estado llorando. Dios mío, ¿tan grave era?
Tal y como llegaron, Hyunjin hizo una rápida reverencia a la señora Lee. Esta le dijo que entrase a la habitación de Lix, que tenía que hablar con Jisung y Minho. Hyunjin no se lo pensó dos veces y entró.
Vió al su rubito concentrado en como sus deditos cambiaban de color cuando hacía presión en estos.
El pecoso no levantó su mirada porque pensó que era su mamá la que había entrado.—Hola, pequitas.— Tan rápido como reconoció la voz de su mejor amigo, extendió sus bracitos y volteó a verle, esbozando una sonrisa muy amplia.
—¡Jinnie!— El mencionado sonrió también y fue a abrazar a su pecoso.
Sus cuerpos encajaban tan bien... Pecho a pecho, dejando que el ritmo de sus latidos se sincronicen.
Sin romper el abrazo, el mayor de los dos se separó un poco, haciendo que los mejores amigos queden cara a cara.—¿Por qué estás aquí, Lixie?— Ladeó la cabeza.
—Los doctores dicen que tengo un bultito aquí— El niño agachó su cabecita y señaló su pecho con una manita y el mayor lo miraba con mucha atención. — En mi corazón. Dice que se está haciendo grande, pero ¿eso no es bueno? -El mayor alzó una ceja, escuchando atentamente— Que mi corazón se haga grande, ¡así puedo querer más!—
Hyunjin echó una risa nasal negando con la cabeza, ¡que ocurrencias tiene el pequeño!
—Me parece que es mejor que no crezca, tú eres pequeñito.— le dió un toquecito en la nariz— Y, si tu corazón se hace grande, puede que no quepa, ¿no lo has pensado?—
El rubio jadeó con sorpresa, poniendo sus dos manitas en cada mejilla.—¡Tienes razón! Espero que no se haga grande.— Hizo su característico puchero.
—Sí... yo también espero que no, pequitas...— El pelinegro le dio un suave pellizco en una de las mejillas abultadas del más pequeño, haciendo que suelte una risita. Una de esas risitas que le daban vida a Hyunjin. Una de esas risitas que hacían que su ritmo cardíaco se acelerase.
—Te quiero mucho, ¿sabes, rubito? Te prometo que siempre voy a estar contigo. — Los dos juntaron sus frentes, cerrando los ojitos. El más pequeño solo soltaba risitas traviesas. Y, de repente, le dió un pequeño besito a la frente del más alto, cosa que el último no se esperaba. Sonrío ante ese contacto.
—¡Yo también te quiero, Jinnie! Yo también estaré junto a ti siempre, ¡promesa de dedito!— El pequeño levantó su meñique, acción que imitó el más grande, y finalizaron la promesa tocando sus pulgares, siempre estarían juntos, pase lo que pase.
—¡Jin! ¡Jin! ¿Quieres ver la tele conmigo? Mamá dice que no puedo jugar para no cansarme rápido, por eso ha ido a pagar moneditas para que la tele funcione. ¿Podemos?— E hizo su característica carita de cachorrito, por lo que Hyunjin se vió incapaz de negarse, ¿cómo lo haría?
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𝐌𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐢𝐬 𝐲𝐨𝐮𝐫𝐬, 𝐟𝐫𝐞𝐜𝐤𝐥𝐞𝐬 𝐛𝐨𝐲.
FanfictionHwang Hyunjin no era un niño como otros. No había pasado una buena infancia, tenía problemas familiares, en el colegio... Él perdía más la esperanza cada que pasaban los días. No era muy feliz... hasta que llegó un pequeño rubito pecoso al barrio, d...