Hwang Hyunjin no era un niño como otros. No había pasado una buena infancia, tenía problemas familiares, en el colegio... Él perdía más la esperanza cada que pasaban los días. No era muy feliz... hasta que llegó un pequeño rubito pecoso al barrio, d...
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Le dieron el alta a Felix a los 3 días. Felix estaba contento, pudo respirar el aire puro profundamente. Quería llegar a casa, y marcar a Hyunjin, ya que no podría verlo en algunos días por indicaciones del doctor, tenía que cuidarse.
Se encontraba mirando el paisaje por la ventana de su coche, no podía explicar la euforia que estaba sintiendo en ese instante. Su corazón latía frenéticamente. Porfín se sentia vivo, sin preocupación alguna.
Llegó a su casa, con la misma emoción como si fuera la primera vez que entraba en esta. Sintió el ambiente hogareño, y fue corriendo a abrazar a Jisung, quien sonrió al verlo. Todo se sentía tan feliz.
Después de una gran charla con la familia Lee reúnida, Jisung le entregó a Felix otro sobrecito de papel.
—Toma, Lixie, me lo dió tu novio para ti.— Felix sonrió, ni siquiera respondió y fue corriendo a su habitación a leer esta y marcarle rápidamente a su chico.
Pero, lo que se encontró fue totalmente inesperado para él.
"Hola, mi chico. ¿Todo salió bien? ¿Cómo te encuentras? Estoy feliz de que puedas leer esto."
Dejó de leer, ¿cómo supo que estaría vivo?
Siguió leyendo confundido.
"Quiero decirte que siempre has sido mi luz y mi razón de ser. Cuando menos lo esperaba, apareció un pequeño rubio a sacudir el aburrido mundo en el que vivía. Me salvaste, Felix. Me levantaste cuando estaba hundido. Estoy muy agradecido de todo lo que has hecho por mí.
¿Recuerdas cuando te dije que daría mi vida por ti? No estaba bromeando, lo dije muy enserio, sino, ¿de quién crees que es aquel corazón que te han dado?"
Felix hizo una pausa. Se quedó loco. No, no era verdad, Hyunjin no le había dado su corazón. No lo había hecho. Empezó a llorar, sus gotas caían en ese folio de papel, haciendo que se formaran varias manchas de tinta por la humedad.
"Quiero que sepas que siempre he estado enamorado de ti. Enamorado de tu sonrisa, de tus pequitas, de tu cabello rubio, de tu físico, de tus sentimientos, de que seas tan transparente al expresar estos. En resumen, estoy enamorado de tu ser. Mi corazón latía por ti e, irónicamente, lo sigue haciendo.
¿Recuerdas cuando eras peque y viste mis cicatrices? Dijiste que los que tenían cicatrices eran los que habían luchado y logrado ganar una muy fuerte batalla. Por eso, tienes una cicatriz en tu pecho en estos momentos. Porque has ganado la lucha en la que te metiste hace 6 añitos. Estaré orgulloso de ti por siempre, mi amor. Sigue sonriendo, porque te estaré viendo. Estaré viendo cada uno de tus movimientos, como siempre lo hice. Cuídate mucho, sigue adelante y vive por mí. ¿Podrás hacerlo? Sé que puedes hacerlo, confío en ti.
