Hwang Hyunjin no era un niño como otros. No había pasado una buena infancia, tenía problemas familiares, en el colegio... Él perdía más la esperanza cada que pasaban los días. No era muy feliz... hasta que llegó un pequeño rubito pecoso al barrio, d...
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El sábado llegó. Hyunjin estaba desanimado por la reciente "discusión" que tuvo con el rubio. Se arrepentía tanto, ¿cómo pudo pensar algo así de tonto? Pero lo hecho, hecho está, y Hyunjin no puede cambiar eso. Él sabía que su pecoso estaba dolido con él, y quería darle su tiempo. Pero otra parte suya le decía que fuese a la casa del rubio y le dijera lo mucho que lo amaba, y le pidiera otra oportunidad. Pero no quería sofocarle, y no decidía lo que quería hacer.
Por otra parte, Felix seguía decaído, no quería hacer nada, no comía apenas, no salía de su habitación... Y esto se notaba en la casa. Todos notaban que faltaba algo, y eso era Felix.
Jisung subió a la habitación del rubio, llevándole una bandeja de galletas que había hecho para aunque fuera animarlo un poco. Tocó la puerta y al entrar vió como Lix se estaba tallando los ojitos y tenía estos junto con la nariz y mejillas rojos. Tan rápido como lo vió supo que estaba llorando, por lo que se sentó en los pies de la cama y dejó la bandeja a un lado.
—Hey, Lixie, ¿qué te ocurre?— Jisung puso una mano en el hombro del mencionado y lo vió preocupado.
—Nada, Sunggie... No es nada.— Respondió Felix, sorbiendo por la nariz intentando contenerse de llorar enfrente de Jisung.
—Puedes decírmelo, cariño. Sabes que Sung Hyung siempre te ayudará, ¿verdad?— Lix asintió, cerrando sus ojitos fuertemente, y Jisung se apresuró a abrazarlo, entonces Lix comenzó a llorar en el pecho de su cuñado.
—¿Pasó algo con Hyunnie, cariño?— El menor asintió, abrió la boca para hablar pero solo salieron llantos y gemidos dolorosos, trataba de explicarse pero no le podían salir las palabras. —Hey, cálmate, cálmate. Respira...—
Jisung sobaba la espalda del pequeño, tratando de que este respirase mejor y pudiera tranquilizarse.
Una vez que lo vio más tranquilo, dejo un beso en la cabeza de este y habló.
—¿Puedes explicarme que pasó?— Recibió un asentimiento por parte del pequeño y se enderezó para prestarle total atención cuando comience a hablar.
Lix le explicó todo lo que pasó a Jisung, con lágrimas de por medio pero se pudo explicar bien para que el mayor entendiera.
—Cariño, lo de Hyunjin no estuvo bien. Pero puede que los dos estén asustados. Muchas veces, cuando estamos asustados, hacemos cosas que no son correctas, y eso no es justificación para lo que ha hecho Hyunnie. Pero no le puedes tener rencor, se nota que te ama, y que tú lo amas a él. Tal vez si hablan las cosas, pueden arreglarlo. ¿Por qué no lo intentas, Lixie?— Jisung seguía dándole caricias a su cuñado, tratando se hacerlo sentir lo más cómodo y tranquilo posible.
—¿Crees que debería?— Sung asintió y Felix solo suspiró. —Quiero verle, pero ¿y si no sale bien?— El menor abultó sus labios y agachó su cabeza mientras jugaba con sus deditos.
