Harry Potter [One Shots] ||+18

MARATÓN 2/4

Remus Lupin
[Con mi profesor]

Era excitante la idea de que sus grandes manos me tomaran o el simple hecho de que sus facciones tan misteriosas me dieran tanta curiosidad, tal vez solo tenía un capricho, pero cuando miraba las cicatrices de su rostro solo lograba concentrarme en.

"¿Cómo se hizo eso?"

Pero sacudí mi cabeza cuando su voz penetro mis oídos.

— ¿Señorita zabini está prestando atención?

—¿Señor?

—Por favor preste atención a clases —Sugirió.

Sin más que decir trate de prestarle atención, pero era imposible, el remango su camisa y sus brazos, sus enormes brazos que también tenían cicatrices quedaron al descubierto, escuche los suspiros de mis compañeras de casa e hicieron reír a algunos chicos de Huplepuff.

Las clases acabaron luego de unas largas prácticas de hechizos de defensa y protección, cuando la clase acabo me topé con Draco, sus labios se curvaron en una sonrisa y me atrajo a él.

—Hola linda.

Rodé los ojos y lo aparte.

—Draco aléjate.

Lo hice a un lado y continúe mi camino hasta Luna para ir a la sala común.

«­Perspectiva de Remus»

La mire tan distraída en clases mientras sonreía dibujando en sus pensamientos, mi mente necia no paraba de pensar en que era lo que invadía sus pensamientos, así que llame su atención, cuando sus hermosos ojos me miraron sentí como me estremecí.

Es tu alumna

Recordó mi subconsciente y suspiré, seguí la clase con "normalidad" pero no podía evitar mirarle de vez en cuando, sus ojos marrones claros y su piel color canela me tentaban de demasiadas maneras.

—Que tenga lindo día profesor Lupin. —Se despidió dándome una sonrisa.

Trague grueso viéndola ir, sus caderas se meneaban bien bajo esa falda y no pude evitar fantasear con ella, imaginarla de las tantas maneras en las que podría someterla con ese pequeño cuerpo sería tan fácil.

Sacudí la cabeza para sacar esos pensamientos, ella era mi alumna y esto era realmente perverso, ella es 16 años menor que yo, yo tengo 32 y ella 16.

Fin de la narración de Remus.

Las siguientes semanas estuve bastante decaída, ver como mi hermano estaba decaído recaía sobre mí, la preocupación de mis profesores fue demasiada, me hice bastante amiga de Remus, es un lindo choco con un buen corazón, me explico que las marcas de el habían sido por un accidente.

Esa misma noche fui a la torre de astronomía para relajarme un poco, había tenido una pesadilla, le di una calada a mi cigarro y exhalé el humo del cigarro, me exalte cuando escuche una envoltura arrugarse detrás de mí y voltee instantáneamente.

—Profesor Lupin.

El me miro con una sonrisa arqueada.

—Hola.

Su voz se notaba más pesada, como si se acabara de levantar o algo así, su vista se veía cansada y me levanté corriendo hacia él, el cayo de rodillas y recosté su rostro en mi vientre.

—Hueles tan bien —Murmuro.

Su gruesa voz me hizo erizar y acaricie su cabello.

—¿Tomaste? —Negó —emm, ¿tienes fiebre? —Volvió a negar —¿entonces qué sucede?

—Ya casi será luna llena y me pongo muy caliente cuando eso pasa.

Fruncí el ceño algo desubicada y cuando bajé la mirada para decir algo él estaba acariciando la parte posterior de mis muslos y su rostro derrochaba lujuria con solo mirarle.

Me acorralo al balcón mientras sus besos bajan por mi clavícula y cuello, apreté su camisa mientras apretaba los dedos de mis pies, sentía como mi cuerpo ardía en la llama de sus cálidos besos, pero con el paso de los minutos solo me dejé llevar.

Cuando mi mente quiso aclararse Remus estaba entre mis piernas, hundiendo su cara contra mi feminidad mientras me hacía suspirar de placer, apretaba sus castaños cabellos para jalarlo contra mí, sentía como goteaba fluidos en su boca y él parcia disfrutarlo al máximo

Déjame tomarte, he deseado hacerte tanto últimamente y tú eres mi alumna, lo sé, olvidémonos de todo por unas horas, por favor. —Mi rostro ardió ante sus murmullos y aparte la mirada. —Por favor....

Sus ojos reflejaban la luna menguante y asentí, él rápidamente se levantó y tironeo mi cabello mientras sus labios chocaron contra mí y yo sin rechistar seguí su beso.

Me acorralo al balcón mientras sus besos bajan por mi clavícula y cuello, apreté su camisa mientras me estaba retorciendo de placer, sentía como mi cuerpo ardía en la llama de sus cálidos besos, pero con el paso de los minutos solo me dejé llevar.

Cuando mi mente quiso aclararse Remus estaba entre mis piernas, hundiendo su cara contra mi feminidad mientras me hacía suspirar de placer, apretaba sus castaños cabellos para jalarlo contra mí, sentía como goteaba fluidos en su boca y él parcia disfrutarlo al máximo.

—Lupin —Jadee tratando de que se detuviera.

El hizo caso omiso, solo cuando logre correrme se alejó de mí, por mis pantorrillas goteaban mis fluidos, quise devolverle el favor, me arrodille y el con sus manos tomo mi cabello en una coleta, sin siquiera dejar que me acostumbrase metió su pene hasta la profundidad de mi garganta, haciéndome das arcadas y lloriquear, su cuerpo se iluminaba con aquella, embestía sin parar mi boca, era constante y trate de alejarlo.

—¿Qué haces cariño? Aun no acabo.

Sus gemidos eran roncos, apreté mis muslos mientras le miraba con deseo, cada embestida que se poseía de mi boca lograba que me volviera loca por él, me jalo el cabello y me recostó sobre el balcón boca abajo, su pene se frotaba en mi entrepierna y separo mis nalgas para meter su pene de golpe, solté un suspiro de sobresalto.

Pensé que sería alguien suave, pero me equivoque, sentí como me hacía pedazos por dentro con sus fuertes embestidas, quien lo diría, mi mayor fantasía me follaba frente a mi vista favorita, sus suspiros calientes me hacían sentir más extasiada, eran tan delicioso escucharlo gemir.

Me dio vuelta alzando mi perna a su hombro, sus labios succionaron mis pechos con fuerza, sentía frio en mi cuerpo, pero eso me era estúpido ahora, su pene hacia obscenos sonidos que me ponían roja.

Nuestra lujuria se apodero de todo en ese momento, monte su pene con fuertes sentones y movimientos de caderas, verle sumiso me encanto, sin embargo, de sumiso no tenía nada, me manejaba a su merced incluso cuando "yo tenía el control"

—No sabes lo mucho que estoy disfrutando de que tú seas quien complace estos deseos.

Abofeteo suavemente mi rostro y luego tomo mis mejillas.

Con nuestras prendas creo una especie de colcha, menee mis caderas alzándolas un poco para tentarlo a más, ahora sus embestidas fueron toscas, pero toscas dolorosas y apretaba las prendas y me amordazaba con las misas para no gritar mi placer tan fuerte.

—Desearías que solo fueras mía, mía y solo mía.

Volteé a mirarlo, su mirada había cambiado, se veía más oscura, fruncí el ceño pero no por mucho cuando me hizo gritar, gritar mucho, no vi el paso de las horas hasta que vi como el cielo se aclareo.

Estaba exhausta y recostada en el pecho de Remus, sintiendo su delicioso olor corporal, piel con piel mientras dormíamos aún entrelazados.

—Qué lindo amanecer —Murmuró mirándome —Tu cara se ve hermosa cuando la luz dorada del sol empieza a salir.

—Remus no digas eso —Me escondí en su pecho.

—¿Cómo no recordarte lo hermosa que eres? —acaricia mi mejilla —Tu eres hermosa

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Digan que tal