La hija de Dumbledore

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Suelto un suspiro agotado luego de las largas horas de clase con el cascarrabias de Snape, odiaba su clase, su favoritismo por su casa y su odio hacia Harry y hacia mí. Odiaba a ese murciélago.

—Señorita Dumbledore, ¿podría decirme cual es uno de los ingredientes de la pócima de Amortentia?

Su mirada severa y figa no se apartaba de mí, apreté las mangas de mi buzo y enserio quise gritarle, quise arrancarle la cabeza y que dejar de hablar, era realmente irritable.

—¿Algunos o todos profesor? —Mi tono era claramente irritado, él quería colmarme la paciencia y era obvio que no lo dejaría.

—Impresióneme.

—La opción de amor es una pócima, está hecha por huesos de Ashwinder, espinas de rosas, polvo de piedra lunar y polvo de perlas —Abrió la boca para decir algo, pero fui más rápida—. Es supremamente fuerte que puede lograr que el que la consuma tenga una enorme obsesión hacia la primera persona que vea, esta no debería llamarse así ya que lo que esta otorga nunca será amor puro.

Cruce mirado con él, quería saber si estaba feliz, el refuño por lo bajo y sonrió satisfecha volviendo a mis asuntos.

—Bueno, parece que tenemos a una sabelotodo —Su tono era tan irritable que Harry tuvo que apretar mi mano para no gritarle un montón de cosas en la cara, el me miro con la ceja alzada y siguió dando su clase.

Saliendo de clases me junte con Harry para ir a trasformaciones cuando sentía los murmullos ajenos de las personas Harry tomo mi mano, suspire calmándome y sonreí.

—Debes acostumbrarte a eso, es raro ver que eres hija de Dumbledore, quieren probarte, saber que eres y de donde provienes.

—No soy un animal en exhibición Harry —Dije con disgusto.

—Pues eres intrigante, tu rostro nunca lo has descubierto por completo, siempre llevas una máscara y además de eso tu túnica es enorme y tu ropa es holgada, ellos te ven rara.

—Solo ellos? ¿O tú también? —Dije apretando los libros contra mi pecho.

Harry negó y seguimos hasta la clase, de camino allí vimos un revuelo enorme en el patio trasero, Harry y yo corrimos a ver, allí nos encontramos con Hermione y Ron y por un hueco pudimos ver como la profesora Dolores desterraba a la profesora de adivinación, me hice camino entre las personas buscando la justicia, pero la profesora Mcgonagall ya me había ganado y la encaraba fuertemente.

—Usted no tiene derecho alguno de expulsarla! —replico Mcgonagall.

La pequeña y rellenita mujer con cara fruncida levanto si mano, iba a pegarle, pero las puertas se abrieron dejando ver a mi padre, sonreí y me acerqué rápidamente a él dándole a lujos y detalles la información de aquella estúpida mujer.

Las cosas luego de eso no mejoraron, los chicos decidieron hacer un ejército secreto al cual obviamente me uní, no dejaría a Harry en una locura de estas a él solo, aprendí demasiado, demasiado hasta que me rendí en navidad cuando estuvimos practicando el patronus, era un hechizo ridículo, al menos lo era para mí (No me salía).

Esa tarde de diciembre nos despedimos de los chicos, la mayoría volvería a casa y cuando me devolví a buscar algo mi mundo se paralizo, mi sonrisa decayó y me sentí muy llena de ira, Harry besaba a Cho debajo del muérdago, apreté las manos a mi capa y Salí de allí sin hacer ruidos, mis ojos estaban empañados por las lágrimas, me llene de ira y sentí que me desmoronaba completamente, la profesora Umbridge se topó en mi camino y me regaño, me acuso de ir muy rápido y le rebajo puntos a mi casa, llena de ira la empuje y antes de abalanzarme contra ella George me saco cargada de allí mientras yo pataleaba.

Harry Potter [One Shots] ||+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora