El tercer hijo de Goku [Goku x Bulma]

Capitulo 22: Obsesión

Pov's Androide 21

 El atractivo hombre que se adueñó de mis pensamientos yacía frente a mí pálido y petrificado, en un burdo intento de articular sus labios estos temblaron. Intentando apaciguar su nerviosismo frunció su ceño con fuerza y me dio un empujón con sus brazos al momento en que tragaba saliva con sus pómulos colorados. Sin mirarme a los ojos salió rápidamente de la habitación y a la distancia logré escuchar su voz.

—Apártate y déjame en paz, solo logras colmar mi paciencia—gruñó el Saiyajin

A pesar de sus palabras, era consciente de mi incapacidad para alejarme de él. Lo deseaba desde lo más profundo de mi ser y mi corazón no se rendiría ante nada en este mundo. Sabía que solo quedaba un obstáculo, llamado Bulma, pero de alguna manera, él sería mío y me desharía de ella para lograr mi objetivo. Siempre me han conocido por ser muy obstinada, la rendición no residía en mi diccionario.

Durante una reunión, Bulma salió apresurada y agitada, fingiendo que necesitaba ir al baño, la seguí. Mientras continuaba su recorrido, mi atención fue capturada por la presencia de otro guerrero, de musculatura prominente y cabellos alborotados, de una notable belleza que resaltaba en su rostro, al igual que en el de Vegeta. No pude evitar notar la especial conexión que había entre Bulma y él, se reían hasta quedar sin aire y bromeaban constantemente. La sonrisa y las carcajadas de Bulma eran más evidentes y sinceras en su compañía, lo que me lleva a concluir que quizás ella se sentía más feliz con él que con Vegeta, y que podía sentir algo más que solo una simple amistad.

Mi mente estaba asediada por una cantidad interminable de preguntas: ¿Por qué no se casó con él, sino con Vegeta, si su vínculo era tan especial? No necesité más para llevar a cabo mi plan: alejarla de Vegeta y enamorarla de ese joven que parecía ser un amigo muy especial para ella. Con el tiempo, descubrí que su nombre era Goku.

Parecía que Vegeta intentaba evitarme después de lo sucedido entre nosotros. Sin embargo, mis intenciones eran tan fuertes que siempre encontraba una manera de detenerlo y buscar interacciones con él. En una ocasión, lo detuve tomándolo de la mano mientras caminaba. Él me miró alarmado y yo simplemente abrí los labios.

—Oye, Vegeta, ese tal Goku es amigo de tu esposa—dije tratando de entablar una conversación con él.

—Eso no es de tu incumbencia—respondió fríamente.

—Lo sé, solo quería advertirte que tengas mucho cuidado. A veces, una tercera persona puede notar cosas importantes mientras ellos hablan—agregué tratando de ser lo más prudente posible.

Vegeta se detuvo en seco al oír mis palabras, sus ojos oscuros se clavaron en los míos y parecían escudriñar mi alma. Unas pequeñas arrugas aparecieron en su entrecejo, indicando que algo en su interior lo atormentaba. Podía sentir la tensión que emanaba de él y noté que sus puños se habían cerrado con fuerza. Aunque no sabía con certeza qué era lo que lo afectaba, estaba segura de que mis palabras habían logrado remover algo en lo más profundo de su ser, en muchas ocasiones su fría mirada me congeló y al momento en que me esforzaba por corresponder su contacto, me evadía.