Mi padre sin dificultad alguna, acomodó el barril de madera donde mi mamá le indicó.
El saiyajin con una gran sonrisa plasmada en los labios, se sentó deleitando su vista con todo lo que se encontraba sobre la mesa una vez más. Yo aún intentaba procesar lo recién ocurrido entre ambos, sin embargo, sabía que lo mejor por el momento era intentar comer.
—¡Vaya si que muero de hambre!—exclamó mi papá con su rostro elocuente mientras tocaba su estomago que no paraba de rugir.
Imitando su acción mi mamá se sentó a un costado de Vegeta, quien comía como si no hubiera un mañana, era típico de los Saiyajin. Sabía que si comía igual que él o mi papá, los demás sospecharían, por lo que con esfuerzo intenté controlarme.
Tras observar la incontable cantidad de platillos vi uno que me llamó la atención.
—¡Wah!, ¡eso se ve delicioso!—exclamé asombrado. Para mi sorpresa una voz sonó a coro junto a la mía.
Sorprendido observé al frente y vi que mi padre imitó mi acción, tenía exactamente la misma expresión que yo. Al mismo tiempo, ambos intentamos alcanzar el plato.
—¡Oye!—continuamos exclamando al mismo tiempo. Al notar que esto ocurrió más de una vez, nos sorprendimos aún más.
Junto con el Saiyajin del gi anaranjado logramos ser el centro de atención de la mesa. Todos dejaron a un lado lo que estaban haciendo, permanecían expectantes y perplejos de que nuestras palabras y acciones fueran tan iguales.
—¿Por qué me estás copiando?—cuestionamos ambos al unísono con dificultad ya que teníamos la boca llena abriendo aún más nuestros ojos.
Ambos al mismo tiempo tocamos nuestra nuca riendo nerviosos. No hacía falta decir que la palabra asombro no era capaz de describir lo que sentía en ese momento.
—Pero si no te estoy copiando—respondimos ambos nuevamente. Parecía algo insólito, ahora me quedaba claro que parte de mi personalidad la heredé de él.
No tuvimos que esperar mucho para escuchar como la carcajada de todos acompañó el extraño y confuso suceso. Mi objetivo era pasar desapercibido y todo estaba ocurriendo al revés. ¡Me voy a volver loco!.
—¡Que impresionante!—exclamó Yamcha desde un lado de la mesa—. Es como si estuvieran frente un espejo.
—¿Acaso eres familiar de Goku?—bromeó Krillin entre risas.
Si tan solo supiera que la broma que acaba de decir es la verdad que estoy tratando de ocultar.
Sintiéndome un poco nervioso por no querer levantar sospecha alguna para los demás, volví a mirar el plato. No obstante, en cuanto lo observé pude notar que la comida había desaparecido. Desvié la mirada hacía mi papá y efectivamente se lo había comido.
—¡Goku que grosero!, ¿acaso no ves que el invitado también quería comer?—lo regañó la peliazul que había organizado la reunión.
—Lo siento Bulma—habló él a duras penas gracias a que tenía la boca llena de comida y continuaba llenando su plato—. ¡Es que de verdad tenía mucha hambre!.
—Nunca vas a cambiar, ¿no es así?—respondió mi mamá resignada.
—No se preocupe—manifesté para tranquilizarla—. Puedo comer otra cosa.
La ojiazul me observó con amabilidad y sonrió.
—Puedo decirle a los chefs que preparen más del mismo platillo—aseveró con hospitalidad y observó a mi padre de reojo—. Pero les diremos que Goku no puede comer más de él.
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El tercer hijo de Goku [Goku x Bulma]
Fanfiction¡Hola a todos!, mi nombre es Son Goksai y tengo 16 años. Heredé la gran fuerza y voluntad de mi padre y la inteligencia de mi madre. Gracias a un accidente en el laboratorio de mi mamá me lleve una extraña y confusa sorpresa, viajé a un universo alt...