El tercer hijo de Goku [Goku x Bulma]

Capítulo 24: Flor con espinas

El grupo salió apresuradamente de la sala, respirando aliviados por haber superado el primer juego mortal de la Androide 21. Sin embargo, la pérdida de Yamcha los dejó con un sabor amargo y una advertencia clara de que el peligro estaba lejos de terminar.

Mientras se reagrupaban afuera, Bulma miró a Goku con preocupación. —Tenemos que detenerla, Goku. Esta androide está desatada y parece que disfruta jugando con nosotros como si fuéramos títeres en su macabro teatro.

Goku asintió, frunciendo el ceño con determinación. —Sí, pero no sé cómo enfrentarla. Es más astuta de lo que esperábamos.

—Quizás tengamos que buscar una manera de desactivarla desde su origen, desde la corporación. Ella debe tener un punto débil que podamos aprovechar —sugirió Piccolo, con su habitual pragmatismo.

—Pero no sabemos cuántas trampas más tiene preparadas. No podemos arriesgarnos a más vidas inocentes —agregó Krillin, visiblemente afectado por la muerte de Yamcha.

Goksai permaneció en silencio, reflexionando sobre cómo sus acciones habían desencadenado todo este caos. Se sentía culpable y decidido a rectificar las cosas. —Debemos encontrar una forma de localizarla y neutralizarla antes de que cause más daño.

—Tenemos que estar preparados para lo que venga a continuación —advirtió Piccolo, observando a su alrededor con sus agudos sentidos.

—¡Maldición! No puedo creer que Yamcha... —comenzó Gohan, pero fue interrumpido por una repentina alarma que resonó en todo el perímetro de la corporación.

—¡Intrusos detectados! Todos los sujetos deben regresar inmediatamente al edificio. —Una voz robótica anunció desde los altavoces.

—¡Otra trampa! —exclamó Krillin, mientras todos se preparaban para lo que venía.

De repente, una cúpula de energía se formó alrededor del grupo, atrapándolos dentro. Miraron hacia arriba y vieron una pantalla iluminarse con la imagen de la Androide 21, con una sonrisa malévola en su rostro.

—¡Bienvenidos al segundo juego, mis queridos prisioneros! —anunció la pelirroja, mientras la cúpula comenzaba a cerrarse lentamente—. Esta vez, pondré a prueba su fortaleza. Si fallan, quedarán atrapados aquí para siempre.

—¿Qué clase de juego es este? —exclamó Bulma, mirando desesperadamente a su alrededor.

—No tenemos tiempo para perder. Debemos encontrar la manera de salir de aquí antes de que sea demasiado tarde —advirtió Piccolo, evaluando las paredes de energía que los rodeaban.

—Quizás si desactivamos los generadores de energía que sostienen esta cúpula... —sugirió Gohan, señalando hacia unas luces intermitentes en el borde de la cúpula.

—Pero no podemos alcanzar esas luces desde aquí —observó Tenshinhan, frustrado por la situación.

—Entonces tendremos que usar nuestras habilidades para crear una abertura en la cúpula. ¿Alguien tiene una idea? —preguntó Krillin, buscando entre sus compañeros.

—¡Yo puedo intentarlo! —exclamó Goku, concentrando su energía en una bola de ki y lanzándola hacia la cúpula. Sin embargo, la bola de energía se disipó inofensivamente al impactar contra la barrera.

—Intenta con la teletransportación—intervino Krillin sudando frío.

—Buena idea—replicó el saiyajin de hebras azabache al momento de colocar ambos dedos sobre su frente—. Es inútil, no puedo sentir el ki de nada ni de nadie fuera de aquí.