¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kim Dokja se hallaba pintando a su modelo con demasiada delicadeza. Reposado en una cama, envuelto en sabanas blancas, con una rosa clara sobre sus labios, Yoo Joonghyuk estaba ya dormido después de todas las horas que habían pasado desde su último descanso.
La pintura estaba casi lista, tanto el fondo como Yoo Joonghyuk ya estaban perfectamente copiados en el lienzo, Kim Dokja solo alargaba las sesiones con detalles mínimos que al final del todo no serían apreciables, pero eso no era problema, lo que pasara con el cuadro cuando estuviera en su exposición o lo que sea le correspondía a su futuro yo, lo que ahora importaba era pasar el rato.
─¿Falta mucho? ─murmuro su modelo aún con los ojos cerrados en la misma posición.
─Así es, vuelve a dormirte.
─No tengo sueño, Kim Dokja ─Yoo Joonghyuk abrió sus ojos y se movió de su postura, rápidamente Kim Dokja trató de intervenir.
─¿Qué haces? No debes moverte todavía.
─Quiero ver qué demonios haces, seguro ya estas de nuevo con tus minuciosos detalles.
Kim Dokja lo miró reprochándolo, su truco fue muy fácil de descubrir.
─Y no me mires así.
─Pues no te miro, ya me case.
Kim Dokja se levantó dejando sus utensilios a un lado bruscamente, cuando Yoo Joonghyuk dejaba de estar estático y en silencio era absolutamente insoportable. Dokja se marchó a la cocina y Joonghyuk se quedó con el lienzo a solas.
─¡Kim Dokja! ─llamó desde lejos, causando que Kim Dokja respirara profundo, cerrara los ojos y finalmente fuera a ver qué quería.
─¿Qué pasa? ─preguntó en un suspiro agotado.
─Esto ya está terminado. Barnizala, no haré más sesiones en la misma postura.
─Déjala ahí, lo haré después de que seque, y sal de mi estudio ─dijo lo último señalándolo con rabia, lo tenía agotado.
Su modelo era sumamente bello, pero no servía para nada más que para modelar, de resto, era alguien que requería mucha paciencia y dedicación. Por eso, mientras más tiempo lo tuviera tranquilo y callado, más apreciaba su día a día, porque por desgracia del Kim Dokja del presente, el del pasado lo acogió como compañero de piso gratuito.
La habitación de Yoo Joonghyuk estaba en la planta de arriba, en el ático, y no le agradaba pasar mucho rato allí, por lo que el pintor decidió ocupar su tiempo llenándole la boca de comida o en alguna posición extraña, todo para evitar que cueza sus oídos.
