El calor era sofocante mientras caminaba por las largas extensiones de tierra caliente, tomando la última gota de agua que quedaba en la cantimplora me encamine hacia las ruinas que observaba desde 3 kilómetros, llegaría en una media hora si mis piernas no cedían ante la presión de mi cuerpo.
No tenía ya recuerdos de hace cuanto tiempo había estado recorriendo el desierto, vagando como alma en pena. Quizás hace unos 3 años había dejado todo atrás y me había marchado a una aventura sin caballeros de armaduras sino hombres de trapos andrajosos enfrentándose a la arena en vez de a dragones.
Las ruinas que ahora se avecinaban tenían la estructura ideal para aguardar unos días de parada, me había costado 3 días encontrarlas, si tenía suerte habría suficiente piedra arenosa para un techo grande.
Cuando estube lo suficientemente cerca noté entre la arena un bulto de telas desordenadas con demasiada tierra encima, me acerqué a palpar, era alguien.
─¡Oh! Oye ¿¡Me escuchas!?
Era un hombre envuelto en ropa colapsado en el suelo, seguía respirando agitadamente y trate de despertarlo pero no escuché más que sus respiraciones fatigadas.
Lo arrastre por el suelo y lo lleve a la sombra más cercana, una ruina con suelo de piedra blanca. Descubrí la cabeza de los trapos y toqué su rostro insolado, todavía reaccionó ante mi mano. En un mundo normal buscaba ayuda, pero este mundo estaba desolado para que alguien asistiera, y este hombre ahora mismo tenía la suerte de solo tenerme a mí.
Busqué entre mis pertenencias, no tenía nada ahora mismo que pudiera ayudarle. Tomé la cantimplora vacía y corrí con mis pocas fuerzas por toda la zona rezando por hallar una fuente de agua.
¡Hiiii!
El relincho de un par de caballos atados me asustaron. Atados, claro, alguien los había dejado aquí, ¿podrían ser de aquel hombre que encontré? Lo bien cierto es que ambos caballos cargaban con un equipaje considerable, incluyendo varías botellas de agua. Sin dudar los tomé.
Recosté más sentado al hombre y le obligué a beber el agua, iba bien hasta que despertó ahogándose.
─Cof, Cof.
─¿Estás bien?
─Duele...
El hombre puso su mano en un costado, ahí fue cuando me enteré de que estaba sangrando y las telas se habían manchado.
─¡Ah! te ayudaré.
Descubrí la zona y observé la herida, era un gran raspón sangrante, quizás habría rozado las piedras con mucha fuerza. Al menos era algo que realmente yo podría tratar.
─Sentirás un escozor, pero quédate tranquilo.
─Urrggg.
Apretó fuertemente los dientes cuando lo rocé mientras lo limpiaba, esta era la peor porquería de estar en un desierto, estaba lleno de arena.
ESTÁS LEYENDO
ᰔᩚ𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐉𝐨𝐨𝐧𝐠𝐝𝐨𝐤ᰔᩚ
FanfictionDiversas temáticas y tramas Joongdok de un solo capitulo. Algunos más largos otros más ligeros.