¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una cena romántica se llevaba a cabo en la mansión Yoo, participando en ella los hermanos Yoo y la más reciente razón para desacuerdos entre ambos, su amigo en común Kim Dokja.
Y es que ambos hermanos que trabajaban en la misma empresa terminaron conociendo al mismo agradable trabajador, uno con un gran potencial para ocuparse de ambos corazones.
Sin embargo los hermanos Yoo jamás podrían compartir algo sin competencias de por medio, Kim Dokja era la meta principal para ambos y ninguno de ellos se rendiría antes de obtener algo que querían.
Cualquiera con un corazón pequeño hubiera elegido a alguno de los dos antes de pensar en romper a una familia, pero Kim Dokja solo recibía ventajas al ser el premio grande de una contienda. Y es que no dejaba de recibir obsequios de los poderosos y ricos hermanos, gracias a esa bondad egocéntrica poseía ahora grandes lujos y beneficios.
Podía faltar cualquier día al trabajo y quedarse en la cama de alguno de los dos con el sueldo todavía intacto. Si le apetecía cualquier cosa la recibía como si fuera de vida o muerte. Y la mejor parte, podía disfrutar de dos hombres similares físicamente pero distintos en actuar y en querer.
Y en querer no se refería a la intensidad, para nada, los dos lo querían tan infinitamente como podían querer algo que el otro le podía arrebatar. En realidad cada uno lo amaba a su forma, suave o ruda, cálida o pasional, como le apeteciera ser querido ese día podía elegir.
Precisamente en la cena de esa noche había elegido que no quería escoger. Quería todo lo que pudiera obtener. Por eso la cena, aunque tranquila, seguía tensa, los hermanos esperando el momento oportuno para atacar y robarse la presa.
Pero cualquier deseo que pudieran tener aquellos dos se esfumó cuando Dokja les pidió pasar una noche de tregua juntos, y como si fuera una orden militar ambos lo acataron a la perfección.
Kim Dokja durmió felizmente entre cálidos pechos, enredado en dos pares de brazos. Con el corazón contento despertó en la mañana, como alguien completamente renovado, incluso se atrevió a tomar un foto de los tres juntos, aunque los hermanos no hubieran despertado sino hasta mucho más tarde.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Gracias por leer.
Esta fue una historia bastante corta gracias a que últimamente me ha costado concentrarme en una sola actividad.
Aun así espero no sea tan insípida y que genere una idea mucho más completa a futuro.
