Capítulo 7 parte 2

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Me lo pongo, subo a la moto y arrancamos, es una sensación maravillosa, como el viento roza mi cara, me siento libre y no tengo miedo como pensaba. Vamos por las calles de Villa D'ange, hasta que llegamos a las afueras, hay una gran pradera verde, con flores y árboles, es precioso. Bajamos de la moto y Dylan saca del maletín que hay detrás, un mantel y una cesta para un picnic.

-Vamos a hacer un picnic?- pregunto mirándole a los ojos emocionada. Nunca he ido de picnic y me hace mucha ilusión.

—Si, quería hacer algo especial para ti, porque te quiero y te hecho mucho de menos.-dice muy serio. Lo miro con lágrimas en los ojos, es lo más bonito que me han dicho nunca, lo abrazo muy fuerte.

—Yo... siento mucho como te trate...—le digo con lagrimas en los ojos. Ahora que estoy aquí, con él, me siento casi completa, lo echaba mucho de menos.

—Tranquila, se que no estabas bien, por eso te deje espacio, pero siempre he estado cerca de ti, para que no te pasara nada malo—Dice secándome una lagrima.

—Siempre estaré a tu lado, aunque tu no quieras. venga vamos a comer un poco.—dice extrayendo unas frutas y sándwiches de la cesta.

Se me hace la boca agua al ver estos manjares, le miro y sonrio. Cojo un sándwich de pollo con queso de cabra y cebolla caramelizada, olivas, unas fresas, esta todo delicioso. Cuando ya hemos terminado con todo y estamos satisfechos, Dylan me coge de la mano, saca algo del bolsillo y me lo da, es el colgante que me dio.

—Como que tienes el colgante? Si estaba guardado en mi habitación.—digo con asombro.

—Te lo dije siempre te estoy observando, vi donde lo pusiste y lo cogí, porque sabia que uno de estos días, te lo volverías a poner y quería hacerlo yo.—dice colocándome el colgante en el cuello.

—Gracias por todo—digo mientras lo abrazo. Estoy tan feliz, que no puedo parar de sonreír.

—No me las des, lo hago porque eres tu, mi vida.—dice con esa voz que me atrapa y nos fundimos en un beso, tan romántico como apasionado.

Después de un rato, recogimos todo y Dylan me llevo a casa. En la puerta se despidió de mi, para que me cambiara de ropa y pudiera ir a ver a las chicas, pero no, sin antes darme su numero de teléfono, que se había comprado nuevo, ahora ya podía llamarlo y enviarle mensajes!!! Estaba emocionada por ello. Cuando ya me he arreglado un poco, cojo el móvil y le envió un mensaje a Amy.

Yo:

¿hola Amy, puedo quedar contigo

y las chicas, para hablar?

Amy:

hola Rubí, claro que si, ahora les digo que

vengan a mi casa, ¿pero va todo bien?

Yo:

Si, tranquila, en 10 minutos estoy allí.

Amy:

Vale, aquí te esperaremos.

Me dirijo hacia la casa de Amy, estoy nerviosa, son mis mejores amigas, mejor dicho, mis hermanas, y las he estado evitando mucho tiempo, me siento avergonzada. Llego a la puerta y llamo al timbre, tiemblo como un flan, espero que me perdonen, que sea todo como antes. Abre la puerta Amy.

—Hola Rubí, pasa.—dice educadamente.

—Gracias—digo con timidez.

Pasamos al comedor, veo a Natalie y Kayla sentadas en el chase-longue, me acerco a saludar y me siento.

—Bueno, de que querías hablar Rubí?—dice Kayla arisca como siempre. Lo echaba mucho de menos, su forma de ser, estar con todas ellas. Empiezo a sollozar, no puedo evitarlo.

—Tranquila, ya conoces a Kayla, es muy arisca, no llores. Kayla ya te vale!!!—Dice Natalie con voz tranquilizadora. Veo como le hecha una mirada asesina a Kayla.

—No lloro por eso...es que os echaba mucho de menos... siento mucho lo que paso...como os trate....perdonadme!!—digo secándome las lagrimas con un pañuelo.

—Claro que te perdonamos, eres nuestra hermana, siempre!!!—dice Amy con ojos llorosos por la emoción. Natalie y Kayla me sonríen emocionadas.

—Gracias chicas, no se que haría sin vosotras!!!—digo mientras nos abrazamos y reímos. Ahora si que me siento totalmente feliz.

Después estuvimos charlando un rato, me contaron que estuvieron tristes sin mi, que todos los días iban a mi casa y que tenían la esperanza de que volviera con ellas. Y yo les conté que soñé con mi padre, me hizo reaccionar y darme cuenta que las necesitaba, a ellas y a Dylan.

—Enserio? Soñaste con tu padre?—dice Amy sorprendida.

—Si, parecía muy real.—digo contenta de estar con ellas.

—Es que era real—dice Kayla muy segura.

—Que dices? Como va a ser de verdad, si su padre esta muerto.—dice Amy desconcertada.

—Si, ahora lo explico, mi madre me dijo que los oráculos pueden comunicarse a través de los sueños, aunque estén muertos, es parte de nuestro don y como Rubí también lo es, pues pudo estar con él.—dice Kayla sinceramente.

—No lo sabia, que bien!, entonces podre ver a mi padre mas veces?—digo emocionada. Es una noticia estupenda, lo vi, lo toque, y no era solo un sueño, era real.

—Si, si podrás, pero si no aprendes a usar tu lado oráculo, no podrás hacerlo cuando quieras, solo cuando tu padre desee contactar contigo.—dice Kayla ya terminando. Me gustaría aprender, pero por el momento no puedo.

Me quedo en silencio, las chicas no paran de pensar que no tienen que presionarme, necesito tiempo, tienen razón, pero no se cuando será eso. Levanto la vista, las miro y empiezo a sonreír como una tonta.

—Porque sonríes?—pregunta Natalie aturdida.

—Es que os tengo que contar una cosa.—digo mientras me ruborizo un poco.

—Cuenta, cuenta??—dicen las tres a la vez, emocionadas.

-Vale, os cuento. Está mañana salí a dar una vuelta porque se lo prometí a mi madre, iba distraída y no vi un coche que iba a toda leche, creí que me iba a atropellar, pero en el último momento me rescató Dylan.-digo mientras me echo un vaso de agua.

-pero estás bien?? No te paso nada no?-dice Amy preocupada.

-si, tranquila, estoy bien, cómo decía, Dylan salió de la nada y me salvó, cuando me quise ir me beso y no me pude resistir, así que, me llevo en moto a un sitio precioso para hacer un picnic, estaba todo delicioso, fue muy romántico.-digo embelesada.

-Ahora soy muy feliz, porque lo tengo a él y a vosotras.- digo abrazándolas mientras lloro de felicidad. Ahora todo parecía estar bien.

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Rubí, La Elegida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora