Vuelvo dentro de casa y me encuentro a Dylan sentado en el sofá viendo las noticias, ya son las nueve de la noche, mi madre esta a punto de llegar, se me ha pasado el tiempo volando, me siento a su lado y lo abrazo.
—¿Estas bien?— pregunta mientras me da un beso en la frente.
—Estoy bien, pero, Kayla esta preocupada por mi, dice que tiene la sensación de que nos espían, pero no ve a nadie y lo que me preocupa mas, es que yo también he tenido ese presentimiento, pero no le hice mucho caso, porque, lo achacaba al trauma que pase.—le digo sacándome un peso de encima.
—Tranquila, todo estará bien, conmigo estarás a salvo, no dejaré que te vuelvan a lastimar.— y nos fundimos en un efusivo abrazo.
Al día siguiente a las 7 de la mañana ya estaba Dylan despertándome para ir a entrenar, pero yo estaba muy calentita y a gusto.
—venga, dormilona, que tienes que entrenar.—dice cariñosamente y me da un beso en los labios.
—hay! No quiero, déjame un rato más.—digo cogiendo la sabana y tapándome hasta la cabeza.
—No, venga, no hay tiempo que perder, hoy hace un día estupendo.— dice retirando las sábanas. Yo a regañadientes me empiezo a levantar y me dirijo al baño para lavarme la cara y despejarme un poco.
—¡¡Te espero en el patio!!—grita Dylan desde el pasillo.
—¡Vale, dame cinco minutos!— le respondo cuando me termino de secar la cara.
Cuando termino de arreglarme, me pongo mi ropa de deporte y bajo al patio para empezar el entrenamiento. Me dispongo a salir al patio cuando de repente aparece Dylan y me hace una llave que hace que caiga de cruces al suelo.
—Tienes muy poco desarrollado el sentido de la defensa, tienes que estar preparada siempre, no sabes cuando te pueden atacar, y un segundo de descuido puede ser mortal.—Me dice mientras me da la mano para levantarme.
—Eres un cabrón, pero te quiero.—le susurro, con un tono seductor. Cuando veo que se ha distraído un momento, me doy la vuelta, le hago la zancadilla y lo tiro al suelo con todas las fuerzas que puedo, me pongo encima y digo.
—jaque mate, ahora eres mío.—
Nos miramos a los ojos y empiezo a sentir una necesidad, que nunca había sentido de comérmelo a besos, con todo lo nuevo en mi vida, mis poderes, ser la elegida, las criaturas buenas y malas, no me había permitido experimentar, este amor tan profundo que siento por él.
Noto una electricidad por todo mi cuerpo y no puedo parar de pensar en sus labios, en comerme toda su boca como si no hubiese un mañana, poco a poco nos acercamos, hasta que noto sus labios rozar los mios y nos fundimos en un beso, un gran beso que hace que vea las estrellas y el universo entero, pero entonces recuerdo que mi madre está en casa, ya que es sábado y me separo sintiendo ya en falta sus labios.
—Mi madre nos puede ver—le susurro sofocada.
—Ya, vamos a seguir con el entrenamiento-
Continuamos entrenando un rato mas, hasta que acabe hecha polvo, después me di una ducha y llamé a las chicas para pedirles que tuviéramos una salida de chicas, estábamos muy agobiadas y estresadas y necesitábamos relajarnos un poco.
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Rubí, La Elegida.
FantasyRubí, es una chica que después de morir, vuelve a la vida, y cambia todo su mundo, vuelve con poderes y descubre todo un mundo nuevo de criaturas fantásticas, hadas, elfos, oráculos....pero también criaturas oscuras, vampiros, hombres lobos, brujas...