Capítulo 17 parte 2

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Ya son las 7 de la tarde, llevo todo el día practicando y ya lo hago casi perfecto, le contamos a mi madre lo que pasó con Kayla y se puso triste, pero le prometí que la encontraríamos. Me subo a mi cuarto a descansar un rato y después me doy un baño relajante, lo necesito, estoy totalmente exhausta, cuando ya estoy lista, me coloco mi chándal para ir lo más cómoda posible y me dirijo a la cocina para cenar algo antes de que vengan las chicas y salgamos.

—¿Estas lista cariño?—me dice Dylan cuando entra por la puerta de la cocina. Yo le hago una señal para que se espere, porque tengo la boca llena del sándwich de salchichón y queso que me estoy comiendo.

—Si, o eso espero, cuando vengan las chicas os lo demostraré.—digo cuando ya he tragado el último bocado.

Dylan se hace también un sándwich y cuando terminamos de cenar recogemos y ponemos los platos en el lavavajillas, entonces suena el timbre, serán las chicas que ya están aquí. Abro la puerta y hay están Amy y Natalie, con cara de preocupación.

—Hola chicas, ¿habéis podido descansar?—les digo mientras las abrazo.

—Un poco, pero después de ir a casa de Kayla, nos quedamos hechas polvo.—dice Amy triste.

Nos quedamos 5 minutos en silencio, anoche las chicas decidieron ir a ver a los padres de Kayla y contarles lo que pasó. Cómo ellos son humanos no pueden ir a buscarla (Kayla es oráculo por su abuela materna, pero su madre no corrió con la misma suerte) porque no pueden ayudar sin poderes ni llamar a la policía, sería peligroso para Kayla y todos los seres mágicos o pensarían que están locos.

—Si, su madre se quedó destrozada y con impotencia por no poder hacer nada, pero les prometimos que la encontraríamos sana y salva.—dice Natalie apenada.

Dylan al vernos tan afligidas se puso delante de nosotras a darnos ánimos.

—Vale, chicas! Ya se que esto es una mierda, pero tenéis que animaros, tener paciencia y valor, eso es lo que querría Kayla, no que estéis tan desanimadas.—dice Dylan con voz alta y segura.

—Dylan tiene razón, tenemos que ser fuertes y decididas a encontrarla, pasé lo que pasé.—digo ya más animada y decidida. Las chicas se animaron también y antes de salir hacia el lugar donde había desaparecido 24 horas antes Kayla, me puse a enseñarles mi nuevo poder a las chicas y así practicar un poco más.

—Vale,¿Necesitas algo?—pregunta Amy.

—No, solo que estéis en silencio, para que me pueda concentrar.—digo mientras me siento en el sofá y me preparo.

Cuando ya estoy relajada y concentrada toco el sofá, no pienso en nada y digo las palabras, entonces noto la electricidad y empiezo a ver poco a poco una imagen, es mi madre, está sentada y llorando, se ve triste y preocupada por mí. Vuelvo a la vida real, me siento fatal por mi madre, por hacerle pasar un mal rato, noto como se me llenan los ojos de lágrimas, pero, me niego a derrumbarme.

—Rubi, ¿estás bien? ¿que has visto?—dice Amy intranquila.

—Si, estoy bien, he visto a mi madre llorando, triste y preocupada.—digo secándome las pocas lágrimas que se me ha escapado.

—¿Estas lista para irnos?—pregunta Dylan con voz tranquila y amorosa.

—Si, vamos a por Kayla.—Digo decidida.

Cuando llegamos al restaurante-pub estaba Scott esperándonos en la puerta, no vino con las chicas porque tenía un asunto que hacer antes, le saludamos y entramos antes de que se llene demasiado de gente y no podamos ni movernos por el local. Los chicos se sientan en una mesa y las chicas y yo nos metemos en el baño para empezar la búsqueda.

Me acerco a la pared y la toco, intento concentrarme, relajarme, pero no puedo.

—Mierda!, no puedo, estoy nerviosa!—digo exasperada.

—tranquila, cierra los ojos, respira hondo y piensa en un recuerdo bonito, eso me ayuda cuando estoy muy estresada.—me dice Natalie poniendo una mano en mi hombro.

—Gracias, Natalie.—le digo con una pequeña sonrisa agradecida.

Lo vuelvo a intentar, pero, está vez hago lo que me ha dicho Natalie, realizo varias respiraciones profundas y recuerdo cuando nos íbamos a la playa este verano las chicas y yo, lo felices que eramos jugando con la arena como niñas. Vuelvo a poner la mano en la pared, ahora más relajada, me concentro en lo que estoy haciendo sin pensar en nada más. Entonces lo vi, entrar al baño con una bruja, fue Cameron, eran invisibles por eso nadie los vio, le dio un golpe en la cabeza a kayla, sintió un gran dolor y después se desmayo.

Vuelvo a la realidad y me doy cuenta que me están cayendo lagrimas.

Lagrimas de rabia y dolor…


Rubí, La Elegida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora