Capitulo 15

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—No podemos hablar con Guangyao. Está apartado en la habitación del hambre —contestó Wangji.
—Y de nada nos sirve la sangre de Ruo Han una vez muerto. No podemos leer en sangre muerta, sin energía vital.
—Entonces sólo nos queda esperar a  que se recuperar el  chico —señaló Wan Yin con un gesto de su cabeza. —Puede que lo podamos inducir para que nos deje entrar en su subconsciente. Sus recuerdos están ahí, sólo hay que abrirles la puerta.
—¿Qué has averiguado sobre su trabajo?—preguntó Xingchen.
—No sabía nada de lo que hacían en Newscientists. El contactaba con cinco personas que eran los vínculos de los centros de investigación de la organización en el exterior. Nueva Orleans, Rumania, Escocia, Canadá e Inglaterra.

—Aparte de España, claro —dijo una voz detrás de ellos.
— Lan Xichen... — Wangji se sorprendió al verlo.
Su hermano caminó hacia el sofá con gesto decisivo. Se reclinó sobre Wei Ying y miró a Wangji furioso.
—Casi lo matas —dijo el apretando los dientes. Sí, eso ya se lo habían dicho.
— Lan Xichen... ¿qué haces aquí? —preguntó él. —¿Cuánto tiempo llevas escuchando?
—Lo suficiente para saber que es un chico inocente. Traje ropa para el —señaló una maleta de carcasa dura y de color negra que había dejado en la puerta. Arrugó la frente y las cejas. —No iba a permitir que lo llevaras desnudo de un lado al otro. No soy tan indiferente.

—Vaya, Lan Xichen... Todo eso sin saber que no tenía nada que ver con los asesinos —susurró
Wan Yin con una sonrisa encantadoramente falsa. —Si hasta tienes corazón...
Lan Xichen lo miró fríamente y luego lo ignoró.
—No matamos a los humanos por placer. Ni deberíamos sentir placer cuando lo hacemos —susurró irritado. —Sólo en defensa propia y si estamos en condiciones desfavorables, y siempre y cuando, sean humanos contaminados.
—Y... ¿éste no era el caso? —preguntó Wan Yin con sorna.
—Puede que sí. Pero seguía siendo un humano indefenso y no tenía por qué acostarse con el y
convertirlo. Se convierte a los auténticos cáraids, no a los que no lo son —esto último lo remarcó
muy bien mirando a Wan Yin. —Si había un castigo, era el sacrificio y no el regodearnos en su dolor.
¿Y vuestros códigos morales? ¿Dónde está la lealtad a vuestro juramento?
Wan Yin resopló con sorna.
—¿Algo que decir, Wan Yin? —le preguntó alzando la ceja de un modo suficiente.
—¿Yo? —se señaló a sí mismo con gesto provocador. —Nada, sólo me sorprende oír las
palabras lealtad y moralidad en tu boca, principe.
—No me llames así —tenía las manos echas puños a cada lado de su cuerpo.
—Vosotros dos... ¿Para cuándo el polvo de la reconciliación? —preguntó Xingchen disfrutando del espectáculo.

—Cállate, Xingchen... —gritaron los dos a la vez.
Wangji miró a Xingchen y tuvo que controlar sus ganas de echarse a reír.
Lan Xichen miró fijamente a Wan Yin y él le fue recíproco. Luego apartaron la cara a la vez, como dos niños pequeños.
—¿Cómo está? —preguntó el finalmente desviando su atención del moreno del pelo recogido en una diadema.
— Wan Yin le está haciendo transfusiones —le explicó Wangji. —Se recuperará.
—¿Ya lo has convertí...? —dijo alarmado.
—No —contestó Wangji sonrojándose.
—Así que mi bráthair se arrepintió —le dijo orgulloso de él.
—No te confíes, hermanito —dijo él irguiéndose. —No lo hice porque descubrí que el no tenía
nada que ver.

—Bueno —se encogió de hombros. —Supongo que cuando viste que el no tenía nada que ver, como tú dices, se te cayó el mundo encima por lo que habías hecho y decidiste no robarle su vida, su humanidad. Te habrías equivocado si lo hubieses hecho, Wangji. Lo hubieras matado igualmente cuando encontraras a tu verdadera pareja. Habría muerto de necesidad por ti. Me alegro de que no haya sido así —se aclaró la garganta y miró de reojo a Wan Yin. —Un hombre tiene que saber cuándo parar. No como otros que en cuanto se les presentó la oportunidad de tirarse a todo lo que se meneaba, no dudaron en convertir a la primera que lo empalmó.
—Eso fue un error —dijo Wan Yin entre dientes seriamente afligido por la acusación.

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora