cariño, sino que eres un lobo. No lo ibas a soportar... No te gustó verme con ellas. Bien, es
natural.
La encantaba verlo con los ojos chispeantes de furia, encendido y apasionado. Lo tomó de la
barbilla y lo alzó hacia él.
—Sólo son dos chicas del clan. No hay nada más, sólo son amigas —su voz descendió una octava.
—No, basta ya. Esto —señaló sus cuerpos cercanos— no es natural. Así que no digas que es natural porque no lo es, ¿entiendes? Y además, no me des explicaciones —la voz le temblaba, y la
barbilla también. —No las quiero.—Me quieres sólo para ti. Y yo te quiero sólo para mí. Tienes que acostumbrarte a esa sensación, tienes que aceptar lo que yo despierto en ti. Odín sabe que yo intento aceptar todo lo que tú me haces sentir.
Wei Ying enderezó la espalda y sacó pecho. Iba a echarle en cara todo.
—Me tienes harto, Wangji. Bob me ayudó después del trato vejatorio al que tú me sometiste. Él es todo un caballero, casi un amigo. Tengo que agradecerle mucho y tú le trataste mal sólo porque se me acercó y...
—No me hables de él. No me gusta.—¿Por qué? ¿Por celos o por culpabilidad? Es porque él te recuerda que fuiste un salvaje
conmigo, ¿a que sí?
—No lo vas a ver más —lo amenazó agarrándole del pelo con no mucha delicadeza. —Ese moscón sólo quiere abrirte de piernas.
—Entonces se parece a ti —replicó el entrecerrando los ojos. —¿Eso es lo que quieres,
verdad? Quieres abrirme de piernas.
Wangji le mantuvo la mirada. La de el llena de fuego y la de él, fría y resentida.
—Quiero que me entregues tu cuerpo por propia voluntad. No se trata de abrirte las piernas. Y
no hables así, no queda bien en ti. Tú eres todo un caballero, no un bruto animal como yo.Wei Ying sintió como esas palabras lo acariciaban y lo azotaban a la vez. ¿Qué quería el? ¿Quería entregarse a él?
Sí. Por mucho que lo quisiera negar, sabía que sí. Desde hacía cuatro noches su cuerpo llamaba por una liberación, que sólo despertaba y se encendía con él delante. No sabía muy bien lo que implicaba ser el cáraid de un vanirio, pero su cuerpo reaccionaba por sí solo cuando él estaba cerca y el ya no tenía ningún poder sobre los anhelos de su cuerpo.
Al reconocer la verdad se quedó abatido e indefenso como un niño. Y como los niños se limitó a ser sincero y a hablar con claridad. Toda la furia se esfumó y entonces se sintió vulnerable como nunca. Estaba perdido, había perdido contra. No podía utilizar más máscaras de indiferencia cuando éstas se rompían a pedazos.—¿Qué me has hecho, Wangji? Me estoy volviendo loco... ¿Por qué? —exigió saber apoyando la frente en el pecho de Wangji en un gesto claro de derrota. —¿Vas a acabar conmigo, verdad?
—No, mi vida—acunó su cara dulcemente con las manos. —No vamos a acabar nada, sino a empezar algo.
—No hablabas mentalmente conmigo desde ayer... ¿Por qué diablos no lo hacías?
—Ya no tenía poder para hablar contigo. Lo agoté en nuestro vuelo. Quería estar contigo ahí arriba, entre las nubes.Wei Ying tragó saliva y cerró los ojos con fuerza. Nunca le diría lo mal que lo había pasado cuando él no contestaba a sus súplicas ni lo resentido que estaba por haberlo hecho tan vulnerable.
—Sé que fue duro para ti —continuó el vanirio. —Me suplicabas que estuviera contigo, que me necesitabas. No me separaré jamás de ti. Desde ahora, yo estaré dentro de ti y tú de mí. Seremos uno, ángel —lo volvió a tirar del pelo, pero esta vez más suavemente.—¿Vas a volver a verlas? —alzó la mirada hacia él.
—¿A quiénes?
—A esas chicas rubias...
—Depende —dijo divertido. —¿Te molestaría?
—Estoy cabreado contigo, Wangji. No bromees. Hace un rato estabas encantado de tener a esas enganchadas a tus brazos. Yo... —apretó con fuerza la mandíbula. Se estaba sincerando con él pero no podía detener sus palabras. —Creí que me estabas castigando por algo... Creí que te reías de mí... Me sentí... mal —confesó derrumbándose contra él.
—¿Castigarte? —lo obligó a mirarlo a los ojos. —No, Wei Ying, claro que no.
Wangji sacudió la cabeza. Se sentía perdido e irritado consigo mismo.
—Dios... Wei Ying —sus ojos expresaban desesperación. Él estaba acostumbrado a mandar. A ordenar. Y nadie le rechistaba, nadie menos el. —Hago las cosas fatal. Yo quiero que me aceptes, quiero que confíes en mí —le levantó la barbilla y miró sus ojos llorosos. —Ellas no son nada. Me importas tú.
![](https://img.wattpad.com/cover/339575265-288-k550673.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)
FanficDel amor al odio no hay más que un mordisco... Lan Wangji, es un hombre atormentado. Un Vanirio, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder. Ahora...