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Aunque era un amor de niños, con el tiempo fuimos creciendo y nos estábamos dedicando en una vida que agradará a Dios.

Por mi parte la música era mi pasión, me nombraron líder de adoración a mis 19 años, por tu lado amabas la danza y te convertiste en líder de danza.

Eramos imperfectos, pero nuestro amor por Dios nos mantenía unidos, nos complementabamos en todo, aunque solo eramos amigos, así era como debíamos mantener las cosas hasta saber cuál era el tiempo indicado.

El amor que sentía por ti no era físico, cada día oraba para amarte con un amor del Cielo y que no proviniera de lo carnal, sino que fuera ágape.

Desde niño no mostraba tanto interés en Dios como tú lo hacías, sin embargo a medida que crecía aceptaba la palabra de Dios como mi única verdad, aunque mi fe era débil cada vez mas se fortalecía, sentía una fuerte conexión con Dios, mi mundo giraba alrededor de Él, a pesar que en la secundaria muchos de mis Ccompañeros no me prestaban mucha atención cuando les hablaba de Jesús, o cuando intentaba ayudarlos ellos se alejan poniendo alguna excusa.

Me sentía un bicho raro, pero había decidido que no callaría mi Fe.

Al principio sentía verguenza o algún tipo de miedo que me cohibia hablar sobre Jesús, pero se dicipo cuando Jesús me visitó en sueños, eso me pareció lo mas real en toda mi vida, su presencia en mi habitación, eso que mi emoción por decirles a todos que estaba vivo incrementaba...

Mi único Error es Seguirte AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora