Capítulo 9. Conexiones

71 10 9
                                    

Megan despertó, por primera vez desde que regresó a Hogwarts, con motivación. La charla del día anterior con las chicas, o más bien, con su nueva agrupación femenina, la hizo sentirse optimista respecto al futuro. Ya no estaba sola, tenía a sus chicas.

El Gran Comedor estaba casi vacío cuando entró para tomar el desayuno. Ocupó un asiento en la mesa de Gryffindor para después servirse un cuenco con avena y jugo de calabaza; no pasaron más de dos minutos, cuando entró Judy ignorando (de nuevo) la mesa de Ravenclaw y sentándose a su lado.

—¡Buenos días, Jud! —saludó Megan.

Judy la miró atentamente y sonrió. —Alguien está de buen humor.

—Bueno... es que alguien se siente motivada hoy —respondió, de la misma forma.

—Entonces eso hay que celebrarlo, ¿no crees? —manifestó Judy, con entusiasmo—. Es domingo y todavía es otoño, así que hace buen tiempo afuera, ¿qué te parece tomarnos un día libre y hacer un picnic en los jardines? Podemos recoger una manta de mi habitación y llevarnos más comida del desayuno para pasar la tarde.

—¿Y mientras puedo adelantar mi ensayo de Defensa Contra las Artes Oscuras sobre hechizos no verbales? —preguntó Megan, con una sonrisa.

—¡No, Meg! De eso no se tratan los días libres.

—Vamos, Jud. ¿Qué haremos entonces? —replicó—. ¿Quedarnos como estatuas y ver a la nada todo el día?

Judy puso un dedo en su barbilla, pensativa. —Bueno... tienes razón, Meg. Podemos llevar algunos libros para leer o algo para dibujar.

—¿Y pergaminos para escribir? —inquirió Megan, alzando la cejas una y otra vez—. ¿Escribir sobre las ventajas de los hechizos no verbales?

Su castaña amiga rodó los ojos, pero sonrió. —De acuerdo.

En ese instante, Megan divisó a Lena entrando al Gran Comedor y dirigiéndose a la mesa de Ravenclaw. —Mira, ahí va Lena —le dijo a Judy y señaló a la aludida—. ¿La invitamos a sentarse con nosotras?

Judy y Megan no podían decir que Lena se había convertido en su amiga, pues conocían pocos detalles sobre la rubia y no hablaban más que para temas relacionados con su nueva asociación; las chicas sentían que a Lena no le gustaba tanto la gente y prefería pasar de ella, no obstante, la chica les agradaba mucho y estaban dispuestas a llevar su relación al siguiente nivel.

—Claro —contestó Judy.

—¡Lena! —gritó Megan, agitando un brazo en el aire. Cuando la rubia volteó, un tanto sorprendida, hizo una seña para que se acercara.

—Hola —saludó Lena, colocándose frente a ellas del otro lado de la mesa.

—¿Quieres desayunar con nosotras? —le preguntó Judy, tranquilamente.

Lena permaneció inmóvil, claramente sorprendida. —¿Yo...? Ehh. ¿Quieren que me siente con ustedes... aquí?

—Solo si tú quieres, claro —respondió Megan—. No te sientas obligada.

—No, no es... Bueno, quiero decir, sí, me parece bien —dijo la rubia, todavía con un gesto de extrañeza en la cara. Aun así, no se le veía incómoda, sonrió entre dientes y tomó asiento—. ¿Es contra las reglas sentarse en una mesa que no nos corresponde?

—No. En el reglamento de Hogwarts no hay nada escrito —afirmó Judy—. Lo leí varias veces para asegurarme. Además, a los profesores no les importa, me he sentido aquí por años y jamás me han dicho nada.

—De acuerdo.

Lena miró a ambos lados de la mesa con nerviosismo antes de comenzar a servirse el desayuno, parecía estar buscando algo, o mejor dicho, a alguien. Megan comprendió que acababan de invitar a la ex de Sandro, el hermano de Judy, a sentarse con ellas en la mesa de Gryffindor, en donde él podía fácilmente aparecer y complicar el asunto. Lo que la pelinegra menos quería era tornar el ambiente incómodo.

WOMAN'S WORLD || James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora