—¡Oh, Megan! ¡Lo siento! —exclamó Remus, apenado—. Lo siento mucho. ¿Es tu lechuza?
—Sí, es Jonah —contestó Eleanor por ella.
Megan no acababa de comprender lo que había pasado hacía unos segundos. Primero, estaba saliendo de clase de Pociones acompañada de las gemelas y subiendo las escaleras hacia el séptimo piso donde se reuniría con Brujas de Medianoche, cuando, de pronto, alcanzó a ver la espalda de Remus antes del empujón que le dio.
Lo siguiente que supo, fue que un chico la abrazaba por detrás para evitar que cayera por las escaleras. Debía ser bastante alto, fuerte y de buenos reflejos, porque la sujetó con rapidez, sin inmutarse por el impacto, y rodeó ambos brazos sobre su estómago. La cabeza de la pelinegra acabó justo a la altura de su pecho.
—¿Estás bien? —le preguntó el chico al oído, en un tono bajo e íntimo, genuinamente preocupado.
El cerebro de Megan hizo corto circuito. Su espalda se puso rígida, aún en los brazos del chico, al reconocer la voz que le hablaba en ese tono al oído. Era Potter.
Mierda.
—¡Lo siento de verdad, Megan! —volvió a decir Remus, rojo de vergüenza, al tiempo que levantaba sus pergaminos regados por las escaleras—. Tu lechuza se estrelló conmigo y me eché hacia atrás sin pensar en que venías justo detrás de mí.
Maren se acercó a la pelinegra y le tendió la mano para ayudarla a impulsarse y salir del pecho de Potter. Megan no lo pensó dos veces.
Él la dejó ir con dificultad, puesto que la siguió rodeando con sus brazos unos segundos más de lo debido, pero nadie reparó en ello. Bueno, nadie más que Megan. El lugar donde habían estado los brazos de Potter le hormigueaba.
—E-Está bien, Remus. Jonah puede ser a-algo torpe a veces —atinó a decir, algo aturdida, una vez que estuvo sobre sus pies. Luego giró lentamente para ver a James. Con las mejillas furiosamente sonrojadas y algo de reticencia, le dijo: —Gracias por... eh, sostenerme. Potter.
—Sí, bien —le contestó él con un asentimiento de cabeza burdo, en vez del comentario sarcástico que esperaba.
Sirius, dos escalones más abajo, veía la escena con una ceja perfectamente alzada y expresión calculadora. Intercambiaba la mirada entre James y la pelinegra.
Si bien, a Megan le pareció extraño el comportamiento de Potter, no se pronunció al respecto, dejando que el silencio se volviera incómodo. Carraspeó secamente y regresó la vista hacia Jonah, quien se había desparramado en uno de los escalones, claramente agotado. Todavía tenía el hilo con un pergamino atado a su pata.
—Jonah —suspiró.
El ave aleteó con cansancio. Megan lo cargó como si fuera un bebé y le quitó la carta, misma que, en otro escenario, habría leído enseguida debido al tema delicado que contenía, sin embargo, ese no era un buen momento con tanto público. Metió a Jonah dentro de su túnica para transmitirle algo de calor hasta que se recuperara para ir a su habitación a descansar.
Al levantar la vista, los varones la miraban con estupor.
—¿Está bien? —inquirió Remus, preocupado—. ¿Le hice daño?
—No, todo está bien —respondió Megan—. Solo está cansado por el viaje.
—Ah, entiendo.
Sirius subió los escalones hasta el nivel de James. —¿Entonces por qué lo cargas como bebé? —preguntó, con el ceño fruncido—. No es un bebé. Es una mascota.
Megan lo miró fríamente. —Jonah es un anciano, necesita cuidados especiales.
—Es un ave, Pinnock. Puede volar.
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WOMAN'S WORLD || James Potter
FanficMegan Pinnock es una Gryffindor de pies a cabeza. Es valiente, segura de sí misma y determinada, pero... esas cualidades se ven frágiles cuando tiene que enfrentar un reto bastante ambicioso. Y es que después de una traumática experiencia de acoso...